capítulo 21

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— ¡Kat abre! — escuche la voz de Ian, mientras empujaba la puerta

— Vete, estoy bien — le pedí

— Abre quiero verte — se tranquilizó

— yo a ti no ¡dejame sola!

— Hay mucha sangre Kat abre, solo te revisaré

— Dije que estoy bien ¡dejame en paz! — dije molesta

Escuche un ruido fuerte en la puerta y entro, tomo mis manos y me vio

— ¿Esto es estar bien? — dijo molesto

— No se, se siente bien — conteste de una manera grosera — No te necesitó puedo hacer esto sola, sal de mi habitación

— No me iré y lo sabes ¿Que fue lo que paso? — dijo tratándose de calmarse

— Lo de siempre, solo es un rasguño no pasa nada — minimice la situación y salí pero me siguió — vete, quiero dormir

— Aún es de día ¿Porque estabas durmiendo? — se cruzo de brazos para escucharme

— Deja de molestarme, ignorame como siempre — dije mientras me ponía una sudadera de manga larga y mis tenis

— No es así Kat, solo quiero que me digas que es lo que pasa

— No te importa —  lo empuje para salir porque era obvio que él no saldría

— ¿A donde vas? — intento detenerme

—  A ver a alguno de mis novios — le dije para que me dejara en paz

Tome las llaves de uno de los autos y salí, no sabia a donde iba en realidad solo quería estar sola, olvidarme un poco del maldito trabajo por una noche, no pensar en Ian, ni en nadie.

Llegue hasta un bar un poco feo y entre solo quería beber, pedí un trago, luego dos hasta llegar a cinco, luego alguien me preguntó si era mayor de edad y tuve que salir a buscar un nuevo sitio

— ¿Samanta? — escuche la voz de Camila

— Hola ¿Que haces por aquí? — dije algo desubicada al salir del bar mientras buscaba las llaves del auto

— ¿Estas sangrando? — tomo mis manos y era verdad no lo había notado — ¿Estas sola?

— Iba a mi casa — mentí, me sentía algo mareada — ¿a donde vas tu? — trate de cambiar el tema y esconder mis manos

— Pues estoy sola iba por pizza, vivo a dos cuadras ¿No recuerdas? Te llame pero no me contestaste creí que estabas con Alan

— No, el esta en su casa supongo, no se donde esta mi teléfono, debe estar aquí adentro— señale el auto

— ¿Me acompañas? Vamos por pizza y vamos a mi casa a hablar o algo

— Esta bien — acepte pues no sabia a donde iba

— Dame las llaves yo manejo — me las quito y entro al auto

Hicimos lo planeado y llegamos a su casa, yo no quería hablar mucho, me limitaba a contestar con lo básico, busqué mi teléfono y lo encontré, tenía llamadas perdidas de Ian, de Alan y de Arturo, los tres idiotas que no quería ver

— ¿Discutiste con Alan? — preguntó mientras comía pizza

— No solo que ya me aburrió y quiero terminar con él, estoy fastidiada de él y de todos — dije lanzando un suspiro de cansancio

— ¿Quieres tequila? — me pregunto algo sonriente

— Jamas lo he probado pero sí, trae esa cosa aquí — dije arrebatándoselo

CatarsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora