Capítulo 15

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Astrid:

Bien, no podía salir nada malo de dormir con Matti, ¿o sí?, no pasaba nada y ya hemos dormido juntos una vez, así que...

Justo ahora nos dirigimos a la habitación y gracias al señor todo poderoso, está todo en silencio. Abro la puerta lentamente a la espera de no ver algo que después no borraré de mi mente.

Suelto el aire que estaba reteniendo a la vista de que no había nadie, así que me interne en la habitación y Matti iba detrás de mí para luego cerrar la puerta tras él.

Tomo mi toalla y pijama para dirigirme al baño —Tomaré una ducha - anuncié y él solamente asintió. Ya dentro den cuarto de baño cerré la puerta con pestillo y me introduje en la regadera, sentí como el agua caliente ayudaba a mis musculosos tensos a aligerarse notablemente.

Estuve unos minutos bajo el agua, tantos que al parecer Matti se preocupó un poco - ¿Estás bien? - preguntó tocando la puerta, provocando que yo me espanté.

— ¡Sí! ¡Ahora salgo! - conteste apagando el agua. Me envolví en la toalla, para después vestirme.Al salir del baño me encuentro a Matti viendo a la ventana ya fundido en su pijama— ¿Por qué no te has acostado? - dije señalando la cama.

—Oh - dijo volteando a verme - es que no sabía qué lado de la cama querrías.

—Ya. Me da igual la verdad. Pero creo que tomaré el lado de la pared.

—Muy bien - se tumbó en la cama y después de secar mi cabello, gatee sobre ella hasta llegar a la altura de la almohada.

Solté un suspiro al tumbarme- Buenas noches Matti - dije dándome la vuelta hacia la pared.

—Buenas noches, As. — sentí como la cama se hundió ante los movimientos de él.

Después de unos minutos aún seguía despierta, no lograba dormir, lo cual no me sorprendió, sabía que no podría dormir mucho. Estaba todo en silencio que solamente podía escuchar la acompasada respiración de Matti, lo que me daba a entender que estaba dormido.

Espere un poco más y al notar que no podría dormir me levante resignada y salí de la habitación. Tome el libro que estaba en la sala de estar y me encamine a la cocina por un vaso caliente de leche. Me senté en la encimera a la espera de que la leche terminada de calentarse.

Tome una respiración y reanude la lectura, de pronto sonó el timbre del microondas y baje de la encimera para servir la leche en un vaso, o más bien en una taza y volví a sentarme en la encimera.

Terminé de tomarme la taza de leche, sin embargo, el sueño aún no llegaba a mí.

— ¿Qué haces aquí? - dijo una voz a mis espaldas haciéndome sobresaltar.

— ¡Dios! Me espantaste - dije llevándome una mano al pecho - Casi me sacas el corazón Matthias.

Río— Lo siento, ¿Qué hacías?

—Vine por una taza de leche, para intentar dormir, pero no funciona. — dije volcando la atención a mi libro - Así que, me puse a leer.

Se acercó a mi tan lento y sigiloso que note lo cerca que estaba hasta que me arrebato el libro de las manos. — ¡Oye! Mi libro - dije intentando que me lo diera, pero lo puso a sus espaldas. Alce una ceja - ¿No piensas dármelo?

—No.

— ¿No? ¿Por qué no? - dije cruzándome de brazos.

—Quiero hablar contigo, ¿Podemos? - asentí - Sé que no es el momento, pero necesito saberlo.

— ¿Saber qué?

— ¿Sientes algo por mi Astrid?

¡Oh demonios!Sabía que tarde o temprano lo preguntaría, pero me ha tomado tan desprevenida que me quedo varios minutos en blanco. Y temo que crea que esa sea mi respuesta, pero justo ahora mi mente ha dejado de procesar la información.

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