Salir a la Superficie ✔️

Extra 1: Especial 1K

Astrid:

Justo ahora estoy donde la ginecóloga, dice que tengo tres semanas de embarazo. Me ha hecho un ultrasonido. Escuchar el corazón de mi pequeño latir, ha sido el sonido más hermoso de esta tierra.

Matti ha venido conmigo... Y aunque lo niegue, he visto como unas lágrimas rebeldes se le han escapado.

—Bien Astrid, hasta ahora tu embarazo va bien - habla la doctora - sin embargo, debes evitar hacer esfuerzos.

—De por hecho que no hará ninguno.

Ay Dios... No nos dejará hacer nada, ¿cierto?

Es probable.

Salimos del consultorio y caminamos a casa... Debemos darle la noticia a los demás, queríamos estar seguros antes de decirles a todos.

—¿Cuándo les diremos? - pregunta Matti, pasando sus brazos por mi cintura, colocando sus palmas en mi vientre.

—¿Qué te parece el fin de semana? - asiente - Podemos reunir a nuestros padres y...

—Un momento, ¿nuestros?

—Sí. — mi ceño se frunce.

— Mis padres no.

—¿No les dirás que serán abuelos?

—Sabes que no he hablado con ellos desde que me fui de casa con Luna.

—Lo sé. No crees que la llegada de nuestro bebé, sea motivo suficiente para que arreglen sus cosas.

—Lo pensaré. — sonrío - No sonrías aún, no he dicho que sí.

Eso ya lo veremos.

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Fin de semana...

Estamos en casa de mis padres.

Estoy demasiado nerviosa. ¿Cómo lo tomarán?

El sonido del timbre, siendo tocado, me sobresalta y me dirijo a la puerta. Al abrirla veo a los padres de Matti.

—Buenas tardes ¿Astrid?

—Sí, así es. Supongo que son los padres de Matti. — asienten - Pasen adelante, todos están el patio de atrás.

—Gracias. — dicen ambos y caminan hasta ahí.

—¿Eran mis padres, verdad? - pregunta Matti, bajando con las cinco cajas.

—Sí, amor. — suspira y me acerco a él - Intenta hablar con ellos, no te sulfures... Ya ha pasado tiempo.

—Lo intentaré - asiente cerrando los ojos - ¿Lista?

Asiento y caminamos hasta el patio.

—Bueno... — habla Matti, pero al ver a sus padres se queda callado, así que intervengo.

—Tenemos una noticia que darles. — digo viendo a cada uno de ellos.

Quito dos de las cajas a Matti una azul y la otra rosa, para dárselas a sus padres y él le da las restantes a mis padres y la caja color lila a Luna.

—Queremos que a la cuenta de tres, abran las cajas. ¿Entendido? - todos asienten.

—Uno...-habla Matti.

—Dos...

—¡Tres!

Todos empiezan a abrir sus cajas, la primera en levantarse es Luna.