Capítulo 17

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Astrid:

Dos semanas, ese es el tiempo que ha pasado desde ese día en la cabaña. El resto del día, luego de que Lucía y Patrick se fueran, fue maravilloso, Matti y yo nos divertimos mucho.

Literalmente estuvimos pegados el uno al otro, dándonos mimos y besos. Le quería, mucho. En cada beso que él me daba podía sentía en mi estómago muchos revoloteos. Cada beso era mejor y diferente al anterior, cada uno de ellos era como si fuese el primero.

Hoy era día de universidad, siendo sincera, estoy agotada, las clases de literatura han estado muy pesadas y agregando que yo tengo un concurso, y que no llevo nada escrito del ensayo, y que ni siquiera tengo el tema elegido. Está estresándome sobre manera. Sin embargo, he quedado con Matti de ir al cine, a despejarnos un poco.

Me ha dicho que él pasaría por mi facultad a recogerme, pero de último momento, me ha pedido que lo esperase fuera de la suya, ya que había tenido un problema con uno de sus profesores. Así que le dije que no había ningún problema.

Así que, aquí estaba, caminando hacia su facultad, pareciera que él fuera a llover, extrañamente ese día estaba demasiado nublado, y hacía viento.

Llegué, y me dirigí a una de las bancas que estaban cerca, estuve diez minutos ahí leyendo un libro. De un momento a otro alcé mi vista y heche un vistazo a mis alrededores. Había unos que otros chicos y chicas reunidos en un grupo. Y muy apartados de ellos había una chica y un chico. Le resté importancia y seguí recorriendo el lugar con la mirada. Hasta que mi cerebro, reacción y mi mirada se devolvió a esa pareja.

Era él.

Matti. Con otra chica muy pegados.

Él no parecía para nada incómodo, intente no pensar mal y serenarme, pero entonces ella se puso de puntillas y lo beso. Así es. LO BESO. Y eso no es lo peor, lo peor fue que él no se apartó. ¿Y qué paso? Exactamente, el mundo se vino a mis pies.

Sin querer lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos, tome mis cosas y les plante cara. Al notar mi presencia se separaron.

Matti abrió sus ojos muy grandes, casi pude notar como se arrepentía de lo que acababa de hacer.

— Así qué un profesor, ¿no? - pregunte, haciendo lo posible porque ninguna lágrima se me escapara.

—No, As. Deja... Déjame explicarte. No es lo que crees, en serio.

— ¿Sabes acaso que es lo que creo? —se quedó callado— ¿No?, pues te lo diré. Creo que eres la peor persona que pude conocer, me has visto la cara de estúpida. Confíe en ti. Te conté todo lo que me sucedió. Y prometiste no... — mi voz se quebró - Prometiste no lastimarme. Y ahora lo estás haciendo.

—Te juro que no es lo que crees, esto significo nada, fue solo... Solo un error. No debió pasar. Déjame explicarte por favor.

Él dio un paso delante, pero yo retrocedí uno también - No. Te. Me. Acerques. — dije soltando mis lágrimas, no podía retenerlas más - No quiero ninguna explicación. Ninguna.Me di la vuelta para irme, pero me devolví y vi como una pizca de esperanza de que lo escuchara apareció en sus ojos. Pero esta se desvaneció al escucharme.— ¿Sabes que es lo que sí quiero? - no artículo palabra— Que no vuelvas a acercarte a mí. Nunca.

Y con eso me fui, escuche como sus pasos me seguían, pero no me pare, sino que camine a un más rápido, un grupo de chicos paso justamente enfrente de él, haciéndome ganar ventaja, para cuando Matthias había logrado salir del grupo, yo ya estaba abordando el transporte. Corrió, pero no lo alcanzó. Y así, vi como él se quedaba en medio de la acera. No quise ver más, y me giré para ver al frente.

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