Cuando Soliman salió del trance, miró a los gemelos con una expresión algo confusa, ya que lo que había visto lo dejó aturdido y muy confundido.
— ¿Así será el futuro? — preguntó, tratando de levantarse, pero un pequeño mareo casi lo hizo caer. Pietro corrió rápidamente a su lado para sostenerlo.
— Tranquilo, su majestad... es normal sentirse aturdido — comentó Pietro, volviéndolo a sentar en su lugar, mientras Wanda se acercaba con un vaso de agua.
— Tome... y espere unos minutos — dijo, entregándole el vaso con agua, para luego girar y mirar al Pasha, que se encontraba unos pasos detrás de ella.
— Señor Ibraim, ¿quiere ver también? — dijo Con una pequeña sonrisa de malicia, la joven, a lo cual el pasha negó rápidamente.
— No, señorita, estoy bien así — contestó rápido, a lo que los gemelos rieron por lo bajo junto al sultán.
— Es mejor así, Wanda... No queremos que Ibrahim se desoriente mucho en plena guerra — dijo con gracia Soliman, y con una carcajada que fue seguida por los otros tres.
— Bueno... creo que ya me siento mejor... pero su secreto será guardado con total discreción y nadie más, a excepción de los que presenciamos esto, lo sabrán. Será por su seguridad — dijo, parándose de su lugar y mirando a los gemelos e Ibrahim.
— Yo personalmente hablaré con todos — pronunció nuevamente Ibrahim, y los gemelos se limitaron a asentir.
— Nos gustaría estar presentes también — mencionó Pietro, tratando de convencerlo. Soliman lo pensó unos segundos antes de acceder.
El pasha mira a Soliman, el cual hace un gesto para que mande a llamar a todos para dar un aviso. En cuanto el pasha salió, no pasaron ni quince minutos cuando volvió a entrar.
— Su majestad, todos lo esperan — habló tranquilo, a lo que Soliman asiente y empieza a caminar rumbo a la salida; por detrás, los gemelos y junto a ellos el pasha.
Todos los hombres del campamento se encontraban parados alrededor de la carpa del sultán, esperando a que saliera. El lugar estaba en absoluto silencio, algo incómodo pero tranquilo a la vez.
Cuando Soliman salió, todos le hicieron reverencia, pero desviaron un poco la mirada en dirección a los dos jóvenes tras de él.— Los he convocado para hablar sobre un tema muy delicado. Estos jóvenes, a quienes les debo mi vida al igual que ustedes, serán mis protegidos, pero está estrictamente prohibido hablar sobre sus extraordinarias habilidades. Ellos fueron enviados por el destino hasta a mí, así que les pido discreción en esto — finalizó con una enorme calma pero con seriedad. Él confiaba en sus hombres, así como en los gemelos.
Después de hablar, todos asintieron en respuesta. Nadie dijo nada a pesar de tener dudas, pero si ahora eran protegidos por el gran mandatario, sabían que estaban seguros.
Así como llegaron, así habían regresado a sus labores, ya que eran demasiados los cuerpos de soldados turcos que perdieron la vida en batalla, pero también los cuerpos de los enemigos.
Los gemelos también ayudaban a mover los escombros de sus carpas cuando encontraron cuatro cuerpos que tristemente les resultaron familiares. Eran las odaliscas y los agas que los habían estado cuidando desde que habían llegado ahí.
Pietro, al percatarse, agarró a su hermana y la alejó de los cuerpos.
— No mires, vamos — dijo Pietro con un tono melancólico, tratando de llevarla a algún otro lugar, ya que ambos se habían encariñado con los cuatro. Pero ella se rehusa a ir a otro lugar.
— Es mi culpa, yo les dije que se quedaran aquí... para que estuvieran seguros — habla Wanda en los brazos del joven.
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𝙕𝘼𝙈𝘼𝙉𝘿𝘼 𝙆𝘼𝙔𝙄𝙋 ━ 𝘔𝘜𝘏𝘛𝘌𝘚𝘌𝘔 𝘠𝘜𝘡𝘠𝘐𝘓
Fanfiction★⋆𝗭𝗔𝗠𝗔𝗡𝗗𝗔 𝗞𝗔𝗬𝗜𝗣𓈒𓈒𓈒⸙ ִֶָ֪֢ ╰ ► Lo más grave no es saber dónde se está, sino cuándo se está. Su reloj interior ha sido trastornado por una caída veloz pero demasiado larga para los hábitos. ➟ Ignorar todo y olvidar la vida pasada par...