𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗨𝗠 𝗫𝗜

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Un nuevo día llegó y Wanda se encontraba platicando con Suleiman Ağa en la terraza, ya que Pietro estaba hablando en los aposentos de su majestad, cuando de repente un fuerte estruendo se escuchó adentro de la habitación, algo que llamó su atención y los puso en alerta.

Sin embargo, lo que provocaba tal escándalo era la sultana Hurrem, quien se encontraba furiosa, algo que confundió a Wanda. Intentó preguntar, pero la sultana comenzó a gritar cosas que no lograba comprender.

— Sultana, por favor, cálmese — trató de calmarla Suleiman Ağa, pero le fue imposible y su enojo empeoró.

— ¡Cállate! ¿Cómo te atreves a utilizar estos aposentos? — grito nuevamente, mirando fijamente a Wanda, quien estaba un poco incómoda y nerviosa.

Mientras tanto, en los aposentos de la sultana Mahidevran, que estaba junto a Mustafa, entra corriendo Fidan Hatun, provocando intriga en ellos.

— Sultana, tiene que venir pronto — habló tan rápido que poco se le entendió.

— Explícate, ¿qué sucede Fidan? — habló Mahidevran nerviosa, tratando de entender.

— Sultana, la sultana Hurrem se enteró de que los aposentos de la sultana Hatice fueron ocupados por la señorita Wanda y está furiosa. Temo que le pueda hacer algo — respondió nerviosa la Hatun.

— ¡Imposible! Ella no puede exceder sus límites de esa manera — habló un poco molesto Mustafa, para después levantarse y salir junto a su madre rumbo a los aposentos de Wanda. La menor aún confundida trataba de razonar con Hurrem, pero le era imposible, ya que no paraba de gritar e insultar.

— Sultana, estos aposentos me fueron dados el día de ayer por la señorita Afife, por órdenes de su majestad — contestó, ya cansada y tratando de terminar con el problema.

— ¡Mientes! — dicho eso, cacheteó a la menor haciéndola caer y golpearse muy fuerte la cabeza con una pequeña mesa que se encontraba en el lugar.

— Señorita Wanda — corrió Süleyman Ağa junto a Wanda tras el golpe que recibió.

— Sultana, ¿cómo se atrevió a golpear a la señorita? — le confrontó Suleiman Ağa, pero esto enfureció más a Hurrem.

— ¡SULTANA HÜRREM! — gritó Mustafa al ver cómo Hürrem agredía a la pelirroja. — ¿Cómo se atreve a sobrepasar sus límites? No se olvide que ella y su hermano son los protegidos de su majestad.

— No lo olvido, pero estos aposentos ya estaban arreglados para mí, sultana Mihrimah — encaró Hurrem con todo el descaro del mundo.

Toda la habitación quedó en silencio. Wanda, con ayuda de Suleiman y Mahidevran, que al ver a la joven tirada corrió para socorrerla, ya que todavía estaba aturdida por el golpe.

— ¡ATENCIÓN, EL SULTÁN SOLIMAN ESTÁ AQUÍ! — anunció uno de los guardias del sultán para hacer saber de su presencia. Todos hicieron reverencia, a excepción de Wanda, ya que aún estaba desorientada.

En ese momento, Soliman y Pietro entraron rápidamente, ya que los gritos de la sultana Hurrem se escucharon hasta sus aposentos. Pietro buscó con la mirada a su gemela, y en cuanto la vio, corrió y se arrodilló frente a ella, tomando su rostro entre sus manos para poder examinarla mejor.

𝙕𝘼𝙈𝘼𝙉𝘿𝘼 𝙆𝘼𝙔𝙄𝙋 ━ 𝘔𝘜𝘏𝘛𝘌𝘚𝘌𝘔 𝘠𝘜𝘡𝘠𝘐𝘓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora