Capítulo 32

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MIAMI, FLORIDA

CASA DE BRISA:

Brisa entró a su habitación y vio a Angie recostada en la cama. Iba despacio cuidando no derramar nada de la taza de té que su abuela había preparado para Angie y el pequeño cupcake de chocolate que llevaba en su otra mano. Angie se había tranquilizado un poco pero aún no hablaba y Brisa estaba sumamente preocupada por ella.

—An—la llamó Brisa haciendo que la psicóloga se girara en la cama para observarla. Los ojos marrones de Angie estaban rojos y Brisa sintió un nudo en la garganta al ver que la tristeza y dolor estaba escrita en esos ojos que unas horas la habían mirado con alegría—Mi abuela preparó este té para ti. Ella dice que es bueno para los nervios—dijo Brisa con ternura colocándolo en la mesita de noche y poniéndose de rodillas para quedar al nivel del rostro de Angie que estaba recostada en su almohada—. También te traje un cupcake de chocolate—vio los ojos de Angie llenarse de lágrimas—. Sé que son tus favoritos.

—Gracias—murmuró Angie con dolor y Brisa se sentó en el piso apoyando su espalda en la mesita de noche después de colocar el cupcake junto al té.

—Vamos a esperar que se enfríe un poco para ti—Brisa le sonrióm pero no obtuvo una sonrisa a cambio y se sintió triste—. Yo sé que no te gustan las cosas muy calientes y mi abuela prácticamente me lo dio hirviendo—Angie la observó—. He tenido que hacer malabares en la escalera para no quemarme la mano porque quería traerte el cupcake también, los hornee antes de ir por ti a tu consultorio, tienen chispas de chocolate blanco.

—Lamento haberte sacado de tu trabajo—fue la respuesta de Angie mientras ponía sus dos manos bajo su rostro sin dejar de ver a Brisa que estaba sentada en el piso para observarla. Brisa respiró más tranquila al escucharla hablar un poco más.

—No te preocupes por eso ahora mismo—Brisa se apoyó en el borde de la cama para verla—. Había avanzado mucho cuando recibí tu llamada. Marti puede encargarse, aunque quiere venir a verte. Supongo que en algún momento cuando esté libre la tendrás aquí molestándote—Angie sonrió vagamente y Brisa guardó silencio.

Las dos se quedaron viendo a los ojos y Brisa movió su mano para buscar los dedos de Angie que estaban bajo su mejilla haciendo que Angie sacara una de sus manos para entrelazarla con la de ella. Brisa no dijo nada mientras se acercaba un poco más poniéndose de rodillas para apoyarse con sus brazos en el borde de la cama y observar a Angie con dulzura. Se inclinó sobre ella y sin decir nada tomó sus labios en un beso. Fue un roce de labios inocente, transmitiéndole a Angie el apoyo que necesitaba.

—Habla conmigo—le dijo Brisa despegando sus labios, pero dejando su rostro cerca del de Angie—. No me gusta verte así. Me parte el corazón pensar que no puedo ayudarte. Sigues temblando y no sé qué hacer.

—Me ayudas solo con el hecho de estar aquí conmigo—Brisa pegó su frente a la de Angie y ambas cerraron sus ojos—. Sin ti estaría perdida.

—¿Vas a decirme que pasó? —preguntó Brisa separándose un poco de ella para verla a los ojos y Angie respiró hondo viéndola con dolor—. Aunque si no te sientes preparada no es necesario que me hables de nada. Podemos simplemente estar aquí esperando que se enfríe tu té y puedas comerte el cupcake.

—Quiero decírtelo, pero no encuentro las palabras—Angie suspiró—. No sé por dónde empezar. Es la primera vez que lo hablo con alguien sobre esto.

—El principio siempre es buena opción—Angie tembló—. Sabes que puedes hablarme de lo que sea, An—le dio un beso en la frente—. Yo jamás voy a juzgarte. Pensé que eso ya estaba claro para ti.

—Y no los hay, es solo que...—Angie suspiró—. Hay algunas cosas de las que no me gusta hablar—Brisa sintió una punzada de dolor ante sus palabras al pensar que con ella no existía ese problema y se lo hizo saber.

The Sweetest Love ADAPTACIÓN (brangie) CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora