Capítulo 4- Reescrito.

11.6K 845 100
                                    

Caminaba rumbo a mí oficina algo tarde. Ayer a la noche fueron unas amigas a casa y tuvimos una noche de chicas como si fuésemos adolescentes de nuevo. Kate y Huma han estado fuera de Nueva York por mucho tiempo, a eso se debe nuestra desconexión por varios meses.

Cuando les conté que definitivamente me había separado de Michel se quedaron boquiabiertas, pero me dijeron que si eso era lo que sentía estaba en todo el derecho de hacerlo. Siempre supe que esas dos mujeres iban a ser muy buenas amigas en el futuro, y ahora estamos aquí, apoyándonos como cuando éramos niñas.

— Buenos días, Lany— saluda Sally, llegué al punto de prohibirle el llamarme señorita—. Los señores Matthew y Daniel FischMey la esperan en su oficina.

— Gracias por avisar. Oh, creo que tu madre estaba en recepción queriendo hablar contigo. Me dijo que no podía contactarte y que era urgente— su rostro palidece y se levanta rápidamente, va corriendo hacia el baño y al entrar cae de rodillas en el inodoro.

Corro hasta ella y sujeto su cabello para que no lo manche mientras hace arcadas y expulsa un líquido totalmente asqueroso—. ¿Estás bien?

— Yo no creo... o sea— sobo su espalda para tranquilizarla, está bastante alterada.

— No tienes de que preoc....

— Joder, creo que estoy embarazada— me interrumpe en un susurro. Abro los ojos con sorpresa mirándola detalladamente, al igual que ella conecta su mirada con la mía. Intenta levantarse y se apoya en el lavamanos mientras mantiene un poco el equilibrio con mi ayuda. Eso no lo esperaba.

— ¿Crees?— pregunto confundida mientras ella se lava las manos.

— Hace dos semanas estoy con vómitos, mareos, dolor de estómago y inflamación. Pero eso no es lo peor, creo que estoy embarazada de mí... padrastro— juro que mi cara es un poema al escuchar lo que acaba de salir de su boca.

— Pero...

— Él... Dilan— procura de que nadie haya fuera del baño y susurra—. me violó porque no quise acostarme con él y mi madre le creyó cuando dijo que lo drogué para tener sexo. Ella hace tiempo me llama enfurecida y esto juro que me da miedo, mi madre se casó con un tipo muy peligroso, Lany. Es capaz de desaparecerme.

— No sé qué decirte, hermosa. Yo, lo siento...

— Te ruego, por favor dile a un guardia que le prohíba la entrada a esa mujer, luego veo cómo hago para salir de la empresa y ya... gracias de verdad— me abraza y lo correspondo intentando calmar su acelerada respiración—. Nunca me había sentido tan segura con una persona como para comentarlo.

— Tranquila. Si quieres puedes venir conmigo a casa luego del trabajo y vemos qué sucede— digo tranquilizándola ya que lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

— No, yo no quiero molestar a más personas de las que ya saben, apenas mi hermana está al tanto y no podemos hacer nada. Su esposo tiene amigos en la estación de policía y jueces...— dice en un susurro pero no la dejo terminar.

— Es una orden como tu jefa que soy. Cuando yo me vaya tú te vas conmigo. Ahora quiero que llegues a tu escritorio y le des la orden a los guardias de que la señora que venía vestida de chaleco naranja, jeans negros y botas de algodón sea retirada inmediatamente y se le prohíba la entrada hasta nuevo aviso— aviso segura mientras ella me regala una sonrisa amable—. Tengo un buen amigo que es coronel y puede ayudarnos, él ayudó a alguien muy importante para mí cuando le sucedió lo mismo así que no va a tener problema en hacerlo contigo.

— De verdad gracias, no puedo creer que esto esté pasando. Gracias— me abraza nuevamente de imprevisto—. Aunque déjame asegurarte que es muy difícil poder llevarle la contra sin que se entere.

Lany y sus diez demonios ✓ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora