Capítulo 25

5.2K 392 10
                                    

Daniel 2/10

Vi como Nelson salía con Lany de la habitación y inmediatamente me levanté.

¿Cómo va a dejar que camine sin ayuda? ¿Está completamente loco o qué?

— Ni te atrevas a tocarla. Muerde como perro con rabia, Daniel— frunzo el ceño mientras Lany intenta no largar una carcajada.

— Por favor vámonos que no me gustan los hospitales— suplica en voz baja mirando hacia todos lados.

— Por supuesto— todos los demás iban detrás nuestro. Ninguno se había dignado a hablar, sabíamos que lo haríamos cuando llegáramos a casa de Nelson y ella quisiese hacerlo.

El viaje se hizo eterno y más sabiendo que le contaríamos parte importante de nuestra vida, cosa que siquiera nuestros padres sabían a su totalidad. En parte la culpa de todo esto era de Nelson ya que su padre nos había metido en esto, luego nuestro tío se congenió con él y ya no podíamos dejar todo o echarnos para atrás. Estábamos completamente metidos en toda esta mierda de la mafia.

Nosotros éramos lo que traficábamos la droga de un país al otro. Los que nos encargábamos de matar a quien no nos pagase o intentara esconderse en la tierra como una lombriz escurridiza. Su padre y nuestro tío hacían cosas que jamás nos contaron y sé que llevarán ese secreto a la tumba. Supongo que Massimo no lo sigue haciendo, pero nuestro tío se metió de lleno al tráfico de cocaína y marihuana. De vez en cuando manda heroína a demás continentes por ser adictiva a un extremo bastante alto y por la que más pagan.

— ¿Dicen que comencemos ahora con la charla? Acaba de llegar— Matthew es el primero en negarse a hacerlo, pero también debería de ser el primero en pedirle perdón por lo que anteriormente dijo sobre ella.

Soy consciente de que hicimos mal en revisar sus cosas aunque Jack, Terrence,  Nelson y yo dijimos que no sería bueno meternos donde no nos llamaban. Obviamente Matt no nos dio importancia y hizo lo que se le dio la gana comenzando con revisar sus muebles.

— Tengo una idea— salta Guzmán sentándose en el sofá—. Primero todos le pedimos perdón, luego hablamos de lo importante.

— Esa no me parece una mala idea— apoya su gemelo.

— Yo ya le pedí perdón, pero lo haré de nuevo— sentencia Nelson.

— Perfecto. Entro yo— me apresuro al pasillo y comienzo a caminar hacia la habitación donde se encuentra Lany sintiendo algunos gruñidos por parte de los hermanos.

Toco dos veces la puerta y luego de unos segundos esta se abre permitiéndome ver a una Lany bastante tranquila y en pijama.

— ¿Por dormir?— niega y termina de abrirla hacia atrás para que pueda pasar.

— ¿Quieres agua?— ofrece de su vaso mientras rio.

— ¿Lo poco que te queda lo ofreces?— se encoje de hombros—. Lany, vengo a hablar contigo.

— Bien...— suspira y se sienta en el borde de la cama de invitados—. Yo principalmente quería decir que lo siento por mí inmadurez— se apresura a decir.

— Oye no, la culpa fue nuestra en todo momento.

— Yo también tuve que haber sido un poco más adulta y intentar escucharlos los primeros días, lamento mi comportamiento.

— Lany, principalmente quiero decirte que me alegra que no sigas enojada conmigo porque literalmente los nervios me comían por dentro. Por otro lado y en general te pido disculpas por los mastodontes de mis hermanos.

Lany y sus diez demonios ✓ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora