Capítulo 45

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 Desperté desorientada, recordando la pesadilla de la noche anterior. Sé que lo maté, y lo tengo presente, porque lo siento junto a mí. Su espíritu me trabaja la cabeza, sabiendo que estoy teniendo un remordimiento de conciencia, me siento culpable.

Los FischMey siguen ahí, presentes para todo lo que yo necesite. Me gusta que me cuiden, pero necesito un psicólogo, sé que lo que pasó estuvo mal, también sé que se lo merecía, pero no puedo parar de pensar en que fui la culpable.

Bajo a la cocina, donde Guzmán y Lence están cocinando lo que supongo es pollo. Klaren, Jack y Gustavo se encuentran sentados viendo un partido en el living bebiendo lo que creo es Whisky.

Aunque no lo pueda creer, ya ha pasado un mes y poco desde que acabé con su vida. Estamos a menos de una semana de que el desfile se haga, es más, faltan tres días y estamos a full con detalles mínimos que creemos que mejorarán todo.

También estoy haciéndome la cabeza por cosas que no debieran de preocuparme, supongo, pero Jack ha estado un poco distante este último mes y no sé a qué se debe. Con todo lo de la colección no he parado bolas en otros temas que no sean ese y la muerte de Massimo, pero he visto las llamadas a escondidas que se hace, los mensajes que escribe y apaga el móvil cuando me ve llegar, las desapariciones que se pega y vuelve a los dos días sin explicación, sabiendo que no ha estado en la empresa.

No debería de preocuparme por esas cosas, es adulto y sabe lo que hace, pero me parece extraño. Son comportamientos que él jamás había tenido, o por lo menos desde que lo conozco.

— Jack. ¿Podrías hacerme un favor?— corre la mirada del televisor y me mira, asintiendo—. Acompáñame.

Me doy vuelta sabiendo que vendrá detrás de mí. Estoy dispuesta a preguntarle, porque la comunicación es lo mejor para las parejas que quieren seguir estando estables.

— ¿Qué pasa, hermosa?— dice luego de cerrar la puerta de mi habitación.

— ¿Qué te pasa a ti, Jack?— frunce el ceño mientras se acerca arremangando su camisa.

— No entiendo de qué me hablas.

— ¿No entiendes?— niega—. Te lo cuento. Las llamadas extrañas, las conversaciones que me escondes, el tiempo fuera que pasas y que sé que no estás en tu oficina ni en tu casa. ¿Alguna explicación válida para eso?

— ¿Estás celosa?— alzo una ceja.

— ¿De verdad estás desviando la pregunta? ¿Para qué? ¿Para no tener que contestarla?— niega un par de veces y enrolla sus largos brazos por mi cintura.

— ¿Me crees si te digo que es una sorpresa a base de un trato que tú sabes, solo que no te acuerdas?

— No me suena a que me convenza mucho, pero te creo— él sonríe. Besa lentamente mis labios, intensificando el movimiento cuando me aprieta más contra él.

— Yo sé que te va a encantar, y no quiero arruinar la sorpresa— finaliza.

— ¿Los demás saben de eso?

— Es solo tuya y mía, ellos no entenderían— asiento confundida. ¿Qué puede ser eso que solo nosotros dos entendamos y que obviamente yo no recuerdo?

— Oye, Jack— asiente y deja de repartir besos en mi cuello para mirarme—. He vuelto a tener pesadillas.

— ¿Te duele la cabeza o algo?— niego y pasa su mano por mi frente, para luego apoyar sus labios en el mismo lugar—. Fiebre parece que no tienes.

— No me duele nada, pero no dejo de tener pesadillas sobre ese día y como él aparece diciendo que nos veremos en el infierno, luego él me mata y termino despertándome.

Lany y sus diez demonios ✓ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora