Capítulo 32

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Maratón 9/10

Terrence.

Las letras seguían corriendo sin sentido, ya no sabía qué escribía. No he dormido por tres días terminando algunos arreglos con las empresas que hemos estado haciendo negocios estos últimos dos meses. Padre no ha visitado la empresa desde hace tres semanas, y me estresa el saber que no podemos hacer nada alterno a su supervisión.

Matthew siempre está al pendiente de la opinión suya, como si nosotros fuésemos muñecos que maneja a su antojo. Lo aprecio, mucho, pero no quiero que mis hermanos estén al pendiente de lo que él opine. Jack está un poco más distante también, no sale de su casa, apenas come, ha vuelto a ese bucle en el que estaba metido hace un tiempo. 

Mi teléfono comienza a vibrar sobre el escritorio. El nombre de Klaren aparece en pantalla, no pienso contestar, tengo mucho trabajo como para salir. Ya me sé las imprudencias de sus llamadas.

Lo silencio del todo y sigo con mis asuntos en la computadora. Los minutos pasan y la notificación de un mensaje por correo aparece por la parte superior derecha del aparato. Lo abro y noto que es uno de Klaren, supuestamente urgente.

Klares.F.M.ttt.com
Pedazo de imbécil, contesta el puto teléfono.

Cuánto amor por parte de mi misma sangre, la verdad es que aprecio sus bonitas palabras.

Vuelvo a encender el móvil y busco en los siete mensajes perdidos luego de quince llamadas también perdidas dentro del grupo de los diez y en el chat privado con él.

La no hermosa familia FischMey.
- Klaren;
Lany quiere verlos. Vengan AHORA a su empresa. Los veo.

Klaren;
Mira los mensajes del grupo, eres el que falta confirmar.

Klaren;
¿Quieres contestar o dar por lo menos señales de vida?

La no hermosa familia FischMey.
Klaren;
¿Alguien sabe algo de la existencia de Terrence?

Klaren;
¿Aún vives? Por lo menos para que contestes un mísero mensaje de mierda.

Yo;
¿Lany quiere vernos? ¿A nosotros? Esto seguramente es una broma de mal gusto tuya en la cual no pienso entrar. Nos vemos hermanito.

Lence;
Es verdad, Jack ya está allá y nos quiere ver.

Era fácil deducir que él sería el primero en llegar, Jack tiene una maldita dependencia por ella.

Agarro mi teléfono y la chaqueta que está colgada en el perchero al lado de la puerta antes de salir rumbo a su empresa. Los empleados me miran extrañados, al estar tanto tiempo en la oficina no salgo hasta las once o hasta casi la una de la madrugada.

— Señor Terrence, ¿Necesita algo?

— Por favor, cierra mi oficina y habla con el personal más cercano a mí. Diles que tengo que salir y no sé si vuelvo.

— Entendido. Que le vaya bien, señor. Espero más ordenes luego— con una sonrisa me adentro en el ascensor y bajo una infinidad de pisos mirando el teléfono.

No sé si pueda posponer todas las reuniones de hoy, pero intentaré hacer lo que tenga que hacer rápido para poder volver y encargarme de todo esto.

Cuando llego a mi auto no tardo en ponerlo en marcha y irme lo antes posible. No queda tan lejos para ser sincero, pero si llego antes puedo irme antes y terminar todo lo que tengo que hacer. Eligieron uno de los peores días.

Lany y sus diez demonios ✓ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora