Capítulo 16

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La noche había llegado y con eso la hora de irnos. Todavía me estaba preparando con una falda de tubo roja y una malla negra en escote que si bien se puede interpretar como un traje de baño, en la ropa es diferente. Esta tiene un escote largo hasta mi ombligo con hilos cruzados de un lado a otro hasta llegar a la altura de mis pezones.

Traigo unas botas de cuero que llegan hasta mis rodillas y apenas un poco de maquillaje que cubre mi rostro. No me gusta estar llena de cosas así que sólo apliqué un poco de rubor, delineador y un lápiz labial rojo mate. Aros no llevaba pero sí un collar negro que hacía juego con la simulación de vestido. El dije era una piedra, para ser más exactos una turmalina negra.

Al salir me encuentro con Jack quien está hablando con alguien por teléfono en el comienzo de las escaleras. No parece nada relajado, está tenso y sus músculos hacen que su saco quede tirante.

— ¿Y a mí quién me asegura que viva? Si todo es riesgoso y más con Gerard— espeta furioso.

Pasa su mando velozmente por su cabello despeinándolo más. Mueve su pie de arriba hacia abajo y parece que lo único que quiere es acabar con tal cosa.

— No entiendes que me importa una mierda. Si él muere ya sabes qué les pasa a tus sicarios. ¿Recuerdas que estás hablando de mí hermano? Él no va a morir, no puede. Si él se va a la otra vida, me encargaré de que supliques por mí perdón. ¿Te queda claro?— hay murmullos del otro lado de la línea y parecen gritos de un hombre furioso.

Cierro la puerta de golpe haciendo que voltee y le sonrío, como si nada hubiese pasado.

— ¿Estás bien? He oído gritos pero no sabía si eran de aquí— él suspira y apaga el teléfono mirando hacia todos lados menos a mí.

— Sí, era yo. Lo siento si te molesté o grité muy fuerte. ¿Tú estás bien?— asiento.

— ¿Quieres contarme qué pasa?

— Necesito primero hablarlo con los demás. Si pudiera decirlo así como así no tengo ningún problema en contrate todo de nosotros, pero tengo que ver si los demás están dispuestos también— me sonríe de boca cerrada y analiza mi cuerpo de arriba hacia abajo—. Estás preciosa mujer de calcetines de Minions.

— Primero, gracias. Segundo. ¡Deja de decirme así, Jack!— se ríe a carcajadas antes de negar aún con la sonrisa.

— ¿Nos vamos?— asiento colocando mejor mi bolsa.

...

El club estaba repleto de personas que jamás había visto en mí vida, siquiera una vez. Los hermanos estaban más arriba en la sección VIP pero Jack se ofreció a darme un recorrido por todo el lugar antes de juntarnos con los demás. Habían seis habitaciones completas en total; la pista de baile, dos baños, la cocina la cual sólo permitieron verla de lejos y las dos últimas habitaciones con sofás y un tubo en el medio de un pequeño escenario.

No me parecía extraño ya que el nombre del club te lo decía todo.

Dada por finalizada la recorrida me guía a un par de escaleras bastante lujosas las cuales son flotantes y con luces blancas debajo de cada escalón. De verdad que no se prohíben de ningún detalle por más mínimo que parezca. Hay unas cintas blancas en las puertas que caen en cascadas pero te dejan visualizar en interior.

— Nosotros estamos un piso más arriba, Lany— señala a dos de los hermanos que se llegan a ver por el barandal pero no parecen percatarse de que estamos por llegar.

— En tú casa hay manos escalones, Jack. No quiero seguir subiendo estos quince más, no estoy en forma pero tampoco es para que me lo recuerdes indirectamente— él sonríe.

Lany y sus diez demonios ✓ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora