Con el correr de los días Yuuki había conseguido el perdón de su esposo, la mujer era astuta y bastó con que pasara un par de horas con los niños para obtener mil y un elogios de su esposo.
- Amor, una de mis amigas se casará y le haremos una despedida de soltera, pero ya sabes a las chicas se les ocurrió que no fuera en la ciudad -
- Pero el sábado es cumpleaños de Seiren -
- Lo sé, pero cumpleaños hay muchos, pero esta despedida de soltera será solo una vez en la vida, ya sabes que soy de la idea que el matrimonio es para toda la vida -
- Yuuki, pero Seiren es nuestra hija, es importante que su madre esté a su lado en un día tan importante como su cumpleaños -
- Lo siento tanto, pero no puedo fallarle a mis amigas - dice Yuuki
Kaname la miró con mucha tristeza, su esposa no podía fallarle a su amiga, pero no dudaba un segundo en fallarle a él y a su hija. Pero bueno él ya sabía que no podía contar con su esposa para criar a sus hijos.
- Ve, entiendo es importante para ustedes estar con tu amiga en su despedida de soltera -
- Gracias, mi amor. Eres tan comprensivo. Te amo tanto -
Yuuki lo besó apasionadamente en los labios y a los pocos minutos la mujer salió de casa. Kaname terminó de tomar su café y partió con los chicos a la guardería.
- Buenos días, maestro Zero - saludó el hombre al jovencito
- Buenos días, señor Kuran - recibió como respuesta
- Hoy en la tarde pasaré un poco más tarde por los chicos, tengo una junta importante y mi mayordomo no trabaja esta semana, así que le pido disculpas de antemano -
- No hay problema, pero recuerde pasar por ellos, la vez pasada Hana moría de hambre -
- Lo recuerdo, y le pido disculpas nuevamente -
- No es necesario, estar con los niños siempre es un agrado -
Poco a poco Kaname y Zero se comenzaron a ver más, ambos hombres se agradaban entre ellos, pero ninguno estaba dispuesto a avanzar más allá de lo políticamente correcto. Eran maestro y el padre de los pequeños alumnos.
- Desde cuándo sonríes tanto - dice Takuma a su amigo
- Siempre he sido un hombre feliz, no te entiendo, Takuma -
- Desde que conociste a cierto maestro, sonríes más -
- El haber conocido a Zero no tiene nada que ver -
- ¿No? -
- A ver que quieres decir. Por que si estás insinuando que tengo algún amorío con ese niño, estás completamente equivocado -
- Deberías tener un amorío con él - Kaname lo miró con espanto - El chico es guapo, joven y muy dulce -
- Esta casado y yo también - le recuerda Kaname - es imposible que él y yo tengamos nada -
- Dime que no te pasa nada con él - Kaname lo miró molesto - Vamos no seas mentiroso contigo mismo. En Zero has visto lo que no has podido ver en tu esposa, porque tu mujer puede ser linda, sensual, pero es fría, solo te complace en la cama. Pero como esposa es despreocupada y como madre es la peor y eso te duele, aunque no quieras creerlo -
- ¡Sí! Es guapo, es dulce, pero es de otro y fin del tema -
Por una casualidad Zero y Kaname se habían conocido, como casualmente Rima hablaba con su amigo de un tema muy parecido.
- Deberías darte cuenta que ese hombre te interesa y mucho -
- Claro que no. Rima, ya sabes que no quiero nada con los hombres, no volveré a confiar en un hombre guapo -
- Zero, no puedes cerrarte al amor -
- ¿Quién dice que lo amo? -
- No sé si es amor, pero debes reconocer que hay una atracción y es innegable. Ese hombre te gusta. ¡Y no me mientas! Tengo dos ojos en esta cara y he visto como lo miras. El viudo Kuran te atrae y él también te mira de una forma especial -
- Claro que no. Reconozco que es atractivo, pero ¿haz visto su mano? -
- ¿Qué? ¿Acaso tiene los dedos chuecos? - dice la mujer socarronamente
- No seas tonta. Hablo de la argolla de matrimonio que usa. Ese hombre aún le es fiel al recuerdo de su esposo o esposa fallecida - dice Zero
- Capaz que la use por costumbre -
- Por favor, Rima. Eso no debe ser, creo que él aún ama a la madre de sus hijos -
- Pero el señor Kuran es un hombre joven aún, no creo que se quiera quedar solo toda una vida -
- Rima, ya por favor. Termina este tema. No nos lleva a nada - dice finalmente Zero algo incómodo con la charla
Dos semanas después Kaname y Zero se verían mucho más. Era la semana de aniversario de la guardería y todos los días habían actividades para los niños y sus padres. El lunes los padres fueron invitados a almorzar con sus hijos y degustar de los deliciosos postres que sus maestros hicieron para la ocasión. El martes los niños bailaron usando vestimenta tradicional. El miércoles fue el día en que los padres leían para los niños. El jueves montaron varias obras de teatro y finalmente el viernes fue el festival deportivo, donde Zero tras correr de aquí para allá, terminó teniendo un pequeño accidente al caer de una escalinata.
- ¡Auch! Se quejaba Zero al momento que Kaname ponía desinfectante en la rodilla magullada del maestro
- Si le duele mucho, deberíamos ir al hospital - dice Kaname
- Claro que no, es solo un rasguño - dice Zero
- Pero si le duele, allí le podrán dar algún analgésico, además ese tobillo se ve algo inflamado -
Zero se miraba el tobillo y si, era verdad estaba comenzando a ponerse algo rojo, inflamado y dolía mucho.
- ¡Dios! - exageró Rima - Amigo, así no te puedes quedarte, debes ir al hospital, pero no hay nadie que pueda acompañarte ¿Qué vamos a hacer? -
- No hay problema - responde Zero - Yo iré después, ahora debemos continuar con el festival de los niños -
Kaname vio como Zero se ponía de pie y su expresión de dolor cuando apoyaba su pie y sin que el peliplata se lo pudiera esperar lo tomó entre sus brazos al estilo princesa y habló.
- Señorita Rima. Yo me haré cargo del maestro Zero. Solo le pido que cuando llegue el señor Takuma Ichijou le entregue a mis hijos. Es un buen amigo y estoy seguro que me ayudará con ellos si no volvemos temprano -
- Pero... pero... - murmuraba Zero muy avergonzado
- Por supuesto y por Yori no te preocupes, yo voy por ella - dice Rima sonriendo mientras mecía su mano despidiéndose de Zero.
ESTÁS LEYENDO
¿El hombre perfecto?
FanfictionInteligente, atlético, educado, romántico, responsable, divertido, analítico, sensible, detallista, ama a los niños y sumamente guapo. Son algunas de las características del hombre perfecto y las que encajan a la perfección con Kaname.