¿El hombre perfecto?

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Takuma estaba feliz de ver a su mejor amigo tan enamorado. Hacia ya dos meses que Kaname había adquirido un cómodo y espacioso departamento, donde ahora Zero y Yori vivían y donde el castaño pasaba gran parte de la semana. Aunque a Zero le llamaba la atención de que nunca fuera con los niños, pero también entendía que ellos eran pequeños y se podían confundir fácilmente, de hecho Yori en sus balbuceos le decía Apa a Kaname, pues la pequeña no podía decir claramente la palabra papá.

- Hola - Saluda Takuma a su amigo al entrar a la oficina de este - ¿Cómo están las cosas? -

- Bien, me contacté con mi abogado, creo que comenzaré los trámites del divorcio -

- ¿Crees? - interroga el rubio

- No. Quiero decir que los comenzaré. Creo que ni Zero ni Yuuki se merecen que les haga esto. Espero que ella no lo tome tan mal -

- No debería, por que es más que obvio que está con otro -

- ¡Deja de hablar mal de ella! -

- Es la verdad, Dios Kaname, como no te das cuenta, ella ha pasado más tiempo fuera de casa que tú y sin contar que no se preocupa de los niños -

- Bueno, deja eso. Esta tarde hablaré con ella -

- No sabes lo feliz que me hace eso, mereces ser feliz al lado de ese chico -

- Gracias, amigo -

Al llegar a casa Kaname se sorprendió de ver a su esposa en la sala con los niños jugando a su alrededor.

- ¡Kaname! - grita la mujer sorprendida de verlo en casa tan temprano

- Me vine antes, quería... - pero al verla llorar se arrepintió a seguir hablando - ¿Qué ocurre? Yuuki -

La mujer sin dejar de llorar apretó el papel que tenía en su mano. Kaname con cuidado lo tomó y le pidió a sus hijos que fueran a jugar al jardín. Yuuki estaba desecha, su corazón dolía y no podía más con tanto dolor.

Una vez que la calmó un poco leyó aquella hoja, que no era nada menos que el resultado de unos análisis de sangre.

- Yuuki ¿Estás embarazada? -

- Sí - lloraba la mujer

- Tranquila, sabes que un bebé es motivo de alegría, yo sé que no te gustan los niños, pero no estás sola, sabes que yo estoy contigo, tal como lo he estado en tus dos embarazos anteriores -

- ¡No! -

Yuuki lloraba y lloraba, era la primera vez que saber de un embarazo no le molestaba, pero la reacción que había tomado Yagari si la destrozó. "Yo no me haré cargo de sus errores, siempre usé protección con usted, como con todas las clientas. Porque usted debe entender que nosotros no somos pareja ni nada. Mi relación con usted es meramente laboral"

- Vamos tranquila, Yuuki, no te hace bien llorar de esta manera - dice al momento que la ayudaba a ponerse de pie e ir hasta la habitación - Ya verás que pronto te sentirás mejor -

- ¡Kaname no me dejes sola! Tengo miedo - lloraba la mujer aferrada al cuello del castaño

Kaname no supo que hacer en ese momento, Yuuki estaba esperando un hijo suyo, no podía pedirle el divorcio en esos momentos. Pero amaba a Zero. El castaño estaba en un gran dilema, porque en algún momento sus mentiras saldrían a la luz y no quería que Zero saliera nuevamente lastimado y tampoco Yuuki.

Al día siguiente Takuma se acercó a la oficina de su amigo, pero al ver la cara de preocupación del hombre entendió que no todo había salido bien.

- ¿No está dispuesta a darte el divorcio? - pregunta Takuma

- No sé lo pedí -

- Pero ¿Por qué?¿Acaso no amas a Zero? -

- ¡Claro que lo amo! Pero Yuuki... ella... -

- Olvida a esa mujer. Sabes que tus hijos y tú no la necesitan para ser felices, piensa en tu futura vida con Zero, Yori y los chicos -

- Yuuki está embarazada. Voy a ser padre nuevamente -

- ¡Qué! - grita espantado Takuma - Pero ese bebé no puede ser tuyo -

- Que dices -

- Tú mismo me lo dijiste, que desde que estás con Zero, no habías vuelto a tocar a la zorra -

- No le llames así. Yo... bueno eso no fue tan así -

- ¡Miserable! Lo engañaste con esa -

- ¡No! Técnicamente engañé a Yuuki con Zero

- Ahora resulta que esa zorra que te ha dejado tirado con los niños desde siempre se ha convertido en la víctima. Eres un grandísimo idiota - dice muy molesto Takuma y mirándolo con enfado - Supongo que esto no hará que cambien tus planes -

- Claro que los cambia, no me divorciaré de ella -

- ¡Piensas seguir engañando a Zero! -

- No. Romperé con él - dice al momento que Takuma meneaba su cabeza en señal de rechazo

- Le dirás la verdad ¿supongo? -

- Claro que no -

- Le mentirás de principio a fin. ¡Eres un idiota! Perderás a un bien hombre por esa zorra. Pero quizás sea lo mejor, Zero se merece un hombre de verdad no un segundo mentiroso en su vida -

- ¿Alguien como tú? - pregunta Kaname molesto ante tan ferviente defensa

- No. Dije un hombre de verdad, uno que no se dedique a mentir una y otra vez, uno que tenga los cojones de hablarle a la cara sin mentiras. Y esta claro que tú y yo no somos así -

- ¿Y cuál es tu gran mentira? Por qué yo no sé de ninguna -

- Más bien lo mío es omitir. No mentir, pero al caso es lo mismo, ambos somos indignos de Zero -

Kaname se quedó en silencio, amaba a Zero pero por culpa de sus mentiras y su indecisión lo perdería y lo peor no era eso, lo peor era que lo iba a lastimar.

- Kaname, amigo. Si de verdad amas a Zero yo puedo ayudarte - dice Takuma muy nervioso

- ¿Cómo? -

- Acompáñame a mi oficina -

Ambos hombres se dirigieron a la oficina del rubio y este de su escritorio sacó unas fotografías. En las que se veía a Yuuki en el club Swinger en compañía de dos hombres prácticamente desnudos.

- ¿Qué es esto? Takuma - dice completamente impactado

- Tu esposa con sus amiguitos -

Kaname arrojó las fotografías al rostro de Takuma quien no entendía la reacción de su amigo.

- ¡Hasta cuando tu maldita obsesión con mi esposa! -

- ¿De qué hablas? -

- De esa basura que me pasaste -

- Es ella, es lo que necesitas para poder tener tu libertad -

- ¡Son fotos trucadas! -

- Claro que no -

- Acaso olvidas tus fotos con las celebridades en la universidad. Tenias fotos hasta con Marylin Monroe. Siempre fuiste bueno trucando fotos. ¡Eres un demente! No te quiero cerca de mi familia -

- ¿De cuál de las dos familias? - pregunta Takuma dolido

- De ninguna. ¡Eres un maldito pervertido! -

- Podre ser un pervertido. Pero tú eres un idiota y un ciego que no quiere ver -