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Zero miraba el oleaje desde la arena, llevaba ya algunas semanas en la pensión de la abuela de Rima, Yori jugaba con su cubeta y pala haciendo un castillo o mejor dicho lo que la pequeña creía era un castillo.

- Hola ¿Cómo estás? -Pregunta Rima

- Bien, creo que el mar me ha sentado muy bien - responde Zero sin ninguna emoción en su voz

- ¿La barriga? -

- Creciendo - y luego de un suspiro - Estoy bien, Rima, no te preocupes por mí,  saldré a delante con mis hijos, no neces... - la voz de Zero se quebró

- No necesitas a Kaname. Eso es lo que me ibas a decir -

- Sí, me volveré más fuerte y lo olvidaré. Lo prometo -

- Quizás deberías hablar con él  -

- ¡¡No!! No quiero oír sus mentiras. Ya estoy cansado que se rían de mí, soy un tonto y lo sé, pero ya no puedo más -

- Zero, debes calmarte, no te hace bien estar alterado, piensa en tu salud y la del bebé -

- Lo amo, pero tengo que dejar de amarlo, el tiempo, la distancia me harán olvidarlo, lo sé, ya me ha pasado antes -

- Zero, amigo. Kaname se ha divorciado y el bebé que esperaba esa mujer no es de él. Aún tienen una oportunidad para ser felices, aún pueden ser una familia con ese niño que llevas en tu interior -

- ¡No! No quiero vivir una mentira, no nuevamente  -

- Pero esta vez puede ser distinto -

- No, Kaname y Kain me mintieron, ambos me lastimaron y jugaron con mis sentimientos, no quiero ser el sucio amante de nadie más -

- Pero ahora... -

- No, Rima, no insistas, por ahora solo quiero tranquilidad, quiero tener a mi bebé y vivir solo para ellos -

- Pero ese bebé tiene un padre que sí quiere hacerse cargo de él  -

- Lo sé,  Kaname es un padre dulce y amable, pero por ahora, mientras aún no nazca, lo quiero lejos de mí  -

- Amigo. Sé que sufres, pero no eres el único -

- Por ahora no puedo pensar en el sufrimiento de los demás,  por ahora solamente necesito tranquilidad, quiero tener a este bebé y luego pensaré en lo demás - y cambiando el tema - Senri ¿Cómo está? Ya se recuperó de su gripe -

- Sí,  ya está como nuevo -

- Me alegro por él  -

Luego de eso la conversación se volvió banal, hablaron del clima, de los niños de la guardería y cosas así.  Cuando finalmente cortaron la llamada de teléfono Rima miró a Kaname a los ojos.

- Creo que te debe haber quedado claro,  Zero no desea verte por el momento -

- Rima, por favor, te lo ruego no me alejes de Zero, ni de mis hijos -

- ¿Hijos? Kaname solamente ese bebé que aún no nace es tu hijo -

- Te equivocas Yori es mi hija. Porque la amo y para mí no existen diferencias entre ella, el bebé que Zero espera, Hana o Seiren -

Kaname se sentía muy ofendido con las palabras de Rima, por lo que su rostro mostró su malestar, fue en ese momento que Rima supo que Kaname si era el hombre destinado a hacer feliz a Zero, independiente de sus errores iniciales.

- Zero esta en la pensión de mi abuela,  te daré la dirección - Kaname la miró sorprendido - ¿Pasa algo? -

- ¿ Por qué cambiaste de parecer? -

- Porque cualquiera que piense que Zero y Yori son su familia se merece una oportunidad -

Kaname al fin tenía la dirección y al fin podría ver a Zero. Quería salir corriendo a su encuentro, pero esta vez debía ser prudente y no dar un solo paso en falso.

Dos días después Kaname llegaba a la pensión de la abuela de Rima en compañía de su madre y sus dos hijos, era casi de noche y los pequeños tenían mucho sueño, Kaname estaba muy inquieto.

- Calma, hijo. Si ese Zero es la mitad de lo que me has contado, volverá contigo. Su noble corazón te va a perdonar -

- ¿Y si no lo hace? ¿Qué hago? mamá -

- Lo hará, es el hombre que cuido con amor de tus hijos, que se preocupaba de ti e incluso se preocupaba de tu amigo. Es un joven dulce. Claro que está dolido por tus mentiras, pero te ama y eso será mucho más importante para él  -

Esa noche Kaname casi no durmió  estaba muy nervioso, pero su madre tenía razón, Zero era un chico de corazón dulce y él había escuchado de la propia boca de Zero que aún lo amaba.

A la mañana siguiente Zero salió con Yori a la playa, el corazón de Kaname dio un brinco dentro de su pecho, Zero se veía tan hermoso, a pesar de su palidez y de su expresión de tristeza. Quiso salir corriendo, pero su madre lo detuvo.

- Primero mantén la calma y luego vas -

- Sí,  madre -

El hombre esperó a que sus hijos terminaran de desayunar y salieron todos a la playa.

Zero miraba el mar y tocaba su barriga con una de sus manos, la pequeña Yori jugaba con la arena y reía aunque no con la misma alegría de antes.  En un momento la pequeña se dio la vuelta su alegría al fin fue genuina.

- ¡¡Papá!! - Gritó y corrió directamente a los brazos de Kaname

Zero se dio la vuelta sin ponerse de pie para ver como su pequeña abrazaba a Kaname y este besaba sus mejillas.

- Papá, Yori te exxxtrano mucho -

- Yo también te extrañé, mi princesa -

En ese momento Zero se puso de pie con dificultad. Y se acercó a Kaname que seguía sosteniendo a Yori en sus brazos.

- Kaname, por favor suelta a mi hija y vete. Te lo pido por favor -

- Zero, amor. Sé que actué muy mal, pero si hice todo lo que hice fue porque tenía miedo de perderte - y mirando a Yori - de perderlos a ambos. Los amo como no tienes idea. Ustedes y mis otros dos hijos, lo son todo para mí -

- Yo ya he tomado una decisión, y quiero alejarme de ti - dice Zero

- Y de ellos también te quieres alejar - dice Juri la madre de Kaname quien iba de la mano con sus nietos

Zero no pudo aguantar su llanto,  amaba a esos niños como si fueran suyos y verlos con sus ojitos llenos de lágrimas había tocado su corazón. Ambos niños se soltaron de su abuela y corrieron al lado de Zero quien se arrodilló para recibirlos entre sus brazos.

Tras muchos besos y lágrimas Juri se llevó a sus dos nietos y a Yori quien ya la llamaba abuela, fue así como la pareja se quedó a solas en la playa.

- Si vuelves a mentirme. Te juro que me iré y me llevaré conmigo a mis cuatro hijos. Porque Hana y Seiren no estuvieron en mi vientre, pero si están en mi corazón - dice Zero mirando muy seriamente a Kaname

- Prefiero perder un brazo o una pierna a volver a mentirte, no quiero perder la hermosa familia que tengo -

- Más te vale que sea cierto  -

Zero le sonrió al castaño y este lo besó como llevaba meses soñando hacerlo.

¿El hombre perfecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora