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Cuando Takuma volvió con Seiren se encontró con su amigo sentado en la sala con Hana en sus brazos y despierto.

- ¿Dónde está la pequeña y el chico guapo? - pregunta Takuma expectante a la respuesta

- Se fue - responde el castaño visiblemente nervioso

- ¡Qué diablos hiciste! ¿O qué no hiciste? -

- Lo besé - responde una vez que los chicos comían sus golosinas en la cocina

- Eso es genial - sonríe feliz Takuma - Ese chico es guapísimo, se ve que es muy dulce y... -

- ¡Basta! No está bien. Él tiene al padre de su hija y yo a Yuuki, no puedo creer que haya hecho algo así -

- Amigo - Takuma se sentó en la mesa central de la sala, la que estaba frente al sofá donde Kaname estaba sentado - No creo que lo hayas besado por nada, tú no eres así.  Creo que si lo besaste, es porque ese jovencito es especial para ti, ese chico es todo lo que alguna vez buscaste en una pareja. Es amable, buen padre, de corazón cálido y guapo -

- Y el esposo de alguien más  - Kaname aterriza las ilusiones de su amigo - Sobre todo el esposo de otro hombre -

- Si él siente lo mismo por ti, existe el divorcio -

- Él se molesto muchísimo, me dijo que no me acercara nuevamente a él y creo que tiene razón.  Debo alejarme del maestro Zero, por su bien y el mío -

- Es una lástima que pienses eso, no conozco mucho a Zero, aparte de lo que tú me has contado, pero se nota que es alguien que vale la pena -

El pie de Zero demoró diez días en estar complétamente sano, el chico volvió al trabajo, pero no volvió a ver a Kaname. Después de ese incidente en el departamento de Takuma, los niños volvieron a ir y venir de la escuela con el mayordomo. Zero se sintió algo decepcionado por la nula insistencia del castaño, tan fácil era olvidarlo, tan fácil era besarlo y después abandonarlo. Zero tenía un cúmulo de sensaciones, pero se las callaría, era lo mejor.

Un mes ya había pasado y si bien Kaname no se aproximó a la guardería por respeto a Zero, la verdad era que no podía sacar de su cabeza al joven maestro. Trató de buscar refugio en su esposa y las candentes noches de sexo con ella, pero la verdad era que no estaba funcionando, además la mujer llevaba una semana prácticamente fuera de casa. Una de sus amigas había tenido un accidente en coche y ella estaba todo el día y noche en el hospital acompañándola.

Takuma estaba en la barra del bar Swinger de siempre cuando se encontró con la amiga de Yuuki, esa que estaba tan grave en el hospital.

- Hola, guapo - le saludó la mujer con su habitual descaro  - ¿Estas solito? ¿Te hago compañía? - dice al momento que ponía su mano en la entrepierna del rubio

- Estoy esperando a Kaito - responde sacando la mano de la mujer

- Que lástima, sigues frecuentando  a ese puto. Por lo que escuché en el salón de juegos. Es casi exclusivamente tu mascota esta temporada -

- No es exclusivo mío,  pero nos llevamos bien, es un tipo agradable -

- Sí,  recuerdo que Yuuki y yo lo contratamos por unas horas y te puedo decir que como mujer alfa, jamás me sentí más complacida que cuando se la metí, tiene un ano tan jugoso y caliente que te entiendo a la perfección  -

- ¿Estas sola? -

- No, vine con mi esposo, se está follando a un tipo nuevo y a Yuuki -

- Así  que la zorra está aquí ya. Supongo que ya debe tener la boca llena -

- Jajaja - sonrió la mujer  - Sí, ya la conoces no le basta un solo pene,  necesita al menos dos, seguramente le está comiendo el pene al chico nuevo, mientras mi esposo se la mete al tipo ese -

- Y mientras Kaname, jura que su esposa está en el hospital cuidándote por el terrible accidente automovilístico que supuestamente tuviste. Es una golfa -

- No te hagas el santo, que bien que te has follado todo lo que se mueve en este bar y en el club -

- Pero no tengo pareja -

- ¿Y qué? Aquí todos somos limpios, y nos sabemos cuidar -

- Claro, pero él no tiene idea de la actividades de su mujer -

- Entonces dile. Ve a contarle de este lugar y lo que hacemos - y mirándolo con disgusto - Claro que también deberías contarle que tú también te follaste a su mujer -

Takuma no dijo nada, jamás en la vida querria causarle dolor a su amigo y era algo evidente que si él le contaba de la noche acalorada que había compartido con la mujer, Kaname sufriria.

Media hora después Kaito llegaba a la barra del bar, Takuma estaba bastante borracho a esa hora.

- ¿Qué te ha pasado? tú no eres de beber de esa manera - dice el hombre abrazándolo por la espalda

- La odio, maldita puta - dice Takuma - ¡Tú sueltame! también eres un puto -

- Pues entonces no me contrates si te molesta que sea prostituto - responde el joven dolido -

- Discúlpame, Kaito. No debí decir algo así, estoy pasando un trago amargo en estos momentos. Es solo eso -

- Si quieres puedo intentar animarte - dice el hombre con ojos de enamorado  - Sabes que te quiero mucho -

- Ya te lo he dicho, me caes bien y el sexo contigo es delicioso,  pero no estoy buscando amor. Ya lo hablamos y dijiste que lo entendias -

- Lo entiendo, pero... -

- Si aún entendiéndolo no puedes dejar de sentir lo que estás sintiendo ahora por mí,  lo mejor será dejar de vernos -

- ¡No! Para mí es suficiente con esto ¿Por qué somos amigos? -

- Claro, precioso. Somos amigos, amigos sexuales -

Kaito sonrió, amaba a Takuma, pero entendía que era difícil que alguien se enamorara de un hombre que por dinero le habría las piernas a cualquiera.  Nadie quería compartir a su pareja a no ser que fuera en un salón de juegos Swinger.

¿El hombre perfecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora