Yuuki no estuvo ni medio minuto cuidando a Hana y simplemente se fue. El llanto del niño le descomponía el genio. Kaname tuvo que hacerse cargo solo de todo. Porque aunque tenía una gran cantidad de empleados domésticos en un comienzo, poco a poco comenzaron a renunciar. Todos decían lo mismo, que los niños eran maravillosos, pero trabajar con la señora de la casa era un infierno.
El domingo fue algo crítico, Hana tenía mucha fiebre, era algo que la doctora le había advertido que posiblemente pasara, porque el niño lloraba tanto por el dolor y la incomodidad que terminaba afiebrado.
Eran las nueve de la noche y la temperatura de Hana no bajaba, incluso habiendo tomado la medicina. Desesperado y solo, llamó a su amigo. Necesitaba ayuda. Tenia que llevar a Hana al hospital, pero no tenía con quien dejar a Seiren. Takuma tenía su teléfono apagado. Llamó a Yuuki y esta simplemente no respondió. Iba a llamar a su madre, pero recordó que ella ya no le dirigía la palabra, por culpa de Yuuki y finalmente recurrió a su padre.
- Hola, hijo. Esto sí que es una gran sorpresa - dice el hombre feliz y sorprendido
- Papá, disculpe que te llame a esta hora y para pedirte un favor. Pero tengo a Hana enfermo y necesito llevarlo al hospital y no tengo con quien dejar a Seiren. ¿Podrías venir a mi casa a cuidar de ella? -
- Estoy con unas amigas en casa, si quieres traerla y aquí la cuidamos -
- Muchas gracias -
Kaname arropó a los niños y fue hasta el departamento de su padre. Al llegar se quedó asombrado al verlo a él con una bata de seda y a tres mujeres prácticamente desnudas a su alrededor.
- ¡Papá! Estas de fiesta con tus amiguitas y quieres que debe a mi hija aquí -
- Kaname, siempre tan amargado, las chicas son buenas con los niños -
- Están bebiendo y seguramente haciendo otras cosas más, olvídalo. No dejaré a mi hija aquí. Tú nunca vas a cambiar -
- Esas palabras me ofenden, hijo. Eres tú el que siendo joven parece un viejo -
- Y tú siendo un viejo, te crees un adolescente. Madura alguna vez en la vida -
En ese momento una de las mujeres se acercó.
- Ella es la nena que cuidaremos, cariño - dice abrazando a Haruka por la espalda y metiendo una de sus manos dentro de la bata del hombre
- Claro que no. Muchas gracias por nada. Papá -
Kaname acomodó a sus hijos en el automóvil y tomando su celular llamó a Zero, este le dijo que fuera hasta su casa, que lo esperaría en la puerta. Al llegar a eso de las once de la noche Zero le esperaba junto a la puerta de su departamento y en cuanto vio llegar el automóvil del castaño, se apresuró a llegar junto a él.
- Muchas gracias -
- No me agradezca nada - Y tocando la frente de Hana - Pero creo que no es necesario llevarlo al hospital -
- Pero no le baja la fiebre -
- Podemos bajarla con métodos caseros -
Kaname asintió con la cabeza y Zero tomó entre sus brazos a Hana y el castaño se llevó con él a Seiren. En menos de una hora Hana ya casi no tenía fiebre.
- No lo puedo creer, estuve horas tratando de que le bajara la fiebre y no logré nada -
- He aprendido varias cosas así con Yori. Muchas veces es mejor tratar de buscar una solución casera que ir al hospital. Al menos cuando es algo simple -
- Muchas gracias, nuevamente -
- No agradezca tanto, no fue nada excepcional en lo que hice -
- Me voy no quiero molestar a su esposo -
- ¿Esposo? -
- Sí, supongo que el padre de Yori debe estar durmiendo ahora -
- Estábamos solos con Yori -
- ¿Y su esposo? -
Zero desvió la mirada, no era capaz de mentirle, pero tampoco quería desmentir nada, si lo hacía sin duda Kaname volvería a besarlo. El castaño se acercó al maestro y sin previo aviso lo besó en los labios.
Hana y Yori dormían en la cuna de la pequeña, mientras Seiren dormía en la cama que había a su costado. Kaname jamás había estado antes en ese lugar, pero no fue muy difícil dar con la habitación de Zero, el departamento era pequeño, sin dejar de besarse llegaron hasta la cama, cayeron abrazados y con mucho cuidado Kaname sujetó la cabeza del peliplata par cuidar que no se golpeara. Tras varios besos, cada uno más apasionado que el anterior, fueron quedando desnudos y finalmente unieron sus cuerpos. Los suaves gemidos de Zero resonaban en la cabeza de Kaname y lo erotizaban más y más, era tal la pasión que Kaname no se pudo controlar y anudó en el omega.
Cuando finalmente Kaname salió de este estado de éxtasis total, en ese preciso momento, se dio cuenta del peso de sus actos. Le había sido infiel a su esposa, había estado íntimamente con un hombre casado y lo peor había anudado en él, lo que tenía al menos un noventa y ocho por ciento de probabilidades de embarazo.
- Perdón, no debimos hacer esto - dice Kaname al momento que el nudo bajó completamente y al fin pudo salir del interior del cuerpo de Zero - Nosotros no debimos llegar a esto -
- Lo sé, pero... -
- Zero. Le pido disculpas. Pero ya debo irme -
Zero lo miró desconcertado. Nuevamente lo habían usado y desechado, si bien Kaname había sido lo suficientemente honesto para decirle que había sido un error. El sentimiento de que lo habían usado no desaparecía.
El castaño se vistió a toda prisa y salió del departamento tan desconcertado que incluso olvidó a sus propios hijos en cada de Zero.
Horas después un lujoso automóvil que no era el de Kaname llegaba que buscar a los niños y dejar un pequeño paquete para Zero. Él hombre le explicó que era uno de los sirvientes domésticos de Kaname y que su jefe lo enviaba. Seiren se despidió de Zero y Hana que aún dormía se fue en brazos de la niñera que también iba en el automóvil.
Al entrar a su casa abrió el paquete, para encontrar una nota de Kaname y dos pruebas de embarazo.
- ¡Dios santo! Es verdad no usamos métodos de protección - Y tocando su plano abdomen - Qué haré si estoy esperando un bebé -
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¿El hombre perfecto?
FanfikceInteligente, atlético, educado, romántico, responsable, divertido, analítico, sensible, detallista, ama a los niños y sumamente guapo. Son algunas de las características del hombre perfecto y las que encajan a la perfección con Kaname.