Kaname estaba hecho un lio, se sentía responsable de lo que había pasado Yuuki, sin embargo, no podía sacar de su cabeza a Zero. Por lo que una mañana decidió llevar nuevamente él a sus hijos a la guardería. Zero en cuanto lo vio acercársele a él se retiró al interior del establecimiento, pero Kaname no estaba dispuesto a dejarlo ir.
- ¡Zero! no huyas de mí - grita Kaname sin importarle que el corredor estuviera lleno de niños, incluidos sus hijos
- Aléjate de mí, estoy cansado de que me usas un día y al siguiente me deseches -
- Creía que estabas casado, pero ya sé que no lo estás -
Zero se quedó en silencio, solamente miró a su amiga la cual se hizo la desentendida y comenzó a llevarse a los niños hasta el salón. Una vez que ambos hombres se quedaron solos, Kaname se acercó a Zero.
- No quería causarte problemas con quien creia que era tu esposo. Tú me dejaste creer que estabas en una relación -
- Ya se han burlado de mí, tengo miedo de los hombres como tú -
- ¿Y cómo soy yo? -
- Un hombre atractivo, que sin dudas debe tener a quien quieras a tus pies - responde Zero con mucha honestidad - Ya rompieron mi corazón una vez, no quiero que terminen destrozando lo poco que he podido recuperar de él -
- Yo jamás te haré daño, me gustas y es algo que no puedo negar, aunque me asusta -
- ¿En verdad estás siendo sincero conmigo? -
- Sí, me gustas como nunca antes me ha gustado alguien -
- Yo soy solo un humilde maestro de preescolar, soy un hombre que sin casarse tuvo una hija -
- Y es una niña hermosa - responde Kaname
Zero sonrió, claro que Yori era una niña hermosa, pero él se refería al hecho de ser padre soltero.
- Si ese hombre no fue capaz de amarte a ti y a Yori. Yo prometo amarlos a los dos -
Zero bajó la cabeza, tenía mucho miedo, pero Kaname hablaba con tanta convicción que no pudo dudar del castaño y por un momento se atrevió a intentar ser feliz. Se acercó a ese hombre que le sacaba varios centímetros de ventaja y poniéndose de puntillas se acercó a los labios del castaño y se besaron.
Desde ese beso el estatus de la relación fue de novios, Kaname había omitido la información de que estaba casado y le pidió a sus hijos que no hablaran de su madre frente a su maestro, aunque eso había sido algo tonto, pues para los niños la presencia de su madre era algo tan ajeno a ellos, que tanto Seiren como Hana jamás hablaban de ella, puesto que muy pocas veces habían compartido con ella.
Mientras Kaname vivía su romance con Zero, Yuuki vivía el propio con Yagari Toga, había conseguido seis días de exclusividad con el gigoló y se lo había llevado a un exclusivo resort, donde la pareja se paseaba de la mano como si fueran una pareja normal.
Yuuki estaba completamente enamorada del trabajador sexual y haría lo que fuera por tenerlo solo para ella.
- Mi trato termina mañana con la señora Kuran. Por lo que si requiere de mis servicios solo debe llamarme - dice el hombre a una bella mujer que se había acercado a él para poder agendar un encuentro sexual
- Encantada te llamaré para la próxima semana -
En ese momento Yuuki llegó junto al hombre y muy molesta se acercó a ambos.
- Yagari está conmigo, así que aléjate de mi hombre -
- ¿Tu hombre? - ríe la mujer - Creí que tu hombre era Kuran, pero bueno te entiendo, Kuran siempre ha sido un idiota, ahora entiendo porque te aburre ese hombre -
Y sin más la mujer se fue llevando en sus manos una tarjeta con el número telefónico del gigoló.
- ¡No deberías haber hablado con ella! Tú eres mío - le reclama la mujer
- Querida, solo hasta mañana. Volviendo a la ciudad volverás a ser la respetable señora Kuran -
- Te pagaré por una semana más. No quiero separarme de ti -
- Bueno si pagas la tarifa, yo estaré contigo nuevamente - y dándole un beso la mujer olvidó su enfado y se dejó llevar por la pasión.
El lunes siguiente Yuuki volvió a casa con su esposo, pero esta vez las cosas fueron diferentes. Kaname no se desvivió por ella, cosa que Yuuki agradeció, porque la mujer no quería ser tocada por Kaname, porque aún sentía en su piel la sensación del roce de las manos del prostituto.
El martes Yuuki nuevamente desapareció esta vez sin siquiera dar una excusa, sus pensamientos ya no eran calculados y solamente actuaba por mero instinto, en la mente de la mujer sólo había un objetivo y ese era estar con Yagari.
La relación de Kaname y Zero llevaba ya algún tiempo, el castaño pasaba algunas noches en el humilde departamento del peliplata y la pequeña Yori se había apegado mucho a él. Todo marchaba bien al menos eso era lo que cualquiera podía pensar, eran una dulce pareja de novios, pero la realidad era que Zero estaba siendo engañado nuevamente, el joven le había entregado su amor nuevamente a un hombre casado.
- No sabes lo feliz que soy a tu lado - dice Zero apoyando su cabeza en el pecho desnudo de Kaname
- Yo también soy feliz, contigo a mi lado - le sonríe el hombre
- Nunca pensé que tendría derecho a ser tan feliz -
- ¿Por qué dices eso? ¿No entiendo por qué no podrías ser feliz? -
- Porque hice mal cuando me involucré con el padre de mi hija. Puede ser que él me haya ocultado que era casado, pero de igual modo esa mujer tuvo que sufrir, aveces pienso que él me haya dejado solo y embarazado era mi justo castigo -
- No digas eso -
- Pero es la verdad, me imagino cuán sola debió sentirse cada vez que él no volvía a casa y se quedaba conmigo, quizás lloró esas noches, quizás tenía dudas o temor. Mientras yo me aferraba al cuello de su esposo - Y levantando su cabeza - Kaname, prométeme que no estamos haciendo mal a nadie - Kaname solamente podía mirar esos ojos amatistas - Júrame que no hay una señora Kuran esperando por ti ahora -
Kaname no sabía que decir, pero confesarle que si, que si bien Yuuki vivía a su propio ritmo, si había una señora Kuran, eso provocaría perder a Zero y Yori para siempre.
- ¿Kaname? - insiste Zero
- No hay nadie - dice Kaname acariciando una de las mejillas de Zero - La única señora Kuran es mi madre -
Zero sonrió feliz y de un rápido movimiento se montó sobre Kaname para besarlo, en pocos minutos Kaname había dado vuelta la situación y esta vez era el quien estaba sobre Zero.
- Te amo, tanto. Mi Kaname -
- Y yo a ti - dice en el momento que se adentraba en la intimidad de Zero
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¿El hombre perfecto?
FanfictionInteligente, atlético, educado, romántico, responsable, divertido, analítico, sensible, detallista, ama a los niños y sumamente guapo. Son algunas de las características del hombre perfecto y las que encajan a la perfección con Kaname.