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Tres semanas más habían pasado y de Kaname no tenía mayor información de Zero, que los movimientos de su tarjeta de crédito, por lo que sabía que seguía en la cuidad, que había comprado ropa, alimentos y que había acudido a su consulta médica.

Por otra parte la maldita demanda de custodia de sus hijos iba de mal en peor, la jueza que llevaba el caso se había creído toda la farsa de Yuuki y la consideraba una víctima de su esposo.

Era la tarde de un miércoles cuando Kaname llamó a la puerta del departamento de Takuma. El rubio se sorprendió de ver a ese que tanto quería allí.

- Hola - saludo avergonzado Kaname frente al rubio que lo miraba aún sorprendido

- Hola, Kaname -

- ¿Puedo hablar contigo? -

- Si es lo del proyecto de HxG. Creo que no tengo más antecedentes que los que ya expuse en la junta directiva -

- No es de trabajo. Es algo más bien personal. Aunque si no quieres oírme, lo entiendo - y girándose para irse del lugar - Lamento haber importunado -

- ¡Kaname! - Le llama Takuma - Hablemos, por favor -

Kaname se volteo y Takuma pudo ver los ojos cristalinos de su amigo, sin duda, Kaname no lo estaba pasando nada bien. Una vez dentro del departamento del rubio, Kaname al fin pudo descargar su tristeza.

- Maldición esa mujer, siempre logra salirse con la suya - dice molesto el rubio - Yo lamento tanto todo, me gustaría poder ayudarte, pero no sé como -

- Me ayudas escuchándome - dice Kaname - Lamento mucho todo lo que te dije, jamás debí juzgarte, jamás debí ser tan idiota, tú siempre me dijiste la verdad, Yuuki nunca fue buena para mí, pero yo... -

- Basta, estabas enamorado, eso es todo - 

- Gracias - dice bajando la cabeza.

Takuma sentía su corazón dolorido, quería hacer algo por su amigo, pero qué. En ese momento una idea pasó por su cabeza.

- ¿Qué sucede? Takuma -

- Me dijiste que la jueza desestimó las fotografías de Yuuki con otros hombres -

- Sí, Yuuki dijo que esas fotos eran antiguas y que desde que estaba casada conmigo no tuvo más hombre que yo -

- Es porque esa perra no envejece -

- En efecto - responde Kaname

- Vamos, tenemos que ir a un lugar - dice Takuma colocándose se chaqueta.

Kaname lo siguió sin preguntar nada, sabía claramente que su amigo jamás haría nada en su contra y se lamentaba no haberlo notado antes.

Llegaron a un pintoresco barrio, de departamentos sencillos, Takuma bajó de su automóvil y el castaño lo siguió,  llamaron un departamento del quinto piso, cuando finalmente abrió el dueño de casa, Kaname se sorprendió que fuera un hombre delgado y con unas largas y postizas pestañas.

- My darling, que gusto tienen mis ojos de ver tu hermosa anatomía en mi humilde depa -

- Ya, no seas meloso - dice algo avergonzado el rubio

- Pero es la verdad, hace mucho que no te veo fuera del club y tampoco estás yendo muy seguido, si es por la bitch, no deberías hacerte problemas, se la pasa en los privados follando con barriga y todo -

Kaname sintió que nada de lo que escuchara de Yuuki le sorprendería, pero no pudo evitar sentir dolor en su corazón y no era por su antigua relación con ella, sino por sus hijos que si esa maldita jueza no cambiaba de parecer, terminarían viviendo con Yuuki.

- Vine a pedirte un gran favor - dice Takuma tomando las manos del hombre

- Haré lo que me pidas y mucho más -

- Necesito pruebas de que Yuuki está asistiendo al club - el hombre se quedó mirando a Takuma - Es muy importante,  prometo compensarlo -

- Sabes que filtrar información de los socios del club, no está permitido. Me despedirán si se enteran -

- Lo sé,  pero te garantizo que no quedarás desamparado -

- ¿Te casarías conmigo? guapo - dice coqueto el hombre

- ¡No! Pero si quedas sin empleo te daré trabajo en mi empresa y podrás ver a Takuma muy seguido - responde Kaname

El hombre lo miró con desconfianza, pero bastó una mirada de Takuma para que dijera que sí.

Tres días después Takuma tenía en su poder un video de la cámara del club.

- Señor Kuran - dice la jueza con algo de molestia - Ya se ha desestimado que esas fotografías que presentó sean actuales -

- Lo sé,  pero mi cliente tiene nuevas pruebas - dice el abogado de Kaname - Señora jueza le pediría que las viera -

En ese momento Kaname se levantó de su asiento y habló con voz firme.

- Señora jueza, sé que soy yo quien está presentando esta nueva prueba, pero le ruego que mis hijos salgan de la sala -

- ¡No! Ellos tienen derecho a saber que eres un sucio mentiroso - grita Yuuki

- No te das cuenta que todo esto los lástima - dice Kaname

- ¡La verdad nunca lastima a nadie! - grita nuevamente Yuuki en su papel de víctima

- Por favor, señora jueza - habla el abogado de Kaname - Lo que ven a continuación, no es para que niños tan inocentes vean y menos cuando implica a su propia madre -

La jueza ordenó que los niños salieran de la sala y comenzó la proyección de la grabación. En ella se veía a Yuuki teniendo relaciones sexuales con dos hombres, mientras era penetrante por uno el otro ponía su miembro en la boca de la mujer, el video no tenía audio, pero si se podía ver que la mujer en ciertos momentos hablaba o gritaba, estuvieron así alrededor de veinte minutos hasta que ambos hombres se corrieron sobre ella. El rostro de todos los presentes era de absoluta incredulidad, la mujer tenía una barriga abultada y sin ningún amor hacia esa criatura en su vientre, aspiro dos líneas de cocaína y bebió del pico de una botella de whisky.

- Señora Kuran, podría explicarle a esta corte que fue lo que vimos -

- ¡Son mentiras! Esa no soy yo. Ese hombre miente -

La jueza simplemente no le creyó, y pidió que se le realizaran exámenes para detectar que sustancia eran las que había consumido y se le negó la custodia de los niños,  finalmente Kaname se quedaría con ellos.  Yuuki gritaba y reclamaba que no era justo cuando su bolsa se rompió y tuvieron que llevarla de urgencia al hospital,  media hora después nacía un pequeño prematuro extremo con tantas enfermedades sobre él que hizo que hasta Takuma, que odiaba a Yuuki, tuviera lástima de la mujer y su bebé. Bebé que fue abandonado por la mujer al segundo día de nacido.

¿El hombre perfecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora