Capítulo 4

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     Dejé mis llaves en la mesa de centro que estaba en la sala y me dejé caer en el sofá más grande con un suspiro. Me quité las gafas y cubrí mi rostro con mi antebrazo derecho. No estaba seguro de por qué estaba tan cansado, pero cada musculo me ardía dolorosamente.

     La imagen de Ian acudió a mi mente. Apreté la mandíbula y dejé caer mi brazo derecho sobre el sofá, de modo que mi mirada quedó clavada en el techo.

—Mierda...— susurré

     ¿Por qué había aparecido en mi vida tan repentinamente? Llevábamos quién sabe cuánto tiempo en la misma escuela, y en todo ese tiempo no habíamos hablado ni una sola vez, ahora, de repente, aparecía y me besaba.

—Un miembro del equipo de fútbol me besó...— murmuré

     La pregunta era ¿porqué?   

     La pregunta era ¿porqué?   

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—Will... estoy cansada— se quejó Julie

— ¿Bromeas? No hemos dado ni una vuelta

— ¡Pero la cafetería es gigante!— dijo abriendo los brazos

     Le sonreí y negué con la cabeza.

—Bien, ¿qué sugieres?— pregunté

     Julie miró a su alrededor, supuse que buscando una mesa vacía.

— ¡Carajo!— gritó

—Es inútil— aseguré— es la hora en que todo está lleno

—Te dije que nos diéramos prisa— la pelirroja clavó sus ojos en mí y se cruzó de brazos

—Vas a decir que es mi culpa ¿no?— la chica asintió— pues no lo es, dime ¿quién fue la que tuvo que ir a buscar su libro y además tuvo que ir...?

—Discúlpame por atender mis necesidades fisiológicas— me interrumpió

—Ahora estas indignada— sonreí

— ¡Por supuesto! Eres muy insensible en ocasiones...

—Lo siento— me disculpé. Abracé a Julie, pero ella me ignoró— vayamos a buscar un lugar afuera— siguió sin responder— te comprare un pastel...

— ¿De qué?— preguntó inmediatamente

—Tu favorito

—De acuerdo— Julie sonrió— vamos afuera, toda esta gente me aturde... aunque...

— ¿Aunque?— dije confundido

— ¿Crees que si no te quita la mirada de encima es porque quiere que vayas a su mesa?

— ¿De qué hablas?

—De él

     La chica hizo un movimiento con la cabeza, señalando al frente. Volví a pasar mi mirada por toda la cafetería y me detuve cuando mis ojos se encontraron con los de Ian. Vamos, ¿este chico se iba a pasar el resto de su vida mirándome?

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