✩𝐂𝐚𝐩. 8✩

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03 de mayo, 2943

—Lo volveré a preguntar, ¿qué hacíais por los pasillos?

Esto ya parece un interrogatorio, ni que hubiéramos asesinado a alguien.

Estamos en el despacho de mi padre, como si nos estuvieran expulsando del instituto o algo por el estilo.

Kaden y yo estamos sentados en unas butacas mientras que mi padre está sentado detrás del escritorio en su silla.

—Con todo el respeto señor Raymond —empieza a decir Kaden —ustedes nos dijeron que no habría nadie en el castillo cuando no hubiera clase.

—Sí, efectivamente dijimos eso, pero habéis tenido la mala suerte de encontraros conmigo.

—Pero es que es eso, no debería estar aquí.

—Kaden, creo que te incumbe bien poco si estoy aquí en el castillo o no.

—Creo que me incumbe más de lo que cree señor, porque si no hubiera estado aquí, como nos dijeron el primer día, ahora mismo no estaríamos hablando de esto.

—Tiene razón papá.

Mi padre suspira.

—Tengo asuntos importantes que resolver y si os encuentro una noche en el castillo cuando deberíais estar durmiendo os aguantáis.

Miro a Kaden y justo él se gira para mirarme.

—¿Qué estabais haciendo? —pregunta con un tono más enfadado.

—En la clase de lucha me han dado un golpe, que al principio no tenia importancia hasta que por la noche me ha empezado a hacer mucho daño —empiezo a decir —quería ir a la enfermería a ver si encontraba algo con lo que aliviar el dolor y por el camino me he encontrado con Kaden. Ya sabes que él es un ayu, y tiene más trabajo así que estaba estudiando en la biblioteca. Me ha acompañado a la enfermería para ver si encontrábamos algo pero como no sabemos mucho de medicamentos hemos vuelto a la habitación, y allí nos hemos encontrado contigo.

Me es muy fácil mentir. Demasiado.
Con mi padre, mentir se ha vuelto algo del día a día, así que redacto la historia que me acabo de inventar como si fuera de verdad.

—¿Ha pasado así? —pregunta mi padre ahora dirigiéndose a Kaden.

—Sí señor —responde él asintiendo.

—Está bien... me alegra que estudies tanto Kaden y tú Ellie para la próxima espera a que haya algún adulto para ayudarte. 

Los dos asentimos.

—Ahora por favor, id a dormir que solo os quedan 3 horas de sueño y tenéis que estar bien para mañana.

Volvemos a asentir y salimos del despacho.

—Vaya, que bien mientes princesa. No me lo esperaba —murmura Kaden cuando ya nos hemos alejado lo suficiente y sabe que mi padre no puede escucharnos.

—Bueno —me encojo de hombros —años de práctica.

Después de decir esto no volvemos a decir nada más durante el camino.

06 de mayo, 2943

Al escuchar los golpes en la puerta a los que ya me he acostumbrado suspiro y tapo mi cara con la almohada.

—¡Bri! ¡Bri!

Miro a Astrid con mala cara.

—¿Por qué gritas? —murmuro con la voz ronda —son las cinco de la mañana.

Vuelvo a cerrar los ojos y me tapo con la manta.

—Bri tengo que enseñarte algo.

Me giro hacia ella porque parece muy emocionada y al verla no puedo evitar sonreír.
Está de rodillas al lado de mi cama con la cara apoyada en sus manos y me está mirando con una inmensa sonrisa.

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