✩𝐂𝐚𝐩. 24✩

667 82 17
                                    

28 de mayo, 2943

Por instinto me escondo detrás de un árbol.

Delante de mí aparecen los tres coches que he visto antes en el internado y más de cinco guardias salen de uno de ellos. Entonces de acercan a los dos coches restantes y de allí sacan a los diez alumnos. Pero me percato de que... Están inconscientes. ¿Qué está pasando?

No me da tiempo a reaccionar cuando de repente los guardias sacan una pistola. Me pongo ambas manos en la boca para no hacer ningún ruido, y aunque quiero correr hacia allí mis piernas no reaccionan. No van a hacerles daño, ¿verdad?

Entonces dejan a los chicos y chicas en el suelo y en ese momento puedo verles las caras. Hallie y Shomy están allí.

Automáticamente mi respiración se acelera así que me giro completamente detrás del árbol, dejando de mirar. ¿Qué puedo hacer?

No me da tiempo a pensar nada porque justo en ese momento, dejándome paralizada escucho un disparo, y detrás de ese van nueve más. Mis manos empiezan a temblar y cierro los ojos con fuerza. Ya no puedo controlar mi respiración, mi pecho sube y baja a una gran velocidad.

Unos segundos después, aunque esté asustada abro otra vez los ojos y saco un poco la cabeza para mirar qué ha pasado. Al ver la sangre, las lágrimas empiezan a caer sin yo poder evitarlo.

Los han matado.

Noto que empieza a faltarme el aire así que me arrodillo e intento respirar pero me es imposible.

Los han matado... los han matado delante mío y no he hecho nada para evitarlo.

Estoy unos minutos sin moverme hasta que escucho los coches arrancar otra vez, y en cuestión de segundos dejo de oírlos. Se han ido.

Respiro hondo calmándome un poco y entonces vuelvo a mirar. No hay nada, ni siquiera los cuerpos de los alumnos.

Me levanto torpemente y empiezo a caminar, aún sin saber cómo procesar todo lo que acaba de pasar. No puedo parar de llorar y aún siento que me falta el aire pero lo ignoro.

Sin saber cómo, acabo delante de la puerta de casa de Hallie, y sin pensarlo dos veces llamo.

Una parte de mí me está diciendo que no debería estar haciendo esto y que debería irme pero simplemente mis piernas no reaccionan.

Tras unos segundos la puerta se abre y delante mío aparece su madre. Al verme sonríe pero su expresión cambia a confusión.

—Ellie deberías estar en el internado, ¿qué haces aquí?

—Y-yo... —respiro hondo, porque casi no puedo ni hablar —Hallie...

—¿Hallie? —pregunta.

—L-los han —me limpio las lágrimas —, m-matado... los han matado.

—¿A quién?

—A Hallie...

—¿Quién? —vuelve a preguntar, cómo si no me hubiera escuchado bien.

—¡A Hallie! ¡Y a otros alumnos! —grito sin poder controlarlo.

Ella entonces se me queda unos segundos mirando, pero niega con la cabeza cómo si no me entendiera.

RayenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora