✩𝐂𝐚𝐩. 14✩

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22 de mayo, 2943

—¡No puedo! —grito enfadada.

—¡Si que puedes joder! —grita él igual de enfadado.

—Idiota.

—Pesada.

—Estúpido.

—Cabezota.

—Te odio.

—Claro —me sonríe como si ya no se lo creyese.

Y en verdad, tiene toda la razón en no creérselo, porque últimamente no odio a Kaden tanto como solía odiarle hace unos meses.
Al fin y al cabo, me está ayudando.

—Vamos princesa —suspira, ya perdiendo la paciencia—vuelve a intentarlo.

—No.

—Joder... —Kaden sube la cabeza y pasa ambas manos por su pelo.

—¿Puedo opinar? —Clayton, que ha estado sentado en el banco mirando su móvil sin hacernos ni puñetero caso durante todo el tiempo que llevamos aquí, decide hablar.

Kaden y yo lo miramos a la vez, y yo me encojo de hombros.

—Bien... veréis —se levanta —creo que los dos sois unos cabezotas con poca paciencia.

—Con ella no se puede tener paciencia.

—Perdón don perfecto pero contigo tampoco, eres... —pero antes de que pueda seguir me interrumpe:

—¿Don perfecto? —pregunta sonriendo.

—Sí, porque crees que eres perfecto.

—No lo creo princesa, lo soy.

—Por dios —pongo los ojos en blanco —¿tú crees que puedo seguir trabajando con él? Me pone de los nervios —me dirijo a Clayton.

—Yo...

—Mira princesa, tú tampoco eres la mejor pareja posible así que...

—A ver, calmémonos...

—Eso lo dejaste muy claro el primer día de lucha —suelto de mala gana, estoy empezando a cabrearme.

—Eso fue hace mucho y no sabias luchar. Ahora que sabes, deberías ser una pareja perfecta para mí pero sigues sin serlo joder.

—¿Me estás diciendo que lucho mal? —doy un paso hacia él.

—Te estoy diciendo que eres tan buena que no sabes ni cómo aprovecharlo —replica enfadado.

—Cállate —digo en el mismo tono que ha usado él, pero después reacciono —espera, ¿qué?

¿Me acaba de decir que soy buena?

—Lo que has oído. No lo voy a repetir —se cruza de brazos como un niño pequeño —pero empieza a hacerme un poquito de caso, porque por algo soy yo el que te está ayudando.

—¡Podéis callar! —grita Clayton de repente.

Ambos nos giramos hacia él sorprendidos.

—Con vosotros dos en la misma habitación no hay quien hable —casi parece que nos está riñendo.

Nos mira desafiante y al ver que nos quedamos callados asiente.

—Lo que os quería decir es que los dos sois demasiado cabezotas y los dos tenéis demasiada poca paciencia. No —dice al ver que Kaden y yo queremos responder a eso, y alza una mano—. Os esperáis a que termine, gracias.

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