Flashback
San y Hwa se encontraban en el parque de diversiones, a pesar de que intentaron convencer a Hong para que los acompañara, sabían que no lo haría porque nunca dejaría sola a Seo Yong, y ellos no la soportaban lo suficiente como para invitarle también, por lo que solo eran ellos dos, aunque no les importaba, pues llevaban dos meses saliendo.
Habían sido las cuatro semanas más maravillosas, riendo por cualquier tontería, saliendo a comer, al cine y divirtiéndose mientras iban de compras, nada parecía alegrarlos más que la presencia del otro
Incluso para Hong, quien tenía una relación tan cercana con San, se le hizo raro el hecho de que su amigo le pidiera a Seung Hwa que fueran novios el primer día de conocerlo, sin embargo, lo que más lo sorprendió que el chico que aceptara fácilmente sin preocuparse por lo extraño de la situación, y como sabía bien como era su amigo y que nada lo haría cambiar de opinión, dejo que la nueva pareja se las arreglará a solas, ya que él tenía suficientes problemas con su relación.
Con el paso de los días, los dos se convirtieron en excelentes amigos y sus sentimientos no eran de amor, y sabían que su relación jamás seria romántica, pero tampoco tenían la intención de terminarla aún, aprendieron a apreciar los privilegios del noviazgo, por ejemplo, las chicas o chicos que se interesaban por ellos evitaban acercárseles porque, la mirada de San enojada les daba miedo, y porque Hwa era tan bueno que merecía ser feliz.
Y ahí estaban, tomados de la mano viendo la rueda de la fortuna, los dos tenían tantas ganas de subirse, mas no se subieron porque se hicieron a sí mismos la promesa de que la próxima vez que fueran a ese lugar, entrarían a esos cubículos con la persona con la que realmente querían experimentar lo que era un verdadero amor.
Fin flashback
San luchaba contra el impulso de abrir la puerta del cubículo y aventarse, desesperadamente, lejos de la cabina, aquel paseo parecía el infierno mismo, y aun no podía creer que Hwa lo hubiera traicionado de esa forma, después de todo lo que habían vivido juntos y sobre todo por la promesa que los dos estaban aguardando cumplir.
Siendo honestos, su amigo le estaba ayudando a cumplir la promesa, la cosa era que él pensaba realizar ese paseo cuando ya tuviera una relación formal con ese alguien especial, y aunque Woo Young era ese alguien especial, los dos no eran nada, ni siquiera el hecho de ser rivales le ayudaba a sentirse un poco mejor, ya que eso lo único que le garantizaba era que el imbécil siempre le prestaría atención, pero no de la manera en la que deseaba.
Era muy sencillo abrir la puerta y aventarse, apenas y llevaban 10 minutos en el juego, por tanto, lo peor que podría pasarle era un hueso roto, que más daba si fuese en la pierna o en el brazo, con tal de escaparse de esa incomodidad estaba dispuesto a pagar el precio.
- ¿Me tienes miedo? - pregunto Woo con incredulidad al ver lo tranquilo que se estaba comportando San y, a decir verdad, el que estaba completamente aterrado era el, puesto que nunca antes había permanecido tanto tiempo con su archi-nemesis sin pelear o discutir, por lo que inconscientemente buscaba alterarlo para que se actuara como siempre.
San, quien durante lo que llevaban del recorrido, había tenido la vista pegada en la manija de la puerta mientras se debatía sobre los pros y contras de permanecer ahí o lanzarse al vació, levanto rápidamente la cabeza al escuchar el comentario y le lanzo una mirada desafiante al imbécil.
- ¿Miedo? - escupió la palabra con voz aguda - ¿De ti? - rodo los ojos y se mofo - Por supuesto que no, ¿por qué debería? - su tono era más frio de lo inusual, incluso el castaño se percató de eso - No es como si fueras una verdadera amenaza para mí, Jung Woo Young, simplemente, no tengo ganas de durar 40 minutos encerrado en este lugar contigo...
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Fever Love
FanfictionEn cada escuela siempre existen aquellos alumnos que destacan más que otros, ya sea por un increíble atractivo físico, por una inteligencia superior al promedio o porque destacan en algún deporte, y el Colegio Deliar no es la excepción, no era una i...