Fin

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- ¿Se dieron un beso y fueron felices para siempre? - pregunto la pequeña Yuqui con una gran sonrisa resplandeciente, antes de que su tío pudiera responderle, su hermano mayor siseo.

- Si yo hubiera sido el hada blanca le hubiera dicho al embajador que no tenía derecho a ser feliz por todo lo que le hizo sufrir mientras estaban en la escuela - la pequeña hizo un puchero al no gustarle lo dicho por su oppa.

- ¡Jun oppa! - ahora fue el turno de Shuhua de enojarse con su primo al ser tan cruel con su primita - ¿Por qué no puedes dejar que papa termine de contar la historia?

- ¡Por qué ya la hemos escuchado tantas veces que es aburrida! - exclamo Junkyu cruzándose de brazos y lanzándole una mirada de auxilio a su padre, quien miraba a los niños con una gran sonrisa - ¿Verdad que era mejor que el hada blanca y el embajador nunca se hubieran vuelto a encontrar?

- Supongo que eso es lo que la mayoría que conociera la historia pensaría - le aseguró su progenitor - Sin embargo, todos cometemos errores, y mientras estemos dispuestos a enmendarlos, creo que una segunda oportunidad nunca le vine mal a nadie...

- Así, es oppa, papa tiene razón, el amor lo puede todo - agrego la pequeña Yuqui antes de pedirle a su papa que la cargara en brazos - ¿Qué paso después?

- Creo que eso tendrá que esperar para mañana - Jong ingreso a la sala de estar y les señalo a los 3 niños las escaleras - Ya es tarde y deben dormirse...

- ¡No es justo papi! - se quejo Yuqui inflando sus mejillas después hizo un puchero hacia su papa para que se pusiera de su lado.

- Lo siento amor, papi ha dicho que ya es hora, y ya es hora...- Jong asintió complacido al ser apoyado por su esposo, alzo sus brazos para tomar a su hija y cuando estuvo en sus brazos, la llevo hacia su recamara.

- Shuhua, Junkyu, la hora de dormir también es para ustedes dos - Hong se giro hacia su primogénito y su sobrina para que se levantaran del sillón y se fueran a sus respectivas recamaras a descansar.

- ¿Por qué debemos irnos a la cama tan temprano? ¡Apenas son las 9! - se quejó Jun, pero al mismo tiempo haciendo caso - ¿Cuándo podre quedarme hasta tarde con ustedes?

- Cuando tengas 21 - le respondió su padre antes de darle un beso en la frente y dándole una palmada en la espalda para que se apure y así evitar el enojo de Jong.

Jun estaba a punto de subir el primer escalón cuando de la nada se detuvo y observo a su papa en silencio unos segundos, el mayor se cruzo de brazos esperando lo que su hija pensaba decirle, una cualidad que adquirió de su esposo.

- Sabes, papa, no puedo creer que te llamaran el príncipe del hielo en escuela, con todos nosotros eres cálido, especialmente con papi - el menor asintió con la cabeza convencido de que el cuento que cada año les relataban en vísperas de navidad era inventado para hacer mas interesantes el como todos se conocieron - Si, si, tu no eres frio para nada - con una sonrisa se despidió de él.

Jong bajo justo cuando su hijo salía corriendo escaleras arriba para impedir ser reprendido por él, por lo que escucho lo que el menor le dijo a su esposo, Hong intercambio una mirada con su pareja y ambos sonrieron complacidos por los maravillosos hijos que la vida les había traído.

- ¿Tíos? - Shuhua se sentía un tanto avergonzada al tener que interrumpir aquel bello momento familiar, pero quería saber cuando regresarían sus padres del viaje al exterior, cuando los mayores la miraron ella les pregunto - ¿Saben algo de mis padres? No me han respondido los mensajes desde hace una hora...

Fever LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora