Mis heridas no fueron graves, o ese fue el diagnóstico del médico familiar. Lo más significativo serían las cicatrices que me quedarían una vez que sanaran. Y la cojera no fue un problema. No era tan pronunciada y, según el doctor, recuperaría la movilidad tan pronto desapareciera el dolor.
Lo que sí fue un problema fue la hinchazón del rostro y los moretones en los ojos y la nariz, producto de las agresiones. Debido a esto, mis padres me permitieron faltar a la escuela por unos días.
Eso podría sonar como algo bueno, pero lo cierto es que gracias a eso me perdí todo el circo que se generó al día siguiente de la detención de Alejandro Villanueva. Se publicó en redes y hubo notas en la radio y televisión local donde se habló de un intento de homicidio, y según me contaron mis amigos, hubo una oleada de chismorreos por toda la escuela. Tal como predije, los rumores y las publicaciones en internet se esparcieron como la pólvora y una gran multitud de estudiantes acosó a mis amigos con tal de saciar su morbo. Sobra decir que entre ellos estaban Raymundo y Ana Karen, aunque luego ayudaron a Debani y Martín a mantener a raya al resto de curiosos. No obstante, al final tuvo que intervenir el director, el prefecto y toda la plantilla de maestros para aplacar todo el relajo.
La detención de Alejandro Villanueva fue como la explosión de una bomba, justo como quería.
En cuanto a Amelia, tardamos, y digo tardé, en convencer a todo el mundo de que ella en realidad me ayudó. Cierto, engañó a mi familia para sacarlos de casa y que no estuvieran presentes, pero también ella misma llamó a la policía para que acudieran y me defendió del verdadero agresor. Sin embargo, permaneció treinta y seis horas detenida, y se le tomó declaración en compañía de un psicólogo forense que determinó que estaba mintiendo en lo que respecta a su participación en el intento de asesinato.
Ella quería que la encerraran, a pesar de ser la verdadera heroína de la historia. Y aunque intenté darle las gracias, se limitó a mantenerse al margen. Tampoco me dirigió la palabra. En ningún momento.
Quizás solo estaba exagerando, pues solo la vi un par de veces después de acudir a la estación de policía para contar mi versión de los hechos y otorgarle el perdón para que fuera soltada.
A raíz de ello, empleé mis días libres en realizar una exhaustiva búsqueda en internet. Después de todo, debía devolverle el favor a mi salvadora de algún modo.
Y acerca de Alejandro Villanueva, ya que estamos...
Alguien llamó a mi puerta.
––Te llama Debani, hijo ––informó mi madre cuando abrí la puerta. También me ofreció su celular, pues el mío era nada más un recuerdo hasta que comprara uno nuevo.
––Gracias ––dije a mi madre, tomando el aparato.
Cerré la puerta y me senté con esfuerzo en mi escritorio.
––Hola.
––Hey. ¿Cómo estás?
––Mejor, gracias. La hinchazón ya desapareció, pero todavía tengo moretones en los ojos ––Y sonreí, aunque ella no pudo verlo––. Menos mal que no me rompieron la nariz o los dientes.
––No seas tonto ––Mi amiga todavía se escuchaba preocupada, pero no tanto como el día del ataque.
––Da igual ¿Qué tal va el juicio? ––pregunté entonces. El día anterior, todavía con una leve inflamación en la cara y un intenso rubor en los pómulos, testifiqué en contra de Villanueva.
Debido a lo que pasó y el antecedente de las otras denuncias, la Fiscalía consiguió acelerar el proceso vía juicio oral. Mientras daba mi testimonio, no dejé de lanzarle miradas a Alejandro. No me sorprendió verlo con la nariz pegada al cristal templado que lo separaba del escritorio del juez y de nosotros. Además, él también estaba rojo, pero debido a la ira que lo embargaba no haber conseguido ninguno de sus objetivos. Incluso el juez le llegó a exigir que se calmara ya que no dejaba de interrumpirme con cualquier reclamo o amenaza. Solo obedeció hasta que los custodios amagaron con amordazarlo.
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La conspiración de la princesa renegada
Teen FictionSegundo volumen de '¿Por qué no soy yo el protagonista de este harem?' Eduardo ha sido suspendido por hacer lo que creía correcto, o eso piensa él tras haber insultado al director de la escuela. No obstante, consiguió su objetivo de exponer al infam...