Instinto

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-¿Yamaguchi? 

Esa única palabra fue suficiente para aterrarlo. 

De la impresión sus ojos se abrieron, sentía el sudor caer por su sien, mientras que el corazón se aceleraba. 

Su respiración se volvía errática mientras que su mente se quedaba en blanco, se había paralizado por completo. 

No podía estar pasándole eso, no, no, no... No a él. 

Quería voltear pero no podía, quería gritar pero no podía, quería que fuera una pesadilla, pero no lo era. 

-¿Yamaguchi eres tú?

Ya no podía ocultarse, ¿cierto? No había manera en la que pueda disimular no ser él. 

Esa persona desconocida se acercaba a él. Quería correr lejos, pero sus pies se habían quedado estáticos en el suelo. 

-¿Yams? 

No miró el rostro de aquella persona hasta que estuvo en frente de él. Era inconfundible, no había manera que no supiera que era él. Al fin y al cabo, estaba hablando de...

-¿Yachi?

Su rubia amiga lo veía con los ojos bien abiertos, intentando analizar qué diablos estaba pasando. 

¿Yamaguchi? ¿El tipo enmascarado suicida al que Hinata lo había apodado "la araña maquiavélica"? No era posible. 

Estaba a punto de gritar, pero su compañero le tapó la boca al darse cuenta sus intenciones. 

-Shhhh, no digas nada por favor y vamos a mi casa. 

No pudo hacer más que asentir. Estaba al borde del desamyo. 

-Mira, tenemos que irnos de aquí, y rápido, la policía debe estar por llegar, ¿Bien?

Volvió a asentir.

-Genial, sígueme. 

Empezó a correr por lo callejones seguido de su amiga no sin antes tomar su mochila del colegio de dónde la había dejado antes. Estaba aprendiendo cada vez mejor el orden de las calles, le era necesario para poder llegar y regresar de sus improvisadas misiones. Se había perdido en sus pensamientos, ¿Yachi lo había descubierto? No era posible. En cierta parte le alivia que haya sido ella y no alguien más del equipo, o Tsukki. No le gustaba guardarle secretos, pero considerando que se acababa de enfrentar a un mitad hombre, mitad androide y que en general parecía un imán de balas, quería proteger a su amigo y amor platónico.

Era sin duda extraño, no se habría imaginado que lo habían descubierto, no podía procesarlo. Todavía quería creer que se trataba de un sueño, o bueno, pesadilla. Antes de darse cuenta estaba afuera de su casa. 

-Espérame un momento, ¿Sí?

Le dijo a Yachi mientras le encargaba su maleta. Ella sólo pudo seguir asintiendo. 

Trepó por la pared y entró a su habitación y se quitó su traje. Así, en cuestión de minutos volvió con Yachi para poder simular regresar de la preparaoria. 

No tardaron en entrar ahora por la puerta principal, y subir corriendo al cuarto de Yamaguchi. Su madre no regresaba de su trabajo, y su padre al parecer tampoco. Era una suerte, porque era extraño que llegue más temprano a casa con alguien que no sea Tsukishima. 

-Con permiso.- 

Dijo Yachi educadamente mientras que entraba en el cuarto de Yamaguchi. Apenas y había podido quitarse sus zapatos del apuro que tenía su amigo en esconderse. 

Después de un par de segundos, no sabían qué decir. Sí, ya estaban tranquilos, y también habían podido hacer el intento de digerir los eventos de los últimos 30 minutos. Pero, ¿Qué decían? ¿Qué palabras podían encajar en esa ola de confusiones en las que se habían metido? Algo como, "Entonces Yamaguchi eres el anónimo superhéroe que se mete a incendios, para balas y pelea contra andorides voladores" o tal vez, "Sí Yachi, yo soy al que Hinata le llamó Itsy Bitsy Araña en el entramiento ¡Ah! Y el que salió en las noticias como un supuesto justiciero, así que sí, tranquila la ciudad está en manos de un adolescente deprimido, ansiosos, confundidio y enamorado en secreto de su mejor amigo"

¿¡Un Héroe!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora