2 + 2 = 5 dijo la del Pole Dance

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-Yamaguchi...

Dijo Tsukishima desde el marco de la puerta. Sentía su corazón casi salirse de su pecho. No se acostumbraba a los sentimientos que ese pecoso le provocaba, menos cuando había aceptado el amor hacia él hace tan sólo una semana. La semana más dolorosa, tormentosa, y de angustia de su vida, cabía recalcar.

En la vida existen sensaciones que jamás se borran de la piel. Se quedan tatuadas como cicatrices permanentes haciendo estragos en los nervios y en el pulso. Muchas son buenas, como el bombardeo de adrenalina que era estar con la persona que amaba, pero otras... otras eran la sensación del terror correr por sus venas. Como un laberinto de cristal que dejaba ver la salida, pero con todos los caminos sellados. Una de esas pesadillas que no importa cuanto uno trate de despertar, no ceden y dejan una marca en lo más profundo del pecho.

Sentir a Yamaguchi desvanecerse en sus brazos, sentir la cálida sangre que corría por las heridas que cruzaban por toda su piel, sentir los hilos de la vida del chico al que adoraba con fervor sostenerse de las manos que una vez no lo supieron cuidar, eso era el terror. Todos los vellos se erizaban cuando recordaba esa sensación.

No pudo evitar sentir el nudo en su garganta cuando esos ojos, ahora apagados, le regresaron a ver con sorpresa. Se sentía una eternidad el tiempo en el que no habían hablado. Al menos no de manera sincera. Estaba absolutamente expuesto a esa mirada que a pesar de haber perdido el brillo, lo desmenuzaba como si dudara en ver un fantasma o si era el Tsukishima de carne y hueso.

Yamaguchi no sabía cómo reaccionar, ¿qué podía decir? ¿qué podía hacer? Ningún pensamiento coherente cruzaba por su cabeza. Sólo podía intentar enlazar las palabras en una oración con sentido. Pero qué podía hilar si todo lo que se repetía en bucle como una canción en repetición era Tsukki. Aquí. Ahora.

Antes de que su mente decida iluminarse y decir algo, el rubio se adentró en su cuarto como si fuera dueño de la casa hasta llegar a sentarse en el borde de su cama. Lo seguía mirando con esos ojos penetrantes que a veces le aterraban. Esta era una de esas veces.

Lo único que se escuchaba de fondo eran las sirenas que cada día se volvían más cotidianas y conocidas. Empezaban a acostumbrarse al caos. Ninguno de los dos emitía alguna palabra. Ni un sonido que revele alguno de los tormentosos pensamientos, muchos incoherentes, que cruzaban por su cabeza.

-Yamaguchi...-

Volvió a decir Tsukishima. No buscaba una respuesta, sólo quería su atención por un momento. Sabía que si se dedicaba a buscar las palabras correctas que decir jamás iba a llegar a un consenso con sus propias emociones. El caos no sólo estaba afuera, estaba dentro de su cerebro y de su corazón que discutían agresivos con cada minuto que pasaba. Pronunciar el nombre de su mejor amigo, por alguna razón, calmaba esa violencia que vivía en su interior.

-...Tsukki...

Respondió Yamaguchi con ese hilo de voz que era apenas audible. No sabía si había pasado tanto desde la última vez que emitió más de una palabra que ahora quedó sin voz. A Tsukishima le costó reconocer ese tono, era tan rasposo, tan débil, tan roto que era completamente desconocido para él.

Se vieron por un momento a los ojos, y sintieron cómo su alma se salía por la mirada, dejando a sus sentimientos completamente desnudos. Tsukishima se levantó suavemente. Se acercó a donde le veían tímidos los ojos de Yamaguchi, aún escondido entre las cobijas. Se arrodilló en el suelo a su lado, quedando frente a frente. Tadashi tenía una de sus manos sosteniendo la sábana que usaba de escudo ante el mundo exterior que tanto lo estaba dañando.

Seguro de si mismo, Tsukishima tomó esa mano haciendo que su amigo suelte esa protección que según él era el muro perfecto para esconderse del dolor. Con ambas manos sustuvo esa piel que se sentía débil y fría. Sentía los nudillos sobresalir, aún con curitas de dinosaurios en ellos. Lo acarició suavemente en el dorso con sus dos pulgares mientras veía entretenido las venas mostrarse tímidas debajo de la piel.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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