Light a Flame (WonHui)

𝟏. 𝐏𝐢𝐩𝐩𝐚 𝐏𝐚𝐬𝐬𝐞𝐬

Las cortinas oscilando con la brisa del último día de septiembre, enfrente de la ventana observando la ciudad más adelante. Wonwoo estaba en su oficina, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón formal.

Todo estaba tranquilo. En ese momento oportuno, todo estaba bien con el mundo.

—«The year's at the spring. And day's at the morn; Morning's at seven».

Un aroma no tan lejano se acercaba rápidamente, así como los pasos que logró escuchar en el pasillo más allá, combinados con el soplar de la brisa agradable que le pegaba en el rostro y algunas voces fuera de su oficina que podía percibir con su agudo oído.

—«The hill-side's dew pearled; The lark's on the wing; The snail's at the thorn».

Cerró los ojos y el cielo azul con nubes blancas dejó de ser su atención. El aroma se intensificó, sabiendo lo que le esperaba en él. O a quién.

Una fragancia dulce y cítrica. A limón y vainilla, como un pay de limón, un postre sobre la mesa para comer en los días más cálidos de junio.

Los pasos afuera se acercaron y la presencia que no esperaba esa mañana que había considerado tranquila hasta ese momento, se plantó frente a su puerta.

—«God's in His heaven – All's right with the world».

Terminó de recitar con su profunda voz justo en el momento en que unos golpes rítmicos se escucharon en su puerta.

Fuera de ella, Junhui, con movimiento impaciente, llamó al hombre que tampoco esperaba ver aquel día cuando abrió sus ojos para ir a trabajar tranquilamente sin ser llamado de forma repentina por un asunto que no podía ignorar por más que quisiera hacerlo.

Estaba tan ensimismado en su irritación que no se dió cuenta de que seguía tocando la puerta y casi le da un golpe de lleno en la cara a Wonwoo que la abrió sin previo aviso.

—Oh, disculpa.

La primera reacción de Junhui al ver al otro hombre de gesto neutral fue retroceder dos pasos y recuperar su compostura, frunciendo un poco el ceño pero sin perder su buena educación. Wonwoo se sintió sofocado con el aroma cuando tenía a la fuente enfrente de él.

—Buenos días, Inspector Jeon —El hombre de ojos oscuros simplemente parpadeó y Junhui se guardó un suspiro exasperado—. Verás, el Inspector Choi me envió contigo porque necesito que me resuelvan unas preguntas, ya que me llamaron a venir aquí con urgencia pero aún no me dan los motivos, y debes entender que mi trabajo en el hospi-

Wonwoo alzó una mano para detener la diatriba del hombre castaño frente a él. Sus feromonas estaban por sin ningún lado y sumando sus palabras rápidas en esa voz suave, el agente de policía sentía una migraña naciendo detrás de sus órbitas oculares.

Wonwoo suspiró cansado. Ya llevaba el segundo café del día y ahora tenía que encargarse de un asunto que había intentado evitar, sin éxito.

—¿Es necesario hablarlo en estos momentos? ¿De verdad es tan urgente para ti, Dr. Moon? —preguntó, mirando por encima de sus gafas al otro hombre, el cual volvió a fruncir el ceño y se cruzó de brazos, con indignación.

—Puede que trabaje de vez en cuando para ustedes los sabuesos, pero mi principal función es cuidar de mis pacientes en el hospital, ¡no estar rodeados de ustedes que tienen sólo un gramo de empatía y siempre irrumpen en el hospital sin respetar a los pacientes que hay! —exclamó exasperado—. Aparte de que fui llamado aquí y no vine por autonomía, sino, por tener cierta obligación como profesional.

Wonwoo luchó contra el impulso de mirar hacia el techo y maldecir a Seungcheol por dejarle la explicación de todo ese asunto justamente a él.

Miró fijamente al otro hombre y Junhui le sostuvo la mirada unos segundos, antes de voltear el rostro y morderse el interior de la mejilla.