𝟏𝟕. 𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐨𝐰𝐞𝐫

313 59 30
                                    

Después de que llegaran los servicios de emergencias y los agentes del CEIFY para registrar la zona, Junhui y Wonwoo salieron a tomar aire a dónde estaban estacionados sus automóviles

Wonwoo tenía las hojas de papel manchadas de sangre en sus manos y las leyó de nuevo junto a Jun. Si las juntaban claramente estaban completas como una.

—Venere e Marte —dijo Wonwoo en voz alta.

—La pintura de Botticelli —Junhui hizo un gesto entristecido porque sabía lo que eso significaba—. Asesinará de nuevo a dos, a una pareja.

Wonwoo chasqueó la lengua con su irritación de alfa y negó con la cabeza. ¿Por qué ahora el asesino les dejaba pistas a ellos dos en específico?

—Una es para mí y la otra es para ti —dijo Wonwoo, viendo las hojas y negando con la cabeza—. Son dos de nuevo, pero esta vez juntas y directas, ¿no?

Junhui las miró y asintió. Él sabía para quién era cada una y no le dió buena espina porque ya estaba atando cabos y le parecía extraño. Le parecía que sólo había una forma de detener a ese asesino sin necesidad de atraparlo, pero se le escapaba aún de las manos. Lo tenía que analizar con más claridad.

Y aún era sospechoso que El Carpintero no estuviera actuando o haciendo nada contra El Pintor. ¿Había fallado en su teoría de la competencia entre asesinos? De lo que estaba seguro era de que El Pintor había aprovechado la oportunidad.

—Venere es para mí, y Marte es para ti —dijo Junhui, seguro de ese detalle.

—¿Por qué? Digo, por alguna razón estoy de acuerdo contigo, me da esa idea, ¿pero acaso Venus y Marte no eran amantes? —preguntó Wonwoo, aunque luego se arrepintió de eso último.

Jun desvió la mirada y asintió. —Venus y Marte eran amantes, efectivamente —le dio la razón.

Wonwoo frunció el ceño, pensativo.

—¿No me digas que ese asesino cree que nosotros somos...?

Junhui se sintió avergonzado ante lo que Wonwoo suponía y llevó las manos a su pecho, olvidando que estaban manchadas de la sangre del sacerdote.

—N-no, no lo sé... —Fue su respuesta, y era la primera vez que Wonwoo escuchaba inseguridad en sus palabras respecto a los asesinos. Lo había puesto nervioso, ¿no? En cierta parte se sintió satisfecho, era su lado alfa el que sonreía.

—¿Y a quién se lo va dedicar esta vez?

—A mí —Junhui lo sabía. Se le escapaba algo, pero las palabras del inspector lo alteraron y distrajeron al punto de que no pudo pensar en el caso por el momento.

—Hijo de puta.

Y sus acciones lo distrajeron más. Del bolsillo de su pantalón, Wonwoo sacó un paliacate azul y tomó las manos de Junhui con delicadeza, comenzado a limpiar la sangre de ellas.

—No lo vamos a permitir, te lo prometo.

Había visto el rostro pálido de Minghao, la forma en la que lo había afectado. Había visto a Joshua, siempre calmado, alterarse ante algo. No iba a dejar que eso le pasara a Junhui.

—No lo voy a permitir, ¿me escuchaste, Junhui? Voy a atraparlo, sin importar qué.

Decía eso mientras limpiaba las manos de Junhui y el médico por fin pudo entender lo que había estado comenzando a sentir por el inspector: le gustaba. Y mucho.

Y por primera vez, incluso con su problema con las emociones, lo pudo comprender, lo que otros experimentaban tal vez con más frecuencia: Se estaba comenzando a enamorar de él.

Light a Flame (WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora