𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

1.3K 189 166
                                    

Los huecos del pasado.

Veía sus ojos. Ella me miraba con detenimiento. Lo hacía con la misma vaga y fría mirada de su semblante. No había nada, no había nadie alrededor de nosotras. Solo éramos ella y yo. Annie me miraba, como yo a ella, no decíamos nada. Aunque, lo único que veía en su expresión, era como de sus ojos, se derramaban lágrimas. Deslizándose por su mejilla, hasta caer por la mandíbula. Empecé a respirar entrecortadamente, viendo como ella bajo la mirada hasta sus manos, las cuales levantó. Estaban llenas de sangre, igual que su uniforme. Helada, no pude moverme, aunque ella cayó de rodillas en un leve sollozo, levantó su mirada para alzar sus manos y verlas temblorosas. Denegaba, murándolas. Me acerqué, mis pasos huecos se escucharon hasta llegar a ella. Annie lloraba, estaba arrepentida y entristecida, cargaba con un dolor muy grande que no podía describir. Arrodillada frente a ella, observe sus ojos azulados mirarme. Sentí un escalofrío, su voz se escuchaba lejos, muy lejos de mi. Mire en ese resplandor blanco donde ambas estábamos, buscando algo que pudiera ayudarme o entender la razón por la cual estábamos aquí, pero cuando la miré nuevamente, Annie estaba envuelta en ese cristal, con sus ojos cerrados y sin movilidad.

De un momento a otro, todo se deterioró, ya no veía nada. La cálida e intensa iluminación, le daba pesadez a mis párpados cerrados. Intentando de abrir mis ojos, me encontré con el brillo del sol que me invitó a cerrarlos nuevamente. Lleve una mano al aire, intentando de tapar la vista. Estaba acostada, acaricie el suelo, era liso, pero rocoso. Me incorporé con suavidad, apretando mis dientes cuando ante poner mis manos con peso encima del suelo, noté molestia en mi brazo derecho. Sentada, visualicé el blanco vendaje envuelto en mi brazo derecho. Podía ver la sangre seca reflejarse a través. Me sentía algo desorientado, como si hubiera dormido demás, pero de seguro, no había pasado mucho desde que Armin me sujeto en sus brazos para sacarme de las tierras provenientes a la familia Reiss. Visualizaba la movilidad de soldados, habían barriles, mallas y suministros. Quería levantarme, aunque no lo intente, tan solo visualicé como estaba encima de la muralla. Me levante con cuidado del suelo, escuchando el bullicio de soldados alrededor de mi. Intentaba buscar un rostro conocido, pero no veía a nadie. Vagamente camine, por la debilidad de mi cuerpo para ponerme al borde de las murallas y ver horrorizada lo que estaba frente a todos nosotros.

—No me jodas... —murmure, hasta que jadee por sentir un fuerte zarpe en mi nuca, haciéndome girar bruscamente para observar al hombre que se a posicionó aún lado de mi, fríamente.

—Oye mocosa, estábamos preocupados.—acaricie mi nuca, visualizando al capitán Levi.—Que bueno que hayas despertado, quizás puedas ayudarnos a encargarnos de esa cosa.—indicó, mirando hasta donde yo miraba.

—¿Qué es eso?—pregunte anonadada, eso que se veía a unos centímetros de la muralla, era asqueroso.—Ese titán, ¿qué es?—volví a preguntar.

—¿Ese feo? Es Rod Reiss.—artículo, dejándome desconcertada por su apariencia titánica.—Tan pronto te fuiste, encontramos a Eren e Historia, están a salvo, pero antes de, Rod decidió transformarse en un titán; algo sucedió, porque eso se ve de una manera anormal. Aún no lo tengo claro, hemos estado muy presionados para detenerlo antes que derive esta muralla.—me decía, mientras que miraba la extraña forma del titán, tenía piel e inclusive, debía medir como ciento veinte metros, era gigante y escalofriante.

—Capitán Levi.—le llame, sin aún mirarle, a pesar de que él me miraba.—Hay algo que debo hablar con usted, pero, cuando esto acabe.—dije, levantó la mirada para verle desconcertado, iba a preguntar algo, hasta que se escucharon pasos atrás de nosotros.

—Despertaste.—afirmó mi padre, parándose frente a mi en cuanto me giré, sus ojos azulados me miraron intensamente, no podía explicar las emociones que tenía en este momento.

𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍──𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora