"auto a control remoto"

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Hen pov:

— Se me hacía tarde para el trabajo y yo empecé a conducir un mini auto, cuando llegue ahí estaba esa muchacha la cual cocinaba. Le preguntaba «¿Quien eres?» y me respondía «soy quien tú quieras Henry» mientras cocinaba frijoles, más me acercaba, más de perdía en el humo, y cuando llegaba ahí estaba Jasper y acababa mi pesadilla. ¿Qué opinas Piper? — Pregunté dejando de dibujar.

Piper se quitó sus audífonos y me habló.

— ¿Me hablabas?

¡¿Le acababa de contar mi sueño y no me estaba escuchando?!

— ¡Te estaba contando mi pesadilla! No voy a volver a repetirla.— Dije molesto.

— Oigan chicos su padre y yo ya nos vamos.— Hablo mi madre.

— Ajá.— Asentí mientras dibujaba.

— ¡Hasta la vista!

— ¡Piper ven a ayudarme con las maletas!

Piper resopló.
— ¿Por qué no va Henry? Él es hombre.

— Porque tú papá va a darle las instrucciones para cuando no estemos.

— Está bien.— Aceptó y se fue a ayudar a mamá.

— Bueno Henry, toma tu teléfono.— Me pidió mi padre.

— Emm, ¿por qué? — Pregunté confundido.

— ¡Tómalo! Voy a darte las instrucciones y quiero que las grabes por si te olvidas.

— Bueno.

Tome el teléfono y comencé a grabar a mi padre.

— ¿Estás grabando?

— Sí.

— Oh... Bueno.— Suspiro y miró a la camara.— Hola mi nombre es Jake “Papá Hart”, — Hizo comillas sonriendo.— Y Henry acuérdate que mamá y yo estaremos en Toronto durante tres días. Ven mira, — Me ordenó y lo seguí.— Muy bien ves esto? — pregunto señalando el auto que estaba en el mueble detrás de los sillones.

— Sí, si lo veo.

— Bien, este es mi antiguo auto a control remoto de finales del siglo XX.— Exclamé un “ohh” fingiendo estar impresionado.— No es un juguete.— Advirtió.

— Literalmente lo es.

— Y cuando no estemos no puedes jugar con mi auto.

— No quiero jugar con el.— Le dije obvio. Ni siquiera había notado que existía.

— Bien, ahora tu madre quiere decirte algo.— Avisó y entonces yo apunte con la cámara a mamá.

— Bueno Henry creo que sabes que es esto.— Dijo con un huevo en la mano.

— Es un huevo.

— Así es, un huevo.

— ¡Acerté!

— Pero está cocido.

— ¿Okey?

— No comas el huevo, ni siquiera lo toques.— Advirtió.

— No pensaba tocarlo.

Todas estas “ordenes” que me están dando son totalmente estúpidas. Primero ¿Por qué querría jugar con un autito a control remoto? Y segundo ¿Para que querría tocar un huevo cocido?

— Bien Henry.— Camine de nuevo hacia él.— Si no estamos no hay fiestas.

— No haré una fiesta.— Aseguré.

Me enamore de ti. Henry HartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora