FALLING | Peter Parker [SHA]

20 | alto voltaje

Nell caminó junto a Peter con un helado en sus manos. De vez en cuando, golpeaba su hombro contra el de Peter mientras él le devolvía el empujón. Cuando se cansó de los empujones burlones, pasó el brazo por los hombros de Nell y la atrajo hacia sí, untándole helado en la nariz y la boca.

Ella se rió y fue a limpiarlo, sintiendo que Peter la agarraba de la muñeca—. Oye, no, tienes que andar así.

—No lo creo —respondió Nell, colocando su mano en la parte posterior del cuello de Peter y tirando de él hacia abajo para encontrarla en un beso. El helado en su nariz se transfirió a la nariz de Peter y ella se echó hacia atrás con satisfacción—. Ahora estamos iguales.

—Eres repugnante —comentó Peter.

—Dice quien me puso helado en la cara —replicó Nell, hurgando en su bolsillo en busca de las servilletas que el vendedor les dio con su helado—. Ven aquí.

Limpió el helado de la nariz de Peter, completamente consciente de la forma en que él observaba cada movimiento de ella, sus ojos tan llenos de amor que era imposible no darse cuenta. Cuando dio un paso atrás, limpiándose la cara, vio que Peter seguía mirándola y arqueó las cejas.

—¿Qué? —preguntó Nell.

—Solo me pregunto cómo tuve tanta suerte —respondió Peter.

—Porque sentí pena por ti —respondió Nell—. Y decidí que le daría una oportunidad a tu lamentable trasero.

—Auch —dijo Peter.

—Estoy bromeando —dijo Nell, riendo—. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Peter —se acercó a él, envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros—. No te das cuenta de lo feliz que me haces.

—Tú también me haces muy feliz —susurró Peter, apoyando su frente contra la de Nell—. Te amo.

—Yo también te amo, perdedor —sonrió Nell.

Cuando ella y Peter terminaron su helado, los sentidos de Peter detectaron algo a kilómetros de distancia y giró la cabeza en la dirección del problema.

Nell se dio cuenta y su cara cayó—. ¿Asuntos del Hombre Araña?

—Sí —respondió Peter—. Lo siento, pero tengo que irme. Te prometo que te lo compensaré, ¿de acuerdo?

Nell asintió—. Está bien, lo entiendo. Tienes tu cosa de araña que hacer. Sólo mantente a salvo, ¿de acuerdo?

Peter sonrió—. Realmente eres la mejor. No me sigas ni hagas ninguna estupidez.

Se quitó las zapatillas y la ropa antes de entregárselas a Nell, quien las tomó y comenzó a meterlas en su mochila. Cuando levantó la vista, él se había ido, y suspiró mientras recogía sus zapatillas.

Siempre dispuesta a ser entrometida, siguió el sonido de la voz calle abajo y echó a correr cuando escuchó gritos. Empujando a través de la multitud, se detuvo en la barrera y vio a Peter de pie frente a un hombre crepitando con electricidad, sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta de que era Max.

—Veo que no quieres lastimar a nadie —decía Peter con su traje del Hombre Araña—. Todo saldrá bien.

—No quiero que me disparen —respondió Max.

Los ojos de Nell se agrandaron—. ¡Disculpen!

Trepó por encima de la barrera, ignorando las protestas de la multitud mientras trataban de detenerla. Saltó y corrió hacia la escena, recordando su interacción con Max esa mañana.

—¡Alto! —le gritó Nell a los policías, quienes apuntaban con sus armas a Max—. No disparen, ¿de acuerdo?

—¿Qué estás haciendo? —exclamó Peter—. Esto es peligroso. Sal de aquí.