Harry tiene las cosas muy claras para su último año de instituto: conseguir la beca de teatro musical para la mejor escuela de Nueva York y que su novio le haga una proposición demasiado romántica y pública para ir al baile.
Aunque ninguna de esas c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Harry.
Después de toda la semana esperando ese día al fin había llegado. El ensayo en el que Harry al fin podría enseñarle al resto del grupo de teatro la canción en la que había estado trabajando tantos días para que fuera la perfecta canción solista del musical. Esa canción que le daría acceso a esa beca que tantos años llevaba esperando. Esa canción que se moría de ganas de cantar en vivo, con las luces y tocando el piano, ese era el momento por el que había esperado toda su vida escolar, todo lo que había pasado, por lo que se había esforzado al fin iba a dar frutos.
Otras personas esperaban con ganas el baile de fin de curso, la graduación o ese viaje de verano que le prometieron a la mitad en sus casas, pero Harry solo quería cantar bien y que le llegase ese sobre que le dijera que podría ir a la escuela que él quería.
—Bien, equipo, ahora Harry nos presentará el solo que ha preparado—Anunció la directora del musical.
El resto del equipo aplaudió y Harry subió a la plataforma redonda que movía el piano, el cual habían llevado al centro del escenario. Se sentó en el sillín y respiró hondo una vez antes para conectar con la emoción que necesitaba antes de subir los dedos a las teclas.
Estaba nervioso, no era lo mismo tocarla aquí en medio de tanta gente que entendía de música y sabía de que iba la obra, que en la cafetería delante de su padre y su hermana, pero respiró hondo de nuevo y empezó a cantar.
Se pudo imaginar con el traje y la escenografía de esa escena detrás de él. Se imaginó delante de la gente, con su grupo sentado en primera fila, su novio mirándole con los ojos iluminados por esta canción, Zayn llorando entre bambalinas esperando a la siguiente escena de baile, porque él lloraba con todas las escenas emotivas y a Isabella sonriendo porque ella no lloraba con nada, pero sí sonreía. En ese momento se imaginó hasta a Louis entre bambalinas con el resto de Staff por si había que retocar alguna cosa a última hora, aunque este último dudó que estuviera en el estreno, pero en su fantasía estaba allí y sonreía.
Se imaginó las luces tenues por todo el escenario y el foco violeta y azul alumbrando el piano donde estaba sentado. Notó como su piel poco a poco se iba poniendo de punta, le gustaría haberse basado en una historia real para escribir eso pero se había basado en la historia de su protagonista, el cual dejó todo atrás por lo que creía que era su sueño y ahora se daba cuenta del error que había cometido y lo mucho que quería volver al pasado, a aquellos años de instituto en lo que lo único que le importaba era comer con sus amigas y no llegar tarde a casa por la noche.
Se metió tanto en la canción que casi al final, se le fue la voz, haciendo una pausa con el piano y cantó unas líneas casi a capela, solo con el soporte de unas notas bajas, la emoción que tenía en el pecho subió por su garganta y siguió subiendo hasta instaurarse en sus ojos y ahí afloró en forma de lágrimas.
La última estrofa la tocó con más intensidad y elevó la fuerza en su voz. Cuando terminó se quedó unos segundos sentado en el piano y luego se levantó y miró al resto del equipo de teatro.