Harry tiene las cosas muy claras para su último año de instituto: conseguir la beca de teatro musical para la mejor escuela de Nueva York y que su novio le haga una proposición demasiado romántica y pública para ir al baile.
Aunque ninguna de esas c...
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Harry
No había sido la mejor semana de Harry, pues había decidido ser valiente y confesarle a Louis que tal vez le gustaba un poco, había preparado todo el teatro para ellos dos solos, para que no se sintiera incómodo, y empezar a tocar su canción a piano y a guitarra, si se animaba, cantarla con él y luego decirle lo de ir al baile, tal vez no era todo lo público que él había soñado pero si sería un gran detalle romántico.
Pero no solo no vino si no que el viernes en el ensayo general no se acercó a hablar con él en ningún momento, tampoco es que hubiera tenido tiempo para hacerlo pues la directora de la obra lo había tenido todo el ensayo enseñándole como iba cada parte de la obra detrás de escena ya que el trabajo del staff era estar disponible para todo.
Así que se fue a casa algo cabreado y con la sensación de que no le importaba nada su tiempo juntos, que solo había pasado el castigo y se quedaba por alguna razón que él no entendía, pero estaba seguro que no era él.
—¿Aún con esa cara?—Preguntó Gin.
—No quiero hablar.
—Lo sé, por eso no sé como ayudarte.
—Es que para ti todo es fácil, te gusta un chico vas se lo dices y a los pocos segundos os estáis besando, pero yo no soy capaz de hacer eso.
—¿Te gusta un chico? Por favor que sea Lou.
—Claro que es él, Gin, ¿acaso he conocido más chicos?
Gin saltó un poco emocionada.
—En ese caso sí que deberías ir y decirle "me gustas y quiero besarte".
—¿Por qué?
—Porque te va a funcionar.
—Que a ti te funcionara no significa que a mí lo haga, ni siquiera sé si le gustan los chicos, bueno me da igual que le gusten los chicos solo quiero gustarle yo.
—En serio, avanza.
—¿Pero en serio crees qué será una buena opción? Me voy a ir a Nueva York en unos meses y soy muy consciente de que no puede seguirme, aunque sería muy romántico, pero tiene responsabilidades.
—¿Y?
—Que no quiero empezar algo con fecha de caducidad.
—Sabes que hay otro tipo de relaciones que son físicas sin emociones...
—Lo sé, pero ese no es mi tipo de relación y tú lo sabes.
—Pues si verdaderamente quieres que funcione lo harás funcionar.
—¿Y si él no quiere?
—Sí él no quiere te irás a Nueva York donde ya te digo yo que descubrirás el placer de estas relaciones esporádicas.
—Y si me dice que no y no me voy a Nueva York.
—Esa no es ni siquiera una opción, Hazz, por favor, ¿dónde está tu seguridad?
