Harry tiene las cosas muy claras para su último año de instituto: conseguir la beca de teatro musical para la mejor escuela de Nueva York y que su novio le haga una proposición demasiado romántica y pública para ir al baile.
Aunque ninguna de esas c...
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Años después.
Los flashes parpadeaban cegando a cada persona que caminaba por esa alfombra roja. Los vestidos brillantes y las desmedidas joyas de las actrices devolvían una pequeña parte de ese brillo al que Harry ya estaba acostumbrado, pero esa vez era diferente, esa vez todos los flashes estaban apuntando a él como protagonista de su primera película y no como un extra o un papel secundario.
Se había pasado semanas, meses, pensando en aquel conjunto que hoy lucía con una sonrisa radiante alimentándose de cada flash de las cámaras mientras Louis sonreía a su lado, no tan nervioso como la primera vez, pero sin terminar de ver aquello con normalidad.
Aquello había aguantado bien, habían tenido sus altibajos, incluso hubo un tiempo en el que oficialmente "rompieron" pero entonces salió un día de clases y lo vio allí diciéndole que no lo iban a dejar por teléfono rompiendo así sus dos días y medio de ruptura.
Habían pasado años desde aquella primera visita de Louis a Nueva York, donde conoció a su tía Robbie y a sus compañeros del curso y a la ciudad. Desde ese momento fue uno más, la gente los relacionaba juntos aunque estuvieran en lugares distanciados.
Pero ya no eran aquellos chicos perdidos y enamorados, seguían estando enamorados, claro, pero para nada perdidos. Harry consiguió una matrícula de honor en la escuela lo que le catapultó a pequeños proyectos en los teatros más famosos de la zona. Después de varias temporadas y conseguir algo de dinero contribuyeron en la operación de Nadir.
Aunque la vida de Louis también mejoró, consiguió un aumento en el supermercado y sin tener que ir a clases tuvo más horas para poder dedicarse a su familia, a su hermano y Lauren su nueva hermanastra.
La boda entre Dean y su madre fue preciosa, Harry volvió de Nueva York para asistir y dejar en ridículo a todos los hombres de la boda, palabras textuales de Louis. Parecía como si todo hubiera cogido su ritmo.
Y también hacía tiempo de la primera vez que Harry había expuesto a Louis a su primera alfombra roja en la graduación de su colegio, había mejorado mucho su miedo escénico y su aparición ante gente, pero su presión en la mano de Harry no había descendido ni un ápice.
Otra cosa que había cambiado eran los viajes cada pocos meses ya que ahora ambos vivían juntos, tenían dos casas ridículamente grandes para ellos dos, rodeadas de altos muros y alejadas de la gente para que no se colasen en ella, aunque más de una vez habían encontrado fans en las puertas de la de Hollywood.
Pero también tenían una pequeña casita, muy pequeña, en una remota montaña donde pasaban las temporadas donde la prensa no sabía donde se había metido la "pareja favorita del cine". También pasaban allí las navidades con su familia y algún día especial.
Al principio acompañaba a Harry a sus rodajes, con el tiempo empezó a ayudar a los que construían el decorado, y terminó siendo encargado de ese sector. Siempre le había gustado, desde que aquel castigo lo puso en ese lugar y descubrió lo placentero que era crear de cero algo que ayudaba a dar vida a una escena, así que se formó en eso y mejoró y aunque odiaba las alfombras rojas, las persecuciones de fans y todo el alborto público que su pareja causaba le gustaba ver como a él le llenaba de vida y sonreía con esa sonrisa que le hacía aguantar todos los flashes que salían disparados de las cámaras.
