Harry tiene las cosas muy claras para su último año de instituto: conseguir la beca de teatro musical para la mejor escuela de Nueva York y que su novio le haga una proposición demasiado romántica y pública para ir al baile.
Aunque ninguna de esas c...
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Louis.
No había hablado con Harry desde ayer, le envió un mensaje al móvil para ver si le habían echado bronca, pero no le respondió. Esa mañana también le había escrito y había obtenido la misma respuesta: ninguna.
Lo había buscado durante toda la mañana por los pasillos, por la cafetería pero no lo encontró, preguntó por él y ahí fue donde una de las chicas le dijo que hablase con Isabella o Zayn, pero que seguramente estaría en el teatro y se dirigió sin más a esa aula que ya conocía tan bien.
Entró y lo vio sentado en el borde del escenario.
—Te he estado buscando todo el día—Dijo Louis cerrando la puerta tras de sí.
—Sí, me han dicho que me buscabas, ¿has preguntado por mí?—Sonrió.
—Imagínate si quería encontrarte que le he preguntado a unas chicas por ti—Respondió él sonriendo algo avergonzado.
—Pues ahora estoy aquí.
—Quería preguntarte que tal estabas después de lo de ayer—Dijo—Te he escrito.
—Sí, lo sé, estuve hablando con mi hermana hasta tarde y me he despertado súper cansado, y tarde también, te quería escribir luego, pero me han dicho que me buscabas y he decidido esperar a que vinieras a mí.
—¿Y cómo estás?
—Estoy bien, mi padre me echó un poco de bronca pero puesto que es la primera vez que me meto en líos no ha habido castigo—Respondió encogiéndose de hombros.
—Que suerte.
—¿A ti te pasó algo?—Preguntó.
—A mi madre hace años que no la llaman porque me meto en líos, recibí yo la llamada y me hice pasar por mi padre.
—¿Se lo creen?
—Pongo la voz un poco más grave y no preguntan mucho—Respondió sentándose a su lado de un salto.
—¿Y nunca te preguntan por qué no va a ninguna reunión?
—Solo digo que trabaja mucho.
—¿Nadie sabe que no está?—Preguntó Harry.
Louis se quedó en silencio y miró los ojos del chico que llevaban un rato en los suyos.
—No hace falta que respondas si no quieres.
—Saben que no están, pero creen que aún se hace cargo de nosotros.
—¿Y lo hace?
—No. Desde que se fue no sabemos nada de él. Lo intentamos llamar cuando mi hermano enfermó de la vista pero no quiso saber nada, ni enviar dinero y eso que ahora le sobra.
—¿Qué le pasa a tu hermano?
—Tiene una enfermedad que se da muy poco, pero casi siempre en niños de su edad. Va a ir perdiendo visión con el tiempo y necesita unas gafas especiales para corregirlo hasta que se le pueda practicar la operación que la recomiendan en tres años desde que se le diagnosticó, es una mierda.
