Capítulo 8: Di mi nombre

777 53 24
                                    


(Capítulo larguísimo para sobrellevar mejor este calor horrible)

Son las 12 del medio día y llevamos cerca de 3 horas ensayando sin parar. Nuestros pasos son perfectos pero nos falla la química, la conexión. La profesora está harta de corregirnos y decir que por favor seamos más cómplices, que fluya el baile. Es consciente de que todo esto es fruto de un imprevisto, pero tenemos cuatro días para solucionarlo y hacerlo perfecto.

Después de dos pases horribles, la profesora nos obliga a descansar y retomarlo en 5 minutos. Aprovecho para ir a los vestuarios a mojarme la cara y quitarme el sudor. Al volver, me encuentro a María discutiendo con la profesora. No se han percatado de que he vuelto. Resulta que María no quiere actuar conmigo y está intentando por todos los medios evitarlo. La rabia me sube por la garganta. He escuchado suficiente, así que decido salir de aquí. Ellas me ven y María intenta frenarme. Salgo de la academia pegando un portazo. Normalmente me daría igual, no es la primera vez que he tenido que trabajar con gente que no me cae bien o que no encajamos, pero esta vez es diferente.

María me alcanza cuando no llevo ni 3 pasos.

- Por favor, espera. - atrapa mi brazo y me obliga a enfrentarla.

- Creo que lo has dejado bastante claro. Mira a mi tampoco me apetece una mierda currar contigo pero es lo que hay sabes, y parece ser que a diferencia de ti yo sí soy una profesional y no voy clavando puñaladas por detrás. - me sale decirle del tirón. A medida que lo digo, soy consciente de lo enfadada que estoy, hasta tiemblo ligeramente.

- Perdona eso ha estado mal ya lo sé, no quería que te enteraras así. No es por mi, te lo juro, pero puedo sentir lo incómoda que estás conmigo y no quiero obligarte a... - empieza a explicarse María, gestualizando con sus manos, llevándoselas al pecho.

- Qué detalle por tu parte pensar así en los demás. No es algo que te caracterice precisamente. - lo digo completamente envenenada, y se al instante que este enfado no es solo por lo que acaba de pasar.

- ¿Perdón? - María está totalmente desubicada. Parece como si le hubiera dado una bofetada. En este momento digo algo sabiendo que no habrá vuelta atrás.

- Vamos, como si no lo supieras. Lo sabes desde el día que escuchaste mi nombre. Di mi nombre. Si es que te atreves. - la miro fijamente.

Los ojos de María se abren al máximo y su expresión se congela. Le ha pillado totalmente desprevenida.

- Yo... - comienza a balbucear.

- ¿Ya no te parece tan gracioso? - respondo, llena de rabia. Ella mira al suelo, avergonzada.

En ese momento sale la profesora por la puerta, seguramente haya escuchado la discusión.

- Las dos, a casa. Ya. Fuera de aquí. Ya hablaremos.

Entro dentro a recoger mis cosas y cuando salgo, María sigue congelada en el mismo sitio.

Cuando llego a casa, sigo temblando. Reviviendo la conversación una y otra vez. A ratos arrepentida, a ratos enfadada. Hecha un desastre.

-

A última hora de la tarde, me doy un baño. Consigo relajarme por primera vez en todo el día. No es hasta después de secarme el pelo que cojo mi móvil. Entre los mensajes que encuentro, uno procede de un número desconocido. Lo abro con recelo.

Hola, soy María. De nuevo perdona por todo lo de hoy. No he sabido cómo reaccionar. Pero eso no quita que yo también sea una profesional y quiera lo mejor para el grupo y para ti. Creo que te debo una gran disculpa desde hace mucho tiempo. Me gustaría poder explicarme si a ti te parece bien. Para zanjar esto y para poder sacar adelante la coreografía. Lo siento de verdad.

El booty hypnotic del que me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora