Cuando ingresé en aquel lugar ya sabía mi destino, había sido preparada toda mi vida para aquello sin saberlo. Recorrí las habitaciones del pequeño entorno familiar con el corazón hecho añicos, pero la firmeza jamás desapareció de cada uno de mis movimientos. El camino era tan certero, que ni la aparición del mismísimo Creador hubiera cambiado mi opinión sobre lo que llevaría a cabo. Si me lo hubiese contado una gitana mediante una lectura de cartas, hubiese respondido "y sí, por supuesto", mi futuro es la imagen y consecuencia del pasado, las fichas de mi tablero estaban ancladas desde un principio y no había forma alguna de evitar la siguiente jugada.
Llegué de alguna forma que no puedo precisar, a la habitación principal, me recosté y dejé que las imágenes me inunden hasta ahogarme, perdiendo la conciencia. Su fragancia aún permanecía en cada rincón, despedazándome.
Mi cuerpo cargaba con todos los flagelos de la humanidad entera y pesadamente se mantenía recostado, sin ninguna aparente posibilidad de remisión. Sujetando el aire, tiré de él una y otra vez para meterlo en mi cuerpo, el acto consiente de respirar era agotador, intenté dejar de hacerlo, pero mi sistema nervioso aún no se rendía, obligándome de esta forma a sobrevivir. Logré sentarme luchando ferozmente con mi voluntad de hundirme más en la cama, como si al envolverme y tragarme entre sus sábanas, se llevará de alguna forma mis pesares. Miré mis ropas, todo lo que llevaba puesto me lo habían comprado las mujeres que alguna vez me rodearon, me deshice asqueada de ellas como si liberar mi piel me ayudara a deshacerme de las conexiones que hoy me rompían, si tuviese alguna mágica forma de cortar esos hilos, una amnesia selecta que me permitiera empezar de cero, arrancar la carne de mis huesos y rearmarme como un modelo nuevo. Nada de lo que tenía me pertenecía completamente, no había logrado nada trascendental, no había deja huellas imborrables, ni siquiera el cuerpo que portaba era merito propio, sino el resultado de la herencia, la mezcla sin valor de sangre sucia y corrupta, era obvio que debía dejarla correr.
Miré hacia abajo, el color de mi pelo y mis ojos me golpearon con algunos bellos recuerdos, fugaces, mínimos, no valían de mucho en definitiva. Observé mi cuerpo que siempre solía ocultar, hasta que ciertas manos lo moldearon como una escultura, enseñándome el valor de las curvas, mi vientre se había aplanado aún más, las costillas sobresalían, y mis rodillas parecían aún más huesudas y deformes debido a la pérdida de peso de las últimas semanas. Mi pubis yacía pobre y descuidado, su insaciable sed me había llevado a tomar decisiones cuestionables, así como las más gloriosas sensaciones, ya no había lugar para debatir arrepentimientos. Mis senos permanecían firmes y erguidos, los tome entre mis manos y pensé en ella, los hubiese arrancado gustosa de mi cuerpo si con ello lograba alguna diferencia.
Llegué a una pequeña habitación, perdida en cavilaciones vagas que no concluían en nada. Me enfrenté a la pila de cajas con medicamentos que muy bien conocía, seleccioné el que me provocaría una anestesia consciente, podría haber usado una crema tópica local, pero estaba cansada del griterío en mi cabeza, callar las voces, apagar la conciencia, silenciar el mundo, mi pasado oscuro, mi presente turbio...
Tomé todo lo que necesitaba, estaba decidido, mi sentenciado camino se erguía con su alfombra roja, sus ramos de espinas sin pétalos, sus aplausos sordos festejando mi egreso, era el día de mi graduación, y lo celebraría dándole fin a esta etapa carnal que marcaba mi existencia.
En ningún momento titubeé, estaba tan claro todo para mí como el agua que llenaba la tina donde me encontraba. Observé la curiosa cortina que no dejaba de sorprenderme, el hombre que custodiaba mis acciones, una fija imagen que inanimadamente me observaba sin juzgar.
"vas a ser mí última compañía ojos de gato, escolta mi viaje y contame el final de tu historia que nunca leí..."
Le dije como si fuera alguien real, pero mi estático acompañante no era más que otro falso personaje que se unía a mi colección de conocidos. Al menos su interesante vida merecía ser contada, la mía por otro lado, solo sería un triste libro con un obvio final.
Mi vista comenzó a nublarse y sentía como mis sentidos se iban apagando. Cada vez me iba importando menos, decidí hacer los tajos con urgencia antes de perder el poder de decisión, la droga que me había metido me convertiría en un insensible zombie en cuestión de minutos, y mi elección quedaría truncada si no me apuraba.
Me dio placer ver la sangre correr tan veloz, eso significaba que no estaría aquí mucho tiempo más, mi parte sádica se quejaba de la falta de dolor, merecía sufrir antes de irme, había cometido actos que debían ser condenados, pero temía que mis reflejos lo eviten, que el primitivo instinto de supervivencia le gane a mi determinación, que mis planes sean finalmente frustrados, no podía dar lugar a ese tipo de interferencias, así que reprimí cualquier síntoma de debilidad que pueda actuar en mi contra.
A medida que mi vida fluía como el cause de un río desembocando en el mar, con ello una ola de satisfacción embriagaba todo mi ser. Estaba muriendo, sola, como siempre estuve, patética, como toda mi existencia, y me estaba vengando en cierta forma de los que quedaban e intentaban olvidarme, les dejaría está horripilante imagen de desesperación, este grito inaudible que vociferaba "¡por tu culpa!"
Me incorporé al líquido que se tornaba cada vez más espeso, la habitación se teñía roja ante mis ojos, los sentimientos me abandonaban, el cuerpo ya no me respondía, creo que estaba convulsionando, no lo sé con certeza, un velo negro fue cubriéndolo todo como el final de una película mala que nos quedamos a ver por si en algún momento mejora.
Me llamo Lilian Clarice Joly, y voy a narrarles los eventos que me llevaron hasta este momento, antes de que mi luz se apague por completo, aunque tal vez no sea una historia entretenida.
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Amor y Sangre
RomanceLilian una estudiante novata, se enamora de su Profesora, lo cual desencadena una serie de eventos, que llevará su existencia al límite de la tolerancia. Mundos diferentes intentando convivir, el amor puro mezclándose con tintes BDSM, un relato de s...