Cap. 23

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Llegaron al hotel en silencio, subieron al ascensor en silencio, entraron a la habitación aun en silencio. Lilian se sentó en la cama pues no estaba acostumbrada a los zapatos de taco y sus pies la estaban matando. Se los quitó conservando el constante silencio que las rondaba desde hacía ya varios minutos, esperando la reprimenda que se vendría a continuación.

Kara parada frente a ella, frotaba su sien con la mano manteniendo los ojos cerrados en un intento de calmarse, levantó la vista apretando los puños y con los ojos en llamas, la rubia cerró los suyo con fuerza para recibir el golpe verbal que nacería de su boca... Las palabras no llegaban, estaba conteniéndose una vez más, abrió despacio uno de sus ojos y la observó abalanzarse sobre ella, agarrando con fuerza sus mejillas, dándole el beso más vehemente que había recibido en la vida. La lengua desesperada de la morocha buscaba ganar terreno y apoderarse de aquella mujer que se le vivía escapado entre los dedos. Levantando su vestido negro, se sentó sobre ella y comenzó a moverse en un suave vai-ven, intentando frotar su intimidad con la muchacha. Las manos de Lilian vagaban extasiadas sin saber que hacer, por la espalda de su Profesora, quien sin soportarlo más, tomó la mano de su alumna ejemplar y hundió sus delicados dedos en lo profundo de su interior. La rubia la observaba atónita mientras ella mordía su cuello intentando demarcarla para siempre como su propiedad, bajando el escote de su negro vestido con la mano que le quedaba libre, obtuvo el acceso a uno de sus pechos y ni bien se liberó de los dientes de su amante, bebió de él, alimentando su alma famélica. El rostro de Kara se tira hacia atrás, mientras arquea la espalda, sus gemidos llegando al orgasmo eran una sinfonía para Lilian, pero a diferencia de lo que esperaba, su mirada seguía desprendiendo una llama poderosa, capaz de hervir al mismo infierno en ellos. Su boca volvió a capturar la suya, y sus manos hábiles la despojaron de su hermoso vestido rojo en cuestión de segundos. La empujó rudamente por el centro de su pecho haciendo que se recueste, y le dio el espectáculo más fascinante de su vida cuando se quedó como Dios la trajo al mundo. De inmediato se abalanzó sobre ella y subiendo sus brazos hasta el respaldar le dijo "dejalos ahí, voy a hacerla completamente mía Señorita Joly, para que nadie más se atreva cruzarse en mi camino", la mordió, la chupo, la marco desde los senos a la ingle, todas sus zonas más íntimas y personales llevaban la distintiva señal y el recordatorio de que a partir de ese momento, su cuerpo le pertenecía. Jugó con sus senos acariciándolos y besándolos hasta que se sació, había deseado aquello por tanto tiempo, que iba a disfrutarlos en toda su extensión, bajó por su vientre acariciándolo, besándolo, dejando un recorrido de saliva hasta su pubis, escuchando los gemidos de éxtasis de su amante.

Lilian: - Kara a mí nunca...
Kara: (sonriendo) -tranquila, voy a ser suave

Acariciaba sus caderas mientras su lengua vagaba por el exterior de su intimidad, calentando el área, preparándola para sus futuras caricias. De a poco fue separando sus capas con la lengua, mientras con las manos empujaba sus piernas flexionándolas. A medida que su objetivo se iba abriendo, su boca cubría espacio, su rostro se llenaba de la fragancia de Lilian, mientras ella ingresaba en lo más profundo se su ser, entrando y saliendo, despacio, lento; subió su camino hasta el divino botón mágico que la naturaleza había colocado en las mujeres, lo acarició con la lengua de arriba abajo, lo succionó rítmicamente hasta sentir que el cuerpo de Lilian tomaba temperatura y se movía enseñándole el camino, con cuidado colocó uno de sus dedos en la entrada y dejo que sea ella quien de a poco baje sus caderas, simplemente la siguió y acompañó mientras Lilian cabalgaba hacia su propio éxtasis. El orgasmo llegó ruidoso, bañando su boca con cálidos fluidos que Kara no dudó en tragar. Lilian era exquisita desde lo visual a sus sabores. Secó su rostro empapado y pasó la lengua por sus dedos. Lilian agitada la observó realizar aquel acto, el cual sólo la excitó más. La morocha seguía repartiendo besos y caricias, sin poder dejar en paz el extasiado cuerpo de su amante, y uniendo su húmeda intimidad con la de su alumna, empezó el baile más erótico que dos amantes mujeres pueden emprender. El cuerpo de Kara, sus aromas, sus movimientos, su delicadeza, estaban enloqueciendo a Lilian que acompañaba la danza como podía, la traspiración recorría las pieles desnudas de ambas, y mientras Lilian hundía sus uñas en el trasero de su profesora, un nuevo orgasmo vulneraba los sentidos de la rubia, inmediatamente Kara al sentirla, llegó por detrás.

Las dos miran el techo extremadamente satisfechas, ahora sí, era el momento de hablar...

Lilian: -recordarme por que esperamos tanto...
Kara: -acabo de romper todos mis preceptos, dejame irme al infierno sin pensarlo demasiado
Lilia: -jaja no seas tonta- (girándose para abrazarla) -no somo menores, ni robaste del todo mi virginidad, nada va a pasarnos
Kara: -solo, sigamos cuidándonos sí?, prometo que el año que viene pongo un anillo en tu dedo si es necesario
Lilia: -calma che que aún no me quiero casar, parece que la que tiene por primera vez un orgasmo sos vos y no yo
Kara: -que, en serio?
Lilian: -bueno los obtuve sola, pero es mi primera vez acompañada
Kara: -así que en este momento estas tremendamente enamorada de mí?
Lilian: -sí, pero siempre estoy tremendamente enamorada de vos- (beso)
Kara: -entonces... aceptas ser mi novia... a escondidas por el resto del año?
Lilian: -claro! Siempre y cuando no venga nadie a proponerme un noviazgo más cómodo y público

Kara la mira con odio fingido y aprieta uno de sus pechos

Lilian: -auuuuu, todavía está sensible, lo maltrataste mucho!!! Era broma!!! Me quedo con vos, aunque sigamos toda la vida encerrada en tu departamento, ¡¿me da igual ok?! Solo quiero estar con vos, no me importa el resto

Kara la besó en ese momento, como la besó el resto de la noche repetidamente y por varias horas, sin cansarse, sin saciarse, aprendiendo mutuamente los caminos y secretos de sus cuerpos.

Al día siguiente, a pesar de la reticencia de Lilian por abandonar la habitación, fueron a almorzar a un famoso restorán de la zona, por la tarde recorrieron algunos sitios más que le habían quedado en la agenda, y por la noche volvieron a comerse apasionadamente en el hotel como si fuera la primera vez. El lunes la luna de miel se terminaba y el trabajo ocupaba su lugar, no demoraron mucho en solucionar el problema del agradecido hombre, pero antes de retirarse Kara le ofreció participar de una serie de conferencia que daría en diversas facultades sobre su caso, y en donde se le otorgaría hospedaje, comida y un poco de dinero, que le permitiría mejorar su situación, hasta que logre levantar cabeza. Cadwell todo el tiempo se comportó caballerosamente como lo había hecho desde el principio, y se notaba que estaba arrepentido por su absurdo comportamiento en la fiesta. Apenas tuvo un momento a solas con Lilian le pidió disculpas por su indiscreción y le echó la culpa de todo, a los límites morales que borra el alcohol. Luego se dirigió reservadamente hacia Kara

Jhon: -estas saliendo con esta muchacha?
Kara: -no, es una colega, por qué lo decís?
Jhon: -bueno si no hiciste nada, no te duermas, hay una energía especial entre ustedes, no te la pierdas. Y si me estas mintiendo... perdóname por lo del otro día, si hubiese sabido que era tu chica ni lo intentaba

Kara no pudo evitar una sonrisa delatora, pero sin decir nada se despidió de su amigo. Cuando llegaron a su ciudad natal, se fueron al departamento de Kara, Lilian se hubiese quedado ahí, pero tenía que volver con su madre.

Kara: -antes de que te vayas, sé que esto parece apurado como darte un anillo, jeje, pero toma, son las llaves de mi casa y de la oficina. Quiero que tengas un lugar tranquilo para estudiar cuando necesites, y que no tengas que quedarte en la cafetería de la universidad. Nunca vas a molestarme Lilian, veni cuando quieras, todo el tiempo que quieras
Lilian: (abrazándola) -sos hermosa!!! Acepto tu anillo!- (tomando las llaves)
Kara: (dándole un beso) -vamos, te llevo a tu casa

Amor y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora