El estado de Nirvana en toda su gloria y magnificencia, la liberación de todo mal, de todo sufrimiento, el estado de felicidad plena, la cúspide de la iluminación espiritual. Ésta era la situación de Lilian en cuanto a su relación con Kara, si bien seguían manteniéndolo en secreto, cada segundo a solas era aprovechado para robarse un beso, darse una tierna caricia, y ni hablar de las incontables horas por la tarde que invertían en la cama/sillón/auto/cocina/baños haciendo el amor. Al haber terminado su posgrado, la profesora andaba con más tiempo libre en sus manos, especialmente por la tarde, no así Lilian, pero cada hueco que lograba hacerse en su agenda, lo aprovechaba para salir volando hacia la casa de su novia.
Llegó nuevamente el cumpleaños de Kara, era viernes y se la pasaría seguramente tooodo el día trabajando en el consultorio. Lilian ansiosa por mimar a su querida novia en aquel día especial, cocinó en casa lasaña, una de sus comidas preferidas, era la primera vez que hacía, pero el sabor estaba bastante rico. Luego de comer ella y ver como increíblemente su madre se tragaba casi un plato entero, cosa que no venía sucediendo últimamente, guardó una porción bien caliente en un táper, y se fue al mediodía a verla, cuando sabía que ya no tendría pacientes.
Ingresó con su llave al consultorio, seguramente estaría en su laboratorio. Abrió cuidadosamente la puerta y se apoyó en el marco observándola enamorada.
Lilian: -a veces no puedo creer que seas mía
Kara: (sonriendo sin levantar la vista) -no sé qué hice para tenerte tan embelesada, pero bienvenido sea. ¿Cómo estas hoy amor?
Lilian: -feliz como cada vez que te veo, mi mamá comió mucho, así que espero que también te guste... Feliz Cumple Hermosa!- (entregándole el táper) -adentro están los cubiertos, y traje un jugo porque estás trabajando
Kara: (destapando el envase) -lo hiciste vos???? Para mí???- (con los ojos brillando)
Lilian: -claro que sí!Su alumna camina seductoramente moviendo las caderas, acercándose a ella, y gira la silla reclinable con ruedas donde se encontraba, se sienta sobre sus piernas, rodeando su cuello con ambos brazos. Comienza a besarla suave, saborea sus labios carnosos, su cuello, su escote, era imposible para Lilian no tomar temperatura con aquella belleza cuya sola existencia era la provocación personalizada. Luchando contra ella misma detiene su recorrido húmedo, y saca los cubiertos del envoltorio improvisado que les había hecho. Cortando un pedazo de aquel manjar, lo manipula en el tenedor, con su mano libre posa el dedo gordo sobre el labio inferior de la morocha obligándolo a separarse de su par superior, imitando con su propia boca la acción de apertura. Suavemente desliza aquel trozo de comida sobre la erótica lengua que tantos maravillosos orgasmos le había provisto, y observa como la mayor razón de su actual existencia, degusta extasiada con los ojos cerrados, su amorosa producción...
Kara comió hasta el último pedazo, disfrutando cada uno de los sabores que invadían sus papilas. Cuando terminó, Lilian se paró y empezó a juntar las cosas...
Kara: -y mi postre?
Lilian: -con todo lo que comiste estas de ánimo para postre?
Kara: -jaja no realmente- (tomándola de la cintura y atrayéndola entre sus piernas) -pensé que por ser mi cumpleaños podríamos...- (desabrochando la camisa de la rubia para meterse uno de sus pechos en la boca)
Lilian: -ay profesora! que paso con su intachable comportamiento y responsabilidad?
Kara: -maldición! Tengo que terminar este molde antes de que regrese mi paciente- (soltándola)
Lilian: -te puedo ser de ayuda?- (acomodándose la ropa)
Kara: -no cariño, tu presencia es demasiada tentación y voy a terminar cerrando para hacerte el amor sobre esta mesa ya mismo!
Lilian: -bueno ya entendí, me voy, de todas formas tengo clases en un rato. Nos vemos a la noche en tu casa?- (beso)
Kara: -por supuesto!Lilian aprovechoó para pasar por el centro antes de ir a la Universidad y dejar algunas cosas en la casa de Kara que le servirían para el festejo. Cuando la cumpleañera por fin regresa a su hogar, el silencio y la quietud la rondaban, al parecer la rubia aún no había venido; dejó su cargado bolso sobre la mesa y se desplomó sobre el sillón, cuando abrió los ojos, su quijada calló hasta el piso ante la presencia de aquella sexy figura femenina, que caminaba hacia ella con una torta con velas encendidas, traía una camisa roja muy desabrochada logrando un excelso escote, anudada al frente para dejar al descubierto su delicado vientre plano, unas medias finas altas de encaje color blancas, y una muy corta falta a cuadros.
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Amor y Sangre
RomanceLilian una estudiante novata, se enamora de su Profesora, lo cual desencadena una serie de eventos, que llevará su existencia al límite de la tolerancia. Mundos diferentes intentando convivir, el amor puro mezclándose con tintes BDSM, un relato de s...