Cap. 1

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Era comienzo de Febrero, los vestigios del verano aún permanecían remanentes, azotando con calor aquellas aulas. Lilian entró ansiosa buscando un rostro conocido en aquel mar de gente, había llegado, como siempre, tarde, se había levantado temprano y preparado todo con anterioridad, pero de tanto pensar "será que olvido algo?", terminó saliendo sobre la hora, maldiciendo su expectativa frustrada sobre el primer día de clases.
La Facultad era extensa y contenía varias carreras en la rama de la salud, una sección era bastante antigua, con aulas y auditorios espaciosos donde se dictaban las clases teóricas; y otra había sido refaccionada y acondicionada con tecnologías modernas para todo tipo de prácticas y talleres.

"Allí están!"- pensó aliviada Lilian al ver a Carlos y Denise levantar las manos cual fanáticos en un recital, para que ella logre divisarlos.

Lilian: -Si no fueran tan escandalosos no los encontraba más
Carlos: -Te guardamos un asiento
Lilian: -Gracias! Que caballero
Denise: -Pensamos que te habías perdido, te quedaste dormida?
Lilian: -Cómo podría?! Es sólo que me atrasé buscando algunas cosas

CLAK CLAK CLAK... Sonó estridente el borrado en el pizarrón sobrepasando el murmullo y llamando la atención de todos.
Una señora de pelo negro-azulado que rondaba los 45 años de edad, con unos profundos ojos azules penetrantes, que se escondían tras unos anteojos algo anticuados de marco color rojo, un traje con pollera que combinaban a la perfección con sus altos taco aguja, y una muy buena figura para su edad que denotaba horas dedicadas al gimnasio... comienza a hablar...

- "Buenos días alumnos, ustedes ya me conocen del curso de ORIENTACION Y PREPARACION PARA INGRESANTES que se dictó en diciembre. Soy la Profesora Consultora Minerva De la Rosa- (comienza a escribir en el pizarrón) -este es el número de mi celular, ANOTENLO, yo estaré a cargo de despejar cualquier tipo de duda a lo largo de estos años, desde horarios, clases, situaciones institucionales particulares de cada uno, hasta posibles alquileres o ayuda emocional que necesiten, no duden en ponerse en contacto conmigo, estoy a su entera disposición.
Veo que los números se han reducido considerablemente desde el cursillo y seguramente continuará así a lo largo de la carrera. Tengan en cuenta que serán años muy intensos, que requerirán un gran esfuerzo por su parte; pero al concluir saldrán formados como profesionales idóneos para la atención al público general. ¡Sin más preámbulos les doy la bienvenida al estudio de la Mecánica Dental! Los dejo en manos del primer profesor del día, quien dará la introducción pertinente a su materia".

La mañana transcurrió agobiando la mente de jóvenes recientemente salidos del secundario; otro grupo era de aquellos que se habían tomado un tiempo sabático para elegir la profesión correcta; algunos, por no decir la mayoría, frustrados por la paga acotada del trabajo regular, buscaban una salida rápida de una carrera relativamente corta y prolífica. Otros pocos ya eran versados en la materia, profesionales con otros títulos que buscaban ampliar su campo de conocimientos; y alguno que otro, obligado a estudiar por padres o mandato social que establece obtener un título más allá del secundario, habían elegido aquel escape.

El grupo de 3 que nos atañe, se dirigía a recuperar energías en la cafetería. Se habían conocido en el curso introductorio, y la simpatía de Denise había imantado a los otros dos por defecto. Ella era extrovertida, algo prepotente, pero siempre rebosando de jovialidad y energía, sus atributos hacían un combo influyentemente dominante ante cualquiera, era imposible decirle que no. Llevaba mechas rosas en su pelo castaño claro, que la hacían resaltar en cualquier lugar, y su estilo de vestir algo extravagante, podría convertirla en un personaje recién salido de una película de Marvel. Sus aptitudes innatas de sociabilidad, la convertían en el complemento perfecto para Carlos, un chico que se definiría más bien como retraído, del tipo nerd y tímido, quien necesitaba de alguien como ella para sacarlo de su cueva de confort. Su piel pálida, pelo negro con corte hongo, y contextura delgada, sumado a su gusto por el manga, no lo hacían precisamente un adonis frente a los ojos de las mujeres.
Por otro lado estaba Lilian quien, si bien era poseedora de una larga y dorada cabellera, con unos ojos celestes color mar que había heredado de su abuela, no se consideraba la gran cosa, vestía siempre ropa cómoda, y vivía perdiendo el sentido de la realidad sumida en sus cavilaciones. La primera vez que vio a Denise, se sintió inmediatamente atraída hacia aquella Diosa salida de algún videojuego, creía haber conocido a la mismísima hija de Lara Croft en persona. Luego con el paso de las semanas, tras conocer su obsesivo fetiche por todo lo asiático, sus posibilidades y deseos fueron decayendo drásticamente para conservar sólo la amistad. A medida que pasaba tiempo a su lado , se daba cuenta de que, lo que más le gustaba de su amiga, serían cosas que no le perdonaría a una pareja; si bien aceptaba su lado bromista que siempre intentaba sacar de las casillas a la gente, solo para luego reírse de ellos, sería algo muy cansador para vivirlo cotidianamente; y aunque hoy en día en su amistad, era capaz de perdonarle un montón de fallos humanos, porque no era ella quien debía sobrellevarlos, le hacían sentir que como novia le serían un contrapeso; obviamente para Denise la situación correría igual, seguramente sentiría que debía arrastrar por la vida a una Lilian que todo el tiempo estaba dudando, o analizando demás cada acción o lugar, sin dejarse llevar por la adrenalina del momento, ese freno constante para la impulsiva castaña, seguramente terminaría cansándola.

Amor y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora