Cap. 37

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Lilian: (atendiendo el celular) -Hola cachorra
Elena: -Hola cariño como estas?
Lilian: -justo ahora en un descanso de la Uni, en unos minutos vuelvo a clases
Elena: -los sabía por eso aproveché para llamarte ahora. Mañana tengo una cena de negocios y me gustaría que me acompañes
Lilian: -mmm no creo que pueda- (dudando)
Elena: -ya sé que estas cenas suelen ser aburridas para los que no participan, pero podríamos convertirlo en una especie de sesión, eh? ¿Qué te parece? Podríamos usar un vibrador a control remoto y seguiríamos jugando, compartiendo nuestro íntimo y sucio secreto
Lilian: -sinceramente suena muy tentador verte retorcerse y aguantar de esa forma, pero no quiero más dejar a mi madre tanto tiempo a solas con Rosa. Las dos sabemos que esa salida no va a terminar solo en una cena
Elena: -jaja no, claro que no, descubriste mi plan macabro
Lilian: -sé que te tengo descuidada y extraño muchísimo mimarte con mi fusta, pero... las cosas no están bien acá, igualmente si estás libre al día siguiente por la tarde, puedo comprar unos juguetitos nuevos y resarcirte por mi falta
Elena: -Está bien cariño, entiendo perfectamente. Te espero el domingo por la tarde en casa. La mazmorra estará en condiciones para usted Domina
Lilian: -el placer, como Siempre, será solo mío cachorrita....
Elena: -la espero con ansias mi Señora
Lilian: -espera! ¿Dónde estás?
Elena: -en la oficina
Lilian: -pone traba ya- (escuchando atenta los pasos y el cerrojo correrse) -masturbarte en tu silla. Quiero escuchar el sonido de un orgasmo antes de volver al aula...

La esbelta mujer acata las órdenes sin dudarlo, y al cabo de unos minutos le regala una gloriosa expresión de satisfacción saliendo por su garganta.

Lilian: -con eso podremos esperar más tranquilas las dos hasta el encuentro. Sos la perra más sucia, pervertida y hermosa que conocí en mi vida. Hasta pronto cachorra. Te llamo en un rato para que me des otra de estas muestras de amor y obediencia
Elena: -si Ama, a sus órdenes

Luego de cortar se quedó meditando algunos minutos, su relación BDSM con Elena había vuelto a tomar este carácter cibernético, dadas las exigencias que ocupaban su vida, y las obligaciones laborales propias de su sumisa. Ella intentaba rellenar los vacíos con algunas de estas actividades, pero sabía que a la larga no era suficiente, el contrato le demandaba a la empresaria que no emitiría juicios ni quejas, así como no intervendría en los quehaceres de su Ama, y cumplía muy bien aquel rol, pero Lilian sabía que ella quería más, se lo había expresado varias veces como una necesidad, aunque también se demostraba sumamente amable y compresiva con sus estudios y los problemas de su madre. Decidió saltarse la clase qué seguía e ir directo a una farmacia para comprar algunos utensilios para realizar nuevas actividades, tal vez podrían hacer un poco de rol play en la onda "medical" ... De solo pensarlo ya se emocionaba. Debía planificar muy bien la sesión para que nada malo ocurra.

El domingo llego más rápido de lo que esperaba, Elena había mandado su chófer a recogerla, al cabo de un rato ingresaron en la mansión. Nunca dejaba de impresionarla, sus grandes jardines delanteros siempre florecidos, y la fachada de aquella enorme estructura de 2 pisos. Jamás había contado la cantidad de habitaciones, ni la había recorrido por completo, solo conocía el hall de entrada, la habitación de Elena con su baño privado, la cocina, el gran comedor, el estudio que hacía las veces de oficina, y la mazmorra dónde solían sesionar. Seguramente varias habitaciones pertenecieran a empleados y vaya a saber Dios que otros secretos guardaba aquel lugar, algún día le pediría el tour completo, pero hoy solo tenía algunas horas disponibles, ya que no quería dejar mucho tiempo a solas a su madre con Rosa, complacería a su sumisa, le daría un buen aftercare y luego a continuar con su descalabrada vida.

No había tiempo que perder, se dirigieron derecho a la sala preparada, la cual para este caso especial contaba con una camilla con sábanas blancas al lado de una mesa donde Lilian dejo sus utensilios, un soporte para colgar sueros, una banqueta, una especie de botiquín simulado, y un armario, dónde al abrirlo se encontró con varios tipos de arneses con argollas que le permitirían inmovilizar a su sumisa en diferentes posiciones. También había varias batas médicas para que ella elija su estilo, Elena se había esforzado en disponer el escenario perfecto, así que debía poner todo de si para llenar las expectativas de su adorada sierva.

Amor y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora