Pepa se sentó frente a Laura, tratando de hacer equilibrio en la silla. Alejandra la ayudó, sentándose a su izquierda para proporcionándole un mayor soporte en caso de mareos. Andrés estaba instalado en la cabecera, entre las dos adultas, usando pantalones beige con varios bolsillos, una camiseta blanca simple y herramientas en el cinturón. Laura se había cambiado para entonces, se puso una teñida deportiva, algo que no solían ver en Encanto. Santiago estaba instalado delante de su hermana, luciendo un semblante muy desagradable que daban ganas de cachetearlo. Seline terminó de preparar unos ricos panqueques, sirviéndolos en los platos vacíos de sus comensales. También le hizo el té a la pelirroja, quién lo aceptó con gusto.
-¿Y cómo te sientes hoy pepita de oro? -él la miró con una sonrisa.
-Fuera de la pequeña discusión con Agustín, bastante bien -le lanzó una mirada a Laura, era la única que sabía sus secretos.
-Me alegro por ti mi vida -el que dijera eso le dio escalofríos, pero no de los malos-. Y por favor, no te amargues por un tontuelo como Agustín. Pareciera que disfruta haciéndote rabear, así que evita darle en gusto.
-Es imposible -comió un bocado de comida, algo arrebatada.
-Oye, si vuelve a molestarte -le tomó la mano-, yo me encargó de ponerlo en su lugar.
-Gracias amor -ni Laura ni los niños parecían disgustados por la muestra de cariño, al contrario, sonreían-. Uy -se quejó-. Creo que los inquietaste.
-¿Yo? ¡Nah! -Andrés se burló, parándose para abrazarla-. Estos diablillos serán iguales a su madre, lo sé porque desde la panza andan haciendo desastres.
-Lo dice el más inocente -estaban jugando un juego peligroso, si es que lo era realmente-. Oye, me haces cosquillas.
-¿Sí? -él continuó pasando la punta de su nariz por su cuello.
-Ya pues, no me hagas reír. Apenas puedo aguantar el pipi -lo trató de apartar, pero no violentamente como hacía con Félix.
-Bueno, bueno -se detuvo, sin apartarse-. ¿Qué les parece si vamos los seis a la casa del pantano? -estaba incluyendo a la hermana de Félix, pues se volteó a mirarla por unos segundos.
-Bakan -Santiago dijo, asombrando a todos.
-Ya estás aprendiendo a hablar, felicidades parcerito -Andrés lo tomó como una humorada-. Seline, ¿podrías preparar algunas meriendas? -ella a regañadientes asintió-. Tienes que usar algo más cómodo preciosa, que Laura te preste ropita.
-Estás loco, nada suyo me va a quedar -hizo un sonido de desaprobación.
-Incluso embarazada eres delgadita nena -la otra mujer opinó-. Ven, busquemos entre mis cosas.
-¿Estás segura? No quisiera incomodar -ella negó.
-Has de cuenta que es un favor entre hermanas -le tomó el brazo-. Alejandra, ven. Ustedes esperen aquí -fueron al cuarto de Laura, pues básicamente ya era de ella. Sacó cada una de las prendas que tenía en el armario, tirándolas sobre la cama. Pepa sólo miraba, sin entender muchas de las cosas que había.
-¿Y esto qué? -agarró un bikini morado con estrellas.
-Uh, ese es un traje de baño -Alejandra dijo-. Lo sueles usar cuando vas a la playa o a la piscina.
-¿Cómo es la playa? -preguntó, haciendo que las dos extranjeras se miraran entre sí.
-Por lo general es cálida -describió Alejandra, en tanto revisaba algunas camisetas-. El sol mantiene tibia, si no es que caliente, la arena. El mar golpea suavemente la orilla cuando hay calma, y la brisa que viene es fresca.
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Sombras de Luna
FanfictionUn año después de los hechos ocurridos en Encanto, los problemas regresan de la forma más inesperada posible. ¿Será la familia Madrigal capaz de enfrentar esta nueva amenaza? Pd: La edad de los Trillizos es otra (42), pero esto no implica que perso...