Puaj.
Canna gimió por dentro.
Se las arregló para levantar sus pesados párpados.
«¿Cuántos días han pasado?»
Deben haber pasado tres días desde que perdió el sentido.
Era un veneno muy doloroso
«Oh, fue peor de lo que pensé, no sabía que dolería así.»
Sin embargo.
Canna sonrió.
Mirando a Carlen, que estaba sentado en una silla junto a la cama y con los brazos cruzados, parecía que el veneno había hecho su papel.
Fue cuando.
¿Sintió algo? Carlen levantó la cara.
—¿Estás despierta?
—...
—¿Puedes oírme? Por favor respóndeme.
—Coff coff.
El rostro de Carlen se puso pálido.
—Espera un minuto, llamaré al médico.
Después de un tiempo, el médico anunció que Canna se había recuperado por completo
—Sin embargo, puede haber efectos secundarios, por lo que debe cuidarse por un tiempo.
En ese momento Carlen mostró una expresión de alivio.
Ella contuvo su risa.
«No sabía que funcionaría tan bien.»
Fue bueno estar de pie bajo la lluvia después de tomar veneno.
«Porque es un veneno sin efectos secundarios. Después de unos pocos días de sufrimiento, estarás completamente curado.»
Valió la pena a pesar de que fue difícil durante unos días.
Sacudió toda la culpa y la compasión de Carlen hasta la médula.
—¿Estás bien?
Carlen entró él mismo con la medicina.
—Toma la medicina.
—Gracias
Canna tragó la medicina sin poder hacer nada.
«Oh, es amargo.»
¿Se notó en su expresión?
Carlen le tendió un pequeño caramelo.
«¿Qué es esto?»
Sentí una repentina repulsión. No quiero recibir dulces de Carlen.
«Quiero darle una palmada en la mano, tirar los dulces al suelo y gritar: ¡No necesito esto!»
Pero sería una tontería rechazar su favor.
Canna le dio una mirada de agradecimiento y tomó el dulce. Se lo metió en la boca y lo saboreo.
Sabe a fresas.
Es un cliché.
—Gracias.
—No es nada.
Luego deambulo por la habitación como si tuviera algo que decir.
Canna predijo lo que iba a decir. Pero fingiendo no saber nada, inclinó la cabeza.
Después de un rato, dijo con determinación.
—Lo siento.
Sabía que dirías eso.