| 28 | UN CRIMEN DEL PASADO Y UNA CONFESION PARALIZANTE

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KYLE

Debo reconocer que la solicitud de Shoshanna de eliminar la fotografía me generó cierta incomodidad. Durante los pocos días que compartió en mi casa, me encontré ante una experiencia inédita, enfrentándome a la situación inusual de una mujer que prefería no destacar públicamente su relación conmigo.

Este episodio despertó en mí una serie de reflexiones, ya que nunca antes me había enfrentado a una circunstancia similar. La idea de lidiar con una pareja que no desea presumir su conexión conmigo provocó un rastro de inseguridad y cuestionamientos en mi mente. ¿Habrá motivos ocultos detrás de esta solicitud? ¿Será que nuestra relación no es tan especial para ella como lo es para mí?

Abrí el cajón de mi escritorio, ese pequeño lugar donde resguardaba sus pertenencias, y decidí esparcir un poco de su perfume en el ambiente. Era como si, de alguna manera, hubiera invertido los roles, pasando de ser el cazador a ser la presa.

La puerta de la oficina se abrió, revelando la figura segura y decidida de Colleenn Marshall. Irradiaba profesionalismo, con cada movimiento meticulosamente calculado y una expresión que revelaba la seriedad del propósito que lo había traído hasta aquí.

Al ingresar, sus ojos, penetrantes y observadores, exploraron la habitación, captando detalles que podrían pasar desapercibidos para otros, y marcado por la experiencia y la determinación propia de alguien que se movía en círculos legales.

Éramos amigos desde los tiempos universitarios, y se desempeñaba como asesor del departamento legal de la policía de Washington. Portando una sonrisa burlona, inhaló profundamente, frunciendo los labios mientras capturaba el distintivo aroma de Shoshanna en el aire.

— ¿A qué se debe ese perfume a flores? ¿Decidiste finalmente salir del closet y estás usando fragancia de mujer? —inquirió con una expresión pícara, acompañando su pregunta con un cálido abrazo.

—Simplemente me encantan los jazmines, ¿Qué puedo decir? —respondí con una risa burlona.

Acto seguido, tomó asiento frente a mí.

—Lo imaginé... jazmines y vainilla. Esa mujer te tiene loco, ¿eh?—Sonrió, acomodando las carpetas que llevaba en la mano sobre el escritorio —. Debo admitir que cuando me enviaste a buscar ese expediente, estaba cargado de tareas, pero terminé dejando todo de lado porque quedé completamente fascinado con el caso.

Suspiré.

Sabía que me estaba adentrando en un problema, pero no podía evitar sentir una creciente curiosidad. La mirada de mi amigo revelaba una mezcla de intriga y anticipación, como si estuviera a punto de compartir un secreto intrigante.

—Este caso en particular tiene capas y giros que no te esperarías. —continuó, abriendo una de las carpetas y deslizando hacia mí algunas fotografías y documentos.

—Bien. ¿Qué tienes para decirme?

—Logré acceder a la base de datos y liberar información clasificada.

Colleenn siempre había sido hábil con las computadoras, destacándose como uno de los mejores promedios de nuestra clase. Siempre creí que estaba destinado a mucho más de lo que realizaba, sin contar que tenía más dinero del que podía contar y su familia pertenecía a la realeza.

—Eres mi héroe informático, ¿sabes? —comenté, tratando de aligerar la atmósfera.

—Soy tu nerd, bebe. —respondió con una sonrisa, recordándonos la amistad única que compartíamos.

— ¿Encontraste algo que nos sirviera?

Tomó aire y su expresión divertida cambió por completo. Aunque parte de mí esperaba que las palabras de Shoshanna fueran un comentario ficticio de alguien elevado por la marihuana, descubrir que alguien de su familia había cometido un asesinato no era precisamente agradable. Y mucho menos que tu padre fue cómplice de ese asesinato.

SEDUCEME ©  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora