| 08 | RECUERDOS DEL PASADO

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KYLE

Diez años atrás

El sonido de las llaves tambaleándose en la cerradura anunció mi llegada a la casa, después de haber pasado la mayor parte de la noche fuera disfrutando de tragos en el club con mis amigos. La puerta se abrió con un chirrido suave, y con un  paso tambaleante, ingrese a la sala con una risa un tanto descontrolada.

Al encender las luces, me encontré con Shoshanna, sentada cómodamente en el sofá, sumida en la pantalla de la televisión mientras disfrutaba de una película. Shoshanna levantó la mirada sorprendida al verme entrar en ese estado.

— ¡Kyle, no esperaba verte! —exclamó Shoshanna, con una sonrisa curiosa —. Creí que aparecerías en uno o dos días.

Con una expresión despreocupada, me deje caer en el sofá junto a ella. Mi hermana dormía en el otro sofá, con la boca abierta y un rastro de saliva que hacia su camino hacia el almohadón. Me volví a Shoshanna.

—No esperaba verlas aquí tan tarde.

—Nos quedamos  viendo películas. ¿Y tú? ¿Cómo ha sido tu noche? —preguntó Shoshanna, notando el estado en el que me encontraba.

— Oh, una noche épica, como siempre —respondí con una risa juguetona.

Shoshanna rio suavemente, observando mi alegría desinhibida.

—Giovanni va a colgarte del cuello si sigues apareciendo en las noticias cada vez que estás ebrio —repuso ella, poniéndole pausa a su película —. Estás afectando su reputación.

—No me importa Giovanni ni su reputación.

—Debería importarte —susurro con voz más baja, cuando vio que Sam se removía en el otro sofá —, es tu padre. Los padres son importantes.

A pesar de mis palabras desinhibidas, la seriedad en los ojos de Shoshanna sugirió que entendía la gravedad de la situación. A medida que el alcohol fluía en mi sistema, mi actitud rebelde se volvía más evidente, pero ella intentaba recordarme las responsabilidades y la importancia de las relaciones familiares.

Para ella era fácil; su familia era convencional y religiosa, pero eran muy unidos, algo que nosotros no éramos. A excepción de la relación cercana que tenía con mi hermana y con mi abuela. Mis padres no se preocupaban por mí, a menos que les causara problemas, y eso era algo que inconscientemente hacía para llamar su atención. La dinámica disfuncional de mi familia contrastaba con la estabilidad y conexión que Shoshanna experimentaba en la suya.

Me dedico una mirada amable, y me sentí perdido en la profundidad de sus ojos azules. Era como si el mundo a mí alrededor se desvaneciera, dejando solo la conexión intensa entre nuestras miradas. Los ojos de Shoshanna parecían contener un universo propio, lleno de misterio y emociones.

En ese momento, la luz suave de la lámpara cercana resaltaba ese tono cristalino, haciendo que brillaran con una luminosidad única. No podía apartar la mirada, como si estuviera hipnotizado por la belleza que se reflejaba en aquellos ojos azules.

—Cada vez que te miro, te veo más hermosa.

Puso los ojos en blanco.

—Estás ebrio.

—Sí, pero de todas maneras es cierto —acerque mi nariz a su hombro y el aroma a vainillas me envolvió —. Hueles demasiado bien. Me dan ganas de lamerte de lo bien que hueles.

SEDUCEME ©  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora