Capitulo 1. Daniel

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La clase de Historia Universal había terminado, gracias al cielo. Es la clase más estúpida, no hay más que hablar sobre las guerras que ha sometido a nuestro mundo a ser todo esto, una mierda.

Diez minutos antes de que la campana sonara, metí mis cosas en mi mochila tipo Messenger y me la colgué en el hombro, luego salgo del aula y me dirigí directamente hacia la biblioteca, como siempre. Estoy comenzando a creer que soy el único que va a la biblioteca en el descanso. Claro, porque soy un completo antisocial. Siempre camino por el centro de los corredores, así nadie me nota, todos se la pasan metiendo cosas en sus casilleros, y en el caso de las mujeres, todas iguales, solo maquillándose.

En esta estúpida escuela todos tienen algo que hacer, a menos que seas alguien retraído como yo, y solo tengas el descanso para escaparte a la biblioteca.

Así es la vida en la preparatoria Lincoln.

Uno de los futbolistas choca con mi hombro, pero no le importo, siguió caminando, así es como "no" me ven, es como si todo el tiempo fuese invisible. Me da igual, sé que no le importo a nadie, de hecho es mucho mejor, de esa forma no tengo que contarle a nadie sobre mis estúpidos problemas, como... mi secreto, soy bisexual, pero eso no importa. Y aparte sin contar con el problema de mis constantes intentos de suicidio. O de mi estúpida familia, con un padrastro borracho bueno para nada y una mamá drogadicta. Mi vida es genial. Por cierto es sarcasmo.

Empujo la puerta de la biblioteca y le entrego mi identificación a la secretaria que está en la entrada, tras un enorme escritorio de madera, ella la pasa por el escáner y suena un "bip".

- ¿De nuevo por acá? - pregunta la secretaria, con su estresante voz aguda, hace que llegue a tus tímpanos y provoque una vibración terrible.

- Si, de nuevo. Y siempre. - contesto algo molesto. Pero no con ella, con su voz. La odio tanto.

Me dirijo al estante de libros juveniles, pero no hay nada nuevo, ya los leí todos, si tan solo compraran la continuación de "Maze Runner: Prueba de fuego", todo sería diferente.

Yo, definitivamente la compraría, pero de inmediato las preguntas estúpidas inundarían mi casa: ¿Y ese libro? ¿De dónde lo sacaste? ¿De dónde sacaste el dinero? ¿Te lo gastas en esa mierda, pero no piensas en tu maldita escuela?

Me doy la vuelta y me dirijo al estante de escritores contemporáneos, hay algo de Shakespeare, "Las historias de Shakespeare".

- Es bueno, - escucho la voz de una chica detrás de mí, no me doy la vuelta, seria vergonzoso. - No te había visto por acá. ¿Eres nuevo?-

Típico, nadie me conoce, como lo dije antes. Soy invisible.

- No, para ser sinceros, ya voy a terminar mi curso. - suelto una risilla sarcástica.

- Oh! Lo siento, - dice algo apenada. - Pero es que, casi no viene nadie en el descanso. Estoy comenzando a creer que los libros tal vez, tienen sida. Nadie los toca.

Los dos soltamos una carcajada, me doy la vuelta y le sonrió, por primera vez le sonreí a una chica, pero no a cualquier chica, era Allison, una de las chicas más conocidas en la preparatoria, claro no se comparaba a las demás, ella es amigable y tan hermosa.

Su cabello es largo, no sé cómo describirlo, tiene unas partes algo oscuras casi castañas y otras rubias, como un californiano, pero desde la raíz. Su piel es blanca, tan lisa, se ve tan tersa, sus ojos son casi iguales a los míos, grises pero un poco más azules que los míos, y sus labios, son gruesos, con unos dientes hermosos, su nariz como de muñeca.

Rayos. Esta mujer es hermosa.

Me hace un ademan con la mano, invitándome a sentar en la misma mesa que ella, así que jalo la silla y me siento. Ella es como una modelo de esas revistas de moda. No puedo dejarla de ver, pero tengo que distraerme, así que comienzo a leer mi nueva adquisición.

Me doy cuenta de que ella no me deja de ver, así que comienzo a ponerme nervioso, y las manos me tiemblan a cada página que paso.

Esto de sentir mariposas en el estómago por alguien, es tan extraño.

Es asqueroso. Pero me gusta.



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