¿Lejos? ¡Nunca!

Capitulo 27.Daniel

Me había levantado tarde, y lo peor es que hoy me tocaba clase de Historia Universal en la primera hora. Pero el problema no era ese, el problema era que no tenía nada de ropa que ponerme, bendito lunes, lo has hecho de nuevo.

- ¡Hey Daniel! - grito Jyler mientras tocaba la puerta.

- ¿Qué pasa? - dije mientras la abría.

- Pensé que no tendrías nada que ponerte, así que toma esto. - dijo mientras me daba una playera blanca y un pantalón de mezclilla, de seguro me quedaría ajustado. - Ah, y esto. - era una chaqueta de piel. Creo que hoy luciría como un chico malo.

- Gracias, acabas de salvar mi vida.

- No te preocupes, lo hago con gusto. - dijo sonriendo. - Eres mi hermano.

- Okay. - dije con un poco de nervios.

- ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?-

- No, es solo que por ahora la palabra "hermano" me suena muy pesada.-

- No te preocupes.-

- Ni tú, no dijiste nada malo. - le sonreí y lo abrace. - Ahora tengo que volar.-

- Está bien. Cuídate.-

Cerré la puerta y me puse en marcha, me metí a la regadera y me bañe lo más rápido que pude. Me puse el pantalón, y tenía razón, me quedaba ajustado, me puse la playera, que me quedaba perfecta, y al final la chaqueta.

Salí de inmediato y baje las escaleras, y me fui caminando a la escuela, no era mucho, en realidad estaba más cerca de lo normal. Solo seis cuadras.

***

- La clase ya comenzó, señor Bates. - dijo mi apestoso maestro de historia.

- Lo sé, pero en realidad se me hizo muy tarde.-

- Si ya veo. Pero no me importa, retírese.-

Es un idiota.

Me dirigí a la biblioteca, de seguro ya me dejarían pasar, pues la semana ya había pasado, y quería terminar el libro que Allison me recomendó el primer día. Apenas había pasado una semana, y eran muchas cosas para procesar.

Cruce por la cafetería de la escuela para llegar más rápido, empuje la puerta y para mi grande sorpresa, Lois no estaba en su sitio. Era un joven, muy guapo.

Su mirada era tan hermosa, tenía unos ojos pequeños que me encantaron al instante, y su pupila se perdía en el color, eran oscuros pero no lograba ver la tonada real. Su sonrisa era perfecta, todo en el compactaba perfecto. Era el primer hombre que me atraía de esa forma.

Me quise pasar de largo pero se dio cuenta y me llamo.

- Oye guapo, tienes que entregarme tu identificación. - su voz había provocado una explosión en mi cerebro.

Genial, mi sangre no podía estar más en mi contra ahora. Podía sentir como se movía rápidamente por mis mejillas.

- ¡Wow! - exclamó. - No pensé que provocaría esa sensación tan rápido.-

- Lo siento. - dije agachando la cara. Le di mi identificación.

- Hey, no pasa nada. Levanta la cara, quiero ver tus ojos hermosos.-

Levante la cara poco a poco y le dije en defensa:

- No son tan hermosos.-

- No lo creo, tienes unos ojos azules hermosos.-

- Y los tuyos también son lindos. - wow, me pase de la raya.

- Gracias.-

- Y... ¿Eres de aquí?-