Nueva vida

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La madrugada y el frío se hicieron presentes, en la cama Meng Yao estaba abrazado por el hermoso primer jade de Gusu, había llorado lo suficiente y ambos habían decidido recostarse un rato, el cuerpo de A-Yao continuaba en recuperación, Lan XiChen continuó transfiriendo un poco de su energía al menor.

Finalmente había decidido dejar de luchar, si merecía algo horrible en su vida, eso fue ver al hombre que más había amado atravesando su pecho, no una sino miles de veces y no solo frente a él sino que cada noche lo habría soñado desde que cumplió la mayoría de edad, antes de su diagnóstico.

Lan XiChen colocó su cabeza en el hueco de su cuello.
- A-Yao -
Meng Yao gimió suavemente.
- ¿Qué pasa? -
Lan XiChen suspiró.
- Solo quiero que sepas que siempre que me necesites estaré aquí -

Meng Yao tragó.
- Zewu-Jun, que atrevido, ¿qué dirán del pulcro primer jade estando cerca de un asesino? -
Lan XiChen se rió en su oído.
- Ya estuve demasiado tiempo siendo recatado -
Meng Yao se giró sobre sí para verlo a los ojos.
- ¿Qué estás diciendo Lan XiChen? -

Su mirada se llenó de fuego y jaló la cintura de A-Yao hacia sí.
- Después de tu muerte me recluí como lo hizo mi padre, contigo murió no solo esa hermandad jurada y todo lo que creí de tí, murió también el amor de mi vida,  mi razón de seguir -
Meng Yao bajó la mirada.
- Lo siento -

Lan XiChen tomó su mano y la besó.
- No tienes nada de que disculparte, todo eso quedó atrás, estuve buscándote por todo el planeta y soy tan feliz ahora que por fin puedo ver tus hermosos ojos nuevamente, valió la pena la espera -
Meng Yao se quedó viendo sus labios, aquellos que besaban una y otra vez sus nudillos para después arrebatarle la mano y besarlos.

Meng Yao subió a horcajadas en Lan XiChen continuando con el beso, las manos del primer Jade se escabulleron debajo de su ropa erizando su espalda provocando un gemido suave entre el beso.

Meng Yao rodeó su cuello acercándose un poco más, Lan XiChen inconscientemente comenzó a menear su caderas, sus labios bajaron a la barbilla de A-Yao mordisquéandola.

Meng Yao tomó su rostro para volver a besarlo.
- Me gustas Zewu-Jun -
Lan XiChen sonrió y comenzó a besar su cuello, las manos de Meng Yao se encargaron de abrir su camisa y ahora sé dirigían a su pantalón logrando liberar su exitación.

Lan XiChen suspiró jadeante en su cuello deteniendo su camino de pequeñas marcas porque A-Yao comenzaba a estimularlo y se estaba empezando a perder en la sensación.
Con su mano libre Meng Yao alzó su rostro para verlo a los ojos y volver a probar sus labios.

XiChen jaló su cuerpo más cerca masajeando los cachetes de A-Yao y ganándose un delicioso jadeo sorpresa.

Pero todo se detuvo cuando la puerta fue abierta y Meng Shi que iba leyendo un frasco entró.
- A-Yao, ¿ya debería ti... -
Su rostro se puso pálido al ver a su pequeño hijo de esa manera con la mano en la erección de otro hombre.

El cerebro de A-Yao se fundió y XiChen jaló la primera manta que estuvo cerca para echársela encima, Meng Yao se escondió en el pecho de XiChen.
- Lo, lo, si, es, no, yo, lo siento -
Meng Shi salió corriendo de la habitación.

- ¿Qué demonios se supone que haré ahora? -
Meng Yao se lamento en el pecho de XiChen mientras esté recuperaba el aliento y reía por lo cómico del asunto.

Meng Yao se levantó y golpeó su pecho.
- Cállate, es mi Māma, vivo con ella pero nunca le dije lo que hacíamos en mis sueños, no sabe que me gustan los hombres -
XiChen lo miró seriamente.
- ¿Recuerdas eso? -

Meng Yao se mordió los labios.
La puerta fue llamada.
- ¿Ya puedo entrar? -
A-Yao se bajó de encima y se acomodó la ropa, XiChen también ajustó su ropa y se sentó correctamente.

Angel inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora